La Argentina será el país anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol Sub 20, como alternativa de urgencia luego de que la FIFA, la institución organizadora, resolviera no hacer la competencia en Indonesia por cuestiones políticas. Los partidos se disputarán entre el 20 de mayo y el 11 de junio.
Mendoza será una de las cuatro sedes que tendrá la competencia, compartiendo el privilegio de recibir a los distintos equipos junto a las ciudades de La Plata, San Juan y Santiago del Estero.
De esta manera, nuestra provincia nuevamente mostrará al mundo su gran escenario deportivo, el estadio Malvinas Argentinas, que por tercera vez recibirá una competencia de máxima jerarquía internacional en el plano futbolístico. Debe recordarse que todo comenzó con el Campeonato Mundial de 1978, evento para el que el gran escenario del parque General San Martín fue construido.
Pero no sólo Mendoza hizo méritos por su estadio para conseguir la sede; la designación también constituye un claro reconocimiento a su infraestructura turística y hotelera en general, jerarquizada tanto por la cantidad como por la calidad de las plazas que pone al servicio de cada visitante.
Volviendo al evento, la trascendencia de la competencia no puede ser menoscabada. Si bien el que se realizará en breve es un certamen futbolístico para juveniles, la expectativa que genera el torneo no es ínfima. Muchos de los jugadores que representarán a las distintas selecciones participantes, comenzando por Argentina, ya tienen rodaje en los equipos de mayores, o son figuras en potencia destinadas a obtener por propio mérito un lugar en las grandes ligas internacionales.
El movimiento que generará en nuestra provincia el certamen también hace pensar en un rédito importante para los distintos sectores turísticos. Dos grupos, de cuatro países cada uno, tendrán como sede a Mendoza. Además, es de esperar que luego de la fase de grupos también se disputen aquí partidos de las instancias definitorias.
Si bien un certamen de juveniles no moviliza masivamente, la sola presencia de las distintas delegaciones permite esperar la llegada de contingentes importantes. De esa manera, en forma automática se observan potenciales beneficios para los sectores de hotelería y gastronomía, además de todo lo relacionado con traslados.
En cuanto al público mendocino, que es adicto al fútbol, es probable que también responda con interés, incluso sobreponiéndose a las limitaciones de todo tipo que derivan de la crisis que vive nuestro país.
Es importante resaltar que, al margen del crítico momento por el que transita toda actividad económica en la Argentina, Mendoza no debe desaprovechar este evento surgido a último momento.
En materia turística, nuestra provincia se encuentra saliendo de la parte del calendario en el que predomina la Fiesta de la Vendimia, con todo su significado. Y esta designación como sede deportiva internacional permite convertir en singular anfitrión a nuestro incomparable segmento otoñal. Mendoza es amable tanto por su clima mayormente benévolo como por la amabilidad de su gente. Por todo ello, no minimicemos esta impensada posibilidad de mostrarnos una vez más.
