Muchos habitantes de Chacras de Coria, especialmente los que nacieron y se criaron en ese importante distrito de Luján de Cuyo, vienen solicitando, ante las autoridades, que el lugar obtenga la categoría de Paisaje Cultural.
Hay muchos abordajes de esta condición y una de ellas pone de manifiesto el giro hacia el paisaje que se ha producido en nuestra sociedad con la aparición de la conciencia medioambiental.
Se considera un concepto clave para entender el territorio que habita la gente y postula una visión integral del paisaje.
Los hombres y mujeres que están militando esta cruzada no se oponen al progreso, pero sí “al desmedido avance urbano” que -de no ser frenado o atemperado- haría caducar hitos que hacen al pasado agrícola, social y patrimonial de una zona donde el avance inmobiliario conspira contra la esencia lugareña y los valores tradicionales.
El conjunto de pobladores ha solicitado, concretamente, a la Dirección de Patrimonio de la Provincia, que Chacras de Coria obtenga la declaratoria de Paisaje Cultural, que sí admite hacer obras, pero subordinándolas a la existencia de sus típicas y frondosas arboledas, a respetar las pintorescas calles y la edificación, porque hay casonas y otros inmuebles que merecen ser resguardados y refuncionalizados antes que dejar caer la piqueta sobre ellos.
Está asumido que el tiempo ha transcurrido y no podemos volver al Chacras de Coria de antaño, aquél de los años ’60 y ’70, esos que conocieron y experimentaron aquellos tiempos en los que el lugar era un “pequeño paraíso terrestre”, como supo describir una antigua moradora, Inés Pilar Hugalde, en una recopilación de testimonios que alguna vez organizó la biblioteca popular chacrense.
Por eso resulta muy genuina la intención de los habitantes que están empujando la causa de mantener en la zona los paisajes, las costumbres y las construcciones emblemáticas del distrito, que todavía se pueden resguardar porque también hay mucho patrimonio que se perdió para siempre.
Como hemos señalado, esas personas no dan la espalda al progreso, pero quieren que los avances se armonicen con las arboledas que tiene el sitio y respeten, en la medida de lo posible, el trazado caprichoso de algunas de sus arterias y los edificios y construcciones que deben protegerse, tal el caso de la hermosa estación de trenes Paso de los Andes.
Son muchos los aspectos en los cuales Chacras de Coria ha perdido su histórica calidad ambiental, pero si las autoridades lo asumen, nos parece que todavía se puede hacer mucho y defender las condiciones de “ciudad jardín” que aún se mantienen.
El arquitecto Alfredo Méndez, un maestro en temas de vivienda social y ambiente, sostiene que “la aspiración de progreso debe compatibilizarse con los valores tradicionales a conservar en cada lugar. La conservación del paisaje cultural es un elemento presente en las ciudades y los pueblos europeos”.
Por eso, el municipio de Luján de Cuyo y el Gobierno provincial harían muy bien en evaluar los deseos vecinales sobre el respeto hacia el paisaje cultural y actuar en consecuencia, subordinando las iniciativas inmobiliarias y de infraestructura, a la protección ambiental.