Más de 109.000 familias lograron el techo propio y una mejor calidad de vida gracias al compromiso y dedicación de empleados, funcionarios y directivos que han hecho el día a día del Instituto Provincial de la Vivienda.
Como todos los 22 de septiembre, el IPV celebra un nuevo aniversario al servicio de los habitantes, en el que renueva el objetivo de garantizar el derecho a una casa decorosa a los integrantes de la población que lo requieren.
Este organismo nació para brindar una solución habitacional a los mendocinos de menores recursos y los de clase media.
Se creó en 1947 bajo la Ley 1.658 y fue el primero de este tipo en todo el territorio nacional.
Como hemos expresado, desde su puesta en marcha la tradicional entidad de calle Lavalle le ha mejorado la calidad de vida a 109.822 familias, a través de una propiedad nueva o con intervenciones que mejoraban viviendas precarias.
En los últimos dieciocho años, su función tuvo un cambio de rumbo. Además de la construcción de conjuntos habitacionales, el IPV incursionó en obras que transforman el hábitat de los barrios más vulnerables, con intervenciones que apuntan a la inclusión social y urbana.
A través de programas financiados por la Nación y organismos internacionales (BIRF), alrededor de 28.000 familias fueron integradas a la trama urbana mediante obras de urbanismo, infraestructura, servicios y obras de mitigación.
No obstante, lo concretado hasta ahora, persiste la cruda realidad de los barrios populares, en realidad asentamientos en condiciones deplorables que se reparten en el Gran Mendoza y otros sectores constituyen un doloroso cuadro de frustración y oprobio de debe erradicarse.
De todos modos, el Instituto ha optado por un enfoque más comprometido con el cuidado del medio ambiente.
Se han desarrollado y ejecutado proyectos ambientalmente sustentables, como son los prototipos Prisma y Solar, elaborados por el Laboratorio de Vivienda de la repartición.
Más de 30% de los barrios que se encuentran en ejecución y en proceso de licitación corresponden a sistemas constructivos industrializados, lo que disminuye los plazos de obra y optimizan el consumo energético a las familias.
Asimismo, el IPV decidió ampliar el alcance de la certificación a la atención al público, que se ofrece tanto de manera virtual como presencial.
Finalmente, la incorporación de nuevos programas de vivienda y diversas fuentes de financiamiento, le posibilitó al IPV llegar con una solución a miles de nuevos hogares que tienen diversas necesidades.
Por más de tres cuartos de siglo el IPV ha facilitado la posesión de vivienda propia a cerca del 25% de hogares residentes en todos los centros urbanos de la provincia y enclaves de servicios rurales.
En su extensa trayectoria, ha desarrollado programas habitacionales con la participación de organismos oficiales nacionales, municipios, empresas de servicios, universidades y grupos de familias demandantes de viviendas adheridos a mutuales, cooperativas. Este modelo sistémico de producción habitacional ha recibido unánime reconocimiento en el ámbito nacional.
Por eso se sostiene que el IPV, en el próximo período institucional, continuará siendo el eje motor de las políticas públicas que reduzcan de manera efectiva el déficit habitacional cualitativo y cuantitativo que afecta a cien mil hogares residentes en nuestra jurisdicción.
Para la resolución de tan compleja problemática, se confía en el cumplimiento de las funciones específicas determinadas en la ley 1658 de creación del organismo.
Como ya dijimos, en la actualidad es necesario enfocarse en los hogares residentes en 320 villas y asentamientos existentes en centros urbanos y rurales del territorio provincial, requiriéndose pronta acción para completar la formulación del plan provincial de integración socio-habitacional de los barrios populares de Mendoza.
