Ecología urbana por un ambiente equilibrado

El principio de analizar los paradigmas de la relación de la Ecología urbana y la sustentabilidad ambiental fueron aspectos considerados en un encuentro en la Universidad de Mendoza. La meta perseguida: conseguir ciudades y comunidades sostenibles que logren que los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Ecología urbana por un ambiente equilibrado
El Parque General San Martín, una belleza absoluta de Mendoza.

La Ecología urbana es la disciplina que atiende a las relaciones internas entre los habitantes de una determinada zona urbana y sus diversas interacciones con el medio ambiente.

De esa temática trataron unas recientes “Jornadas Nacionales de Ecología Urbana”, las decimoterceras, realizadas en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Mendoza, que tuvieron el subtítulo “Conectar naturaleza y ciudad”.

Debatieron profesionales de esa casa de estudios, del municipio de la Ciudad, la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, del Iadiza Conicet-Mendoza y de la Universidad Nacional de San Juan, además de alumnos y público en general.

Los temas analizados estuvieron relacionados con la Ecología urbana, la calidad de vida de la ciudad, el ambiente, el paisaje, la salud y bienestar de las personas.

Los temas considerados fueron diversos y adaptados a la relación naturaleza y ciudad, que en el caso de Mendoza tiene la exigencia prioritaria de cuidar y preservar todo lo más posible el magnífico Parque General San Martín, un pulmón único que envidian otras ciudades. Por eso, el tratamiento de iniciativas referidas a planes de gestión ambiental y financiamiento verde por parte del municipio.

Otros enfoques alcanzaron a aspectos relacionados con la fauna urbana como vectores negativos y también como agentes de control de plagas en las ciudades. Temas relacionados al uso del suelo y su expansión en áreas no recomendadas, emisiones de gases de efecto invernadero en la ciudad, usos de los espacios verdes urbanos y su contribución en los efectos de la isla de calor urbana y los impactos territoriales.

Asimismo, fue considerado el manejo y control ecológico de insectos patógenos para la vida en las ciudades, especialmente porque las estaciones de primavera-verano pueden traer consigo un aumento preocupante en las enfermedades transmitidas por mosquitos.

Hubo miradas relacionadas al decrecimiento y avances urbanos sobre los espacios periféricos urbanos, nuevos usos de los espacios de verdes productivos, relaciones de la vegetación y los espacios construidos, biofilia (conexión del hombre con plantas y animales), salud y vegetación, aumentos de animales domésticos en distintos sectores de las ciudades, sobreexplotación de acuíferos subterráneos y sus consecuencias futuras. Planes de mitigación, aplicación de normativas, rescate patrimonial del paisaje, educación ambiental en los niveles iniciales de escolaridad.

La diversidad de temas tratados tuvo un único hilo conductor, investigar, reformular, crear e impulsar acciones que conlleven a mejorar la calidad del ambiente de los territorios urbanos y periurbanos, se propusieron acciones de difusión de la situación actual y su prospección futura, se insinuaron algunas alternativas para el control y mejoramiento de la relación ciudad-naturaleza. Y, como en ediciones anteriores de las jornadas de Ecología urbana, se insistió en la necesidad de incluir estos temas en los planes de educación, con la capacitación en el ámbito educativo, y que las acciones de responsabilidad social empresaria se involucren en estos temas de interés común para toda la sociedad.

Tanto los participantes locales como los de distintas provincias, como Salta, Tucumán, Buenos Aires, San Juan, y los extranjeros de México y España, coincidieron en la necesidad de aumentar la cantidad y calidad de los espacios verdes, preservar los existentes, gestionar acciones para reducir los impactos en los espacios periurbanos y piedemontanos. Hubo mociones referidas a mejorar la movilidad y accesibilidad a las ciudades, un capítulo siempre pendiente en la capital mendocina, y sobre todo generar un vínculo más intenso entre arquitectura y verde, verde y salud como factores fundamentales del bienestar de los ecosistemas culturales para reducir los impactos en los ecosistemas naturales.

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