En medio de la tregua pactada para intercambiar prisioneros y rehenes entre Israel y la Franja de Gaza, gobernada por la organización terrorista Hamas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso que su país se haga cargo del enclave palestino y que sus habitantes sean enviados a otras naciones árabes que estén dispuestas a recibirlos.
La novedad fue planteada minutos después de una reunión que Trump mantuvo en la Casa Blanca con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
Posteriormente, volvió a aludir al tema, pero ya en un tono más calmo. Ahora el mandatario de EEUU sugiere que Israel entregaría al país del Norte ese territorio una vez finalizados los enfrentamientos armados con las milicias de Hamas.
El propósito de Trump sería reconstruir la devastada Gaza para transformarla en “uno de los sitios mejores y más espectaculares” del mundo, según lo expresado públicamente por el líder republicano ante el asombro del mundo. Dijo imaginarla como “la Riviera de Oriente Medio”.
Como era de esperar, la iniciativa generó reacciones negativas en distintos lugares. Es que, a priori, conviene observar que el derecho internacional no permite el desplazamiento forzoso de millones de personas nativas, como ofrece realizar el presidente norteamericano con los humillados palestinos de la Franja de Gaza. La autodeterminación siempre se encuentra protegida por los Estados según lo sugerido por la Corte Internacional de Justicia.
La comunidad internacional se viene expresando con muchas discrepancias tras la novedad. Desde Naciones Unidas el Alto Comisionado para los refugiados no evidenció otra cosa que sorpresa ante una propuesta inusual en circunstancias como las actuales en esa zona y sin que se especifiquen detalladamente los propósitos de la autoridad estadounidense. Y hay fuertes objeciones en Europa y varios continentes más, en especial en el mundo árabe.
Por otro lado, debe contemplarse el flagelo de los habitantes de Gaza durante décadas, ya que ese territorio fue base de sustentación del movimiento guerrillero Hamas, que ha hecho de la zona un bastión importante de la insurrección armada contra Israel y países occidentales en general.
Recientemente, en esta misma sección reflejamos el importante paso que significaba la tregua entre las partes para proceder, principalmente, a la recuperación de rehenes israelíes tomados por Hamas durante el sangriento ataque de octubre de 2023. Un hecho trágico desde todo punto de vista, gestado por la organización terrorista con la utilización de mucho armamento y una estrategia que permitió que milicianos invadieran territorio israelí.
¿Cómo seguirá el conflicto? Todo demuestra que la solución en dicha región tendría aún un largo trecho por recorrer. ¿Depondrá el uso de su destructivo armamento la organización Hamas o se mantendrá el actual escenario de confrontación? Debe recordarse que Israel prometió una guerra sin límites a partir de aquella negra jornada de 2023 para aniquilar el poder de fuego del terrorismo.
Si bien todo proceso que conduzca a un contexto de paz siempre debe ser celebrado y valorado, en este caso la propuesta efectuada por el presidente de Estados Unidos no hace más que profundizar dudas sobre los pasos que se pueden llegar a dar para cumplir con ese supuesto anhelo de convertir a Gaza en una especie de maravilla del mundo.