Comparaciones conflictivas con otros paises o regiones

Se trata de una cuestión de buenos modales no señalar en público los supuestos errores ajenos, más aún en un tema tan sensible como es la pandemia y sus efectos a escala global. Y ni qué hablar de la preocupante reiteración de fallos en cifras y en cuadros oficiales, que abren una enorme duda sobre el manejo de información estadística por parte del Gobierno.

Comparaciones conflictivas con otros paises o regiones

Tomar como referencia las cifras de infectados y fallecidos por coronavirus en otras regiones del mundo para explicar los estragos que provoca la pandemia en Argentina es un error en varios sentidos. También representa una actitud poco diplomática y hasta desconsiderada con los países a los que se alude por presuntamente tener más víctimas que las propias.

Un desacierto que se renueva cuando el presidente Alberto Fernández anuncia la extensión o flexibilización de la cuarentena en función de los avances o retrocesos de casos de Covid-19 en el territorio argentino.

El 24 de mayo, las autoridades diplomáticas chilenas refutaron las evaluaciones que había formulado Fernández sobre la tasa de fallecidos por la pandemia en Argentina y su correlato con el país trasandino.

El malestar fue visibilizado en las redes sociales por el propio embajador chileno en Argentina, Nicolás Monckeberg Díaz, quien hizo algunas “correcciones” a los gráficos que había mostrado el Presidente.

El jefe del Estado ya venía con otra desmentida sobre sus espaldas. Era de parte del gobierno de Suecia, contrariado por haber sido objeto de las mismas y odiosas comparaciones de los modelos epidemiológicos que adopta cada país.

Pero la costumbre de mirarnos en otros espejos para cotejar lo que sucede en nuestro territorio tuvo otro capítulo de entrevero diplomático innecesario.

Durante la última conferencia para anunciar una nueva versión de la cuarentena, Alberto Fernández afirmó que, en el País Vasco, las autoridades sanitarias debieron “elegir quién vivía y quién moría”, por un supuesto colapso del sistema sanitario. Como era de esperar, el Gobierno de esa comunidad autónoma de España reclamó formalmente una rectificación pública e inmediata de nuestro pais.

Un documento firmado por el presidente del País Vasco, Iñigo Urkullu Rentería, aclara que el servicio sanitario en esa comunidad ofreció “atención de calidad a todas las personas contagiadas” por Covid-19 y que no fue necesario habilitar los hospitales de campaña.

La reseña pone en evidencia las interpretaciones erróneas del Gobierno argentino, a tenor de las réplicas y de las aclaraciones técnicas difundidas por los referidos países.

Se trata de una cuestión de buenos modales no señalar en público los supuestos errores ajenos, más aún en un tema tan sensible como es la pandemia y sus efectos a escala global. Y ni qué hablar de la preocupante reiteración de fallos en cifras y en cuadros oficiales, que abren una enorme duda sobre el manejo de información estadística por parte del Gobierno.

Las autoridades argentinas deben ocuparse en planificar acciones para el futuro infausto que nos acecha antes que confrontar datos con otras comunidades.

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