Como señalamos en oportunidades anteriores en este espacio de opinión, la crisis educativa en el país es cada vez más notoria, fruto de muchos años de desaciertos en la implementación de políticas afines y de una crisis económica y social que se interpuso.
En tal sentido, vale reiterar datos recientes que indican que en nuestro país el 32% de los alumnos de 15 años del nivel socieconómico más alto no lograron alcanzar los índices mínimos de lectura. En los sectores sociales más bajos, 7 de cada 10 alumnos no alcanzan el nivel mínimo requerido.
Las estadísticas especializadas también remarcan que apenas 13% de los niños que ingresan al nivel primario llega con posterioridad al último año del nivel secundario sin lograr un nivel de aprendizaje aceptable en Lengua y Matemática.
De ese modo se hace indispensable la mirada sensible de las autoridades políticas, responsables principales de la orientación que en materia educativa debe imponer el Estado, tanto a nivel nacional como de las provincias.
Ante un panorama tan lamentable resulta satisfactorio y auspiciante que a nivel nacional hayan sido destacados recientemente aspectos del modelo educativo que tiene Mendoza. Como se señaló en una reciente publicación de Los Andes, el Consejo Federal de Educación aprobó la aplicación de aspectos del plan de alfabetización que se aplica en la provincia desde hace varios años. El reconocimiento fue en el marco de la 132° asamblea del organismo, que nuclea las 24 jurisdicciones de Argentina.
El Plan Nacional de Alfabetización fue declarado prioritario por el nuevo gobierno nacional y por lo tanto es impulsado por las actuales autoridades del Ministerio de Capital Humano de la Nación, área de gestión pública que incluye la implementación de las políticas educativas.
Volviendo al concepto que ha ganado el programa educativo de Mendoza, especialistas en gestión educativa en la Argentina coinciden en aspectos virtuosos del sistema en nuestra provincia, al extremo de ser catalogado como un ejemplo de éxito en cuanto a la implementación de políticas específicas en educación.
Se puso de manifiesto a nivel nacional que Mendoza consiguió mejorar notablemente los indicadores de lecto-escritura en los últimos seis a siete años, con una estrategia educativa muy concreta en los dos primeros grados del ciclo escolar primario. Es demostrativo de un positivo efecto de traslado de enseñanzas del docente al alumno.
Se trata de un indudable estímulo para autoridades provinciales y educadores en general, pero a la vez una invitación a redoblar esfuerzos para buscar afianzar la mecánica del conocimiento en niños y jóvenes mendocinos.
La muy baja calificación en materia educativa constituye una de las grandes cuentas pendientes de la dirigencia política con la sociedad argentina. Problemática que generalmente deriva en la multiplicación de casos de inseguridad y violencia cotidiana que tanto aquejan al grueso de la sociedad y contribuyen para que el nivel de confiabilidad en el país caiga en forma constante.
Nunca está de más recordar lo que la ley nacional de educación señala que la educación es un bien público y un derecho personal y social de los individuos, debiendo ser garantizada por el Estado.