El índice de precios al consumidor subió seis por ciento en el primer mes del año, con un acumulado de 98,8% en los últimos 12 meses, según el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
En enero de 2022, el acumulado interanual era del 52,2%, por lo que los precios de la economía tuvieron una ruta ascendente, que aún no se detuvo.
La anunciada “guerra contra la inflación”, que el presidente Alberto Fernández lanzó el 15 de marzo de 2022, lleva numerosas batallas perdidas, sin que sea visible un cambio de rumbo.
Las perspectivas para febrero no son auspiciosas debido al alza de precios regulados, como los de energía, comunicaciones y medicina prepaga, entre otros rubros, por lo que habrá que esperar un índice muy por encima de lo que había previsto el ministro de Economía, Sergio Massa.
¿Cuál fue la respuesta del Gobierno ante el indicador que actúa como rector de la macroeconomía?
Los acuerdos de precios parecen limitarse, en su cumplimiento, sólo al área de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.
Los funcionarios se han convertido en comentaristas de lo que sucede, como si se tratara de un clásico panel de la televisión en el cual los participantes opinan sobre diversos temas de la coyuntura.
Semanas atrás, el Presidente sostuvo que “gran parte de la inflación es autoconstruida, está en la cabeza de la gente”. El día en que se anunció la inflación de enero, la petrolera Shell aumentó 4% el valor de sus combustibles y el maple de huevos registró su quinto incremento en el año. La inflación no está autoconstruida en la imaginación, sino que es palpable en los gastos cotidianos.
El secretario de Industria de la Nación, José de Mendiguren, trató de acomodar su discurso actual a lo que criticaba en la gestión de Macri. Ahora, dijo que “la gente compra igual a pesar de los precios, y eso no ayuda”.
Las estadísticas que llevan adelante todas las Cámaras de Comercio y las Federaciones Comerciales de las distintas provincias muestran que la venta minorista se encuentra en un tobogán desde hace varios meses.
Esa es la realidad para la inmensa mayoría de los consumidores, que De Mendiguren parece no haber registrado.
El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, sostuvo que “las políticas del Gobierno son compatibles con tasas del 4% mensual o menos”; lo demás es producto de la inercia inflacionaria, según su análisis.
El Gobierno carece de credibilidad para esbozar respuestas convincentes, mientras los índices de aprobación de la gestión presidencial se desploman.
Sin confianza, no habrá medidas contra la inflación que sean correspondidas por la sociedad.
Este tema merecería el llamado a una mesa de diálogo con los principales actores y economistas de la oposición, para asumir políticas con consenso.
Esa mesa sería mucho más gravitante que la convocada y realizada la semana anterior para discutir las candidaturas de 2023 dentro del oficialismo.
