Desde la administración provincial y la Legislatura surgen más iniciativas para concientizar a las personas que el alcohol y la conducción de vehículos son incompatibles.
El Estado provincial estará en condición de cobrar la atención médica a conductores alcoholizados que hayan protagonizado incidentes de tránsito y que resulten con lesiones en esos percances.
La Cámara de Diputados de Mendoza dio sanción final al proyecto de ley. El objetivo es recuperar “el costo que la violación de distintas normas genera en el sistema de salud público provincial”.
La medida surgió como un proyecto del Poder Ejecutivo; y tuvo sanción final de la Cámara de Diputados.
Tanto en la Cámara baja como en la Cámara alta, la aprobación fue de forma unánime.
Según se explicó en el recinto, habrá un recupero de todas las prestaciones de salud que se puedan realizar por parte de los efectores públicos, en beneficio de quien, habiendo conducido bajo efectos del alcohol, participe u ocasione un accidente de tránsito.
El cobro lo hará el Ministerio de Salud, a través del Ente de Recuperación de Fondos para el Fortalecimiento del Sistema de Salud de Mendoza (Reforsal). La iniciativa forma parte del paquete de leyes del Plan Provincial de Salud.
Uno de los impulsores de la iniciativa, el diputado radical Franco Ambrosini, sostiene que esta norma “tiene por fin facultar al Ministerio de Salud que, a través del ente recaudador, Reforsal, pueda cobrar y recuperar aquellas prestaciones de salud que se hubieran realizado por cualquiera de los efectores de salud a aquellas personas que por su conducción le hubiesen generado al sistema de salud de la provincia un perjuicio”. Cabe destacar que el cobro se dará por parte directa a aquellas personas “que no tengan ni obra social o prepaga”.
Debe aclararse que los particulares que se encuentren fuera de la situación descripta, se le otorgará facultades al ente recaudador del Ministerio de Salud para percibir esos costos.
Si la persona involucrada no puede pagar los gastos del hospital, quedará la deuda para ser saldada a futuro en cuanto tenga bienes.
Por otro lado, si el conductor además no tiene seguro vigente y al día, una situación que los policías viales advierten que se repite con frecuencia, la persona alcoholizada también deberá hacerse cargo de los costos de internación -si así ocurriera- de los terceros involucrados en el percance vial.
Una aspiración ciudadana es que estos hechos no se produzcan con tanta frecuencia y gravedad y que la circulación de automotores registre una secuencia lo más normal posible, admitiendo que incidentes siempre habrá, pero la meta deseable es que no haya heridos graves ni fallecimientos por colisiones o vuelcos. En gran medida esta bonanza en el tráfico podría ocurrir si quienes conducen un rodado lo hiciesen a velocidad admitida por las reglas viales y nunca bajo los efectos del alcohol o las drogas o el manejo negligente e imprudente.
Durante el mes de junio se ha observado una gran cantidad de procedimientos en los que los inspectores que controlan rutas y calles han detectado numerosos casos de alcohol al volante.
La existencia de personas alcoholizadas conduciendo es un gran flagelo de nuestro tránsito. Es posible que, debido al hecho de que ahora se cobren los gastos por atención médica, muchos irresponsables mediten un poco sus actitudes y no manejen hasta que la intoxicación etílica haya disminuido y de esa manera recién transiten sin poner en riesgo la vida de terceros. Se cooperará de esta manera con el trabajo de la prevención.
