Construcción de viviendas y puestos de trabajo

Cuando se trata de un tema tan vital como la solución del déficit habitacional, hay que analizar con precisión todos los detalles.

Construcción de viviendas y puestos de trabajo
El Gobierno Nacional asignó 7.500 millones de pesos a créditos para la construcción, vale preguntarse si no será mayor el costo que los beneficios / Gentileza

El Gobierno Nacional asignó 7.500 millones de pesos a créditos para la construcción y refacción de viviendas.

La medida sirvió para conmemorar los ocho años del lanzamiento, en junio de 2012, del Programa de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar, comúnmente llamado Procrear.

El anuncio cobró especial significación por varios motivos.

Por un lado, estuvo a cargo de la Secretaría de Política Económica, que depende del Ministerio de Economía, y no del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, encargado de la materia.

Por otro lado, la cifra, según el plan oficial, debiera ser ejecutada en el término de tres meses; entre junio y agosto.

Así, representaría otra línea de estímulo estatal a la actividad económica en medio del parate general producido por el aislamiento preventivo y obligatorio decretado por el Gobierno para enfrentar la pandemia.

Como se sabe, cualquier índice positivo de actividad en el área de la construcción siempre tiene un efecto rebote en otros sectores de la economía, ya que es uno de los principales dinamizadores.

Además, antes de marzo, cuando empezó la cuarentena, los obreros de la construcción venían sufriendo una retracción laboral muy importante.

Por todo ello, la estimación oficial es que se podrían generar unos 750 mil puestos de trabajo directos e indirectos entre lo que queda de este año y 2021.

Si a eso se agrega que miles de familias solucionarían de manera definitiva su problema de vivienda, los beneficios de la medida no son menores.

Con todo, es necesario advertir que se desconoce el origen de los recursos y que la administración no cuenta con una ley de presupuesto para el año en curso que sirva de referencia.

En otras palabras, cabe conjeturar que son fondos provenientes de la emisión monetaria, que ya supera el billón de pesos.

Si la partida se mantuviese constante a lo largo de un año, estaríamos hablando de 30 mil millones de pesos.

Pero aun si se tratase de un solo y extraordinario trimestre, vale preguntarse si no será mayor el costo que los beneficios. Porque la recaudación sigue cayendo y la actividad económica todavía está lejos de recuperarse.

Ambos elementos combinados significan nada menos que déficit fiscal creciente y reducción del producto interno bruto.

En ese contexto, el nivel de emisión corre el riesgo de provocar una aceleración de la inflación y una fuerte devaluación, en medio de una recesión sostenida y un aumento del desempleo.

Así las cosas, las familias que tomen el crédito ahora podrían quedar endeudadas y con sus viviendas sin terminar, como ocurrió en la primera etapa del Procrear.

Semejante desvío del objetivo siempre transforma una esperanza en una frustración.

Cuando se trata de un tema tan vital como la solución del déficit habitacional, hay que analizar con precisión todos los detalles.

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