Declaraciones exacerbadas y denuncias inoportunas

Es indudable que estos lamentables hechos, tanto las declaraciones exacerbadas del candidato Milei como la denuncia judicial del presidente de la Nación, no le hacen bien al tramo final de la campaña electoral y menos aún a la imagen institucional de la Argentina.

Declaraciones exacerbadas y denuncias inoportunas
Javier Milei, Carolina Piparo, Ramiro Marra.Conferencia contra la denuncia de Alberto Fernández.

El clima político a muy pocos días de las elecciones presidenciales se encuentra enrarecido por el duro cruce de acusaciones que abunda entre los principales candidatos, actitud que ya se pudo observar, lamentablemente, en el segundo debate, llevado a cabo hace una semana en Buenos Aires.

En la semana que finaliza esa tensión preelectoral llegó a un punto preocupante a raíz de una denuncia en la Justicia radicada por el presidente de la Nación, Alberto Fernández, contra el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, y otros dirigentes de su agrupación.

Milei fue denunciado por el titular del Poder Ejecutivo Nacional por intimidación pública, al considerar que su desacreditación de la moneda nacional fue el detonante para una corrida bancaria en los últimos días. También denunció a uno de los dirigentes cercanos a Milei, Ramiro Marra, que a su vez es candidato a Jefe de Gobierno porteño, por recomendar a la ciudadanía no ahorrar más en pesos.

Entre otros argumentos, Alberto Fernández consideró que por culpa de las declaraciones del político opositor se produjo un clima de temor en la gente que llevó el precio del dólar paralelo, en menos de un día, de 870 a 1.010 pesos.

El dirigente libertario había recomendado en una entrevista por radio no ahorrar en pesos y comparó al billete argentino con un excremento, “porque esas basuras (los billetes que emite el Banco Central) no sirven ni para abono”, dijo con su habitual estilo confrontativo.

El presidente Fernández, al fundamentar su denuncia ante la Justicia, consideró que no se trató de un hecho aislado, “de personas comunes, sin responsabilidad institucional actual o futura y sin significancia jurídica alguna; por el contrario, estos sucesos fueron llevados a cabo por individuos que o bien gozan de un cargo público efectivo en ejercicio o bien se encuentran postulados para asumir otros similares”. Argumento cierto, pero que debió resolverse por otra vía.

Como era de esperar, el dirigente Milei no tardó en utilizar las redes sociales para reiterar sus acusaciones a lo que considera “la casta” y preparó con sus asesores legales la defensa a interponer ante la Justicia.

Es indudable que estos lamentables hechos, tanto las declaraciones exacerbadas del candidato Milei como la denuncia judicial del presidente de la Nación, no le hacen bien al tramo final de la campaña electoral y menos aún a la imagen institucional de la Argentina.

Por un lado, las críticas a la política económica del Gobierno, además de corresponder a la oposición política, son válidas desde todo punto de vista.

Los números están a la vista y también el agobio de la mayor parte de la población.

Pero eso no justifica un continuo repiqueteo que sólo invita a la intolerancia y no a la evaluación de propuestas.

En cuanto al presidente Fernández, alejado virtualmente de la conducción del Estado y sin ninguna incidencia en la campaña electoral, debió retomar protagonismo haciendo uso de sus facultades como jefe de Estado (mensaje a través de las redes sociales y vías de comunicación del Estado) para inducir a quienes compiten por su sucesión a recorrer con prudencia y respeto el tramo final del camino hacia las elecciones del próximo domingo. Instar al respeto por el sistema democrático vigente hubiese sido un buen broche de oro para su deslucida gestión.

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