Cuando hablamos de sacar a chicos y adolescentes de las calles y evitar que tuerzan sus destinos hacia conductas o modos de vida perjudiciales, estamos pensando primero en el aporte de las aulas escolares, el valor de la familia y el servicio de las entidades civiles de los barrios y distritos.
Hoy nos queremos referir a los clubes barriales, entidades que han hecho invalorables aportes por las camadas infantiles y juveniles. Pero, desafortunadamente por la pandemia que soportamos durante dos años y por cuestiones económico-financieras, varios de esos clubes sucumbieron y tuvieron que cerrar las puertas.
El lector tendrá ejemplos sobre este aspecto en su lugar de residencia, donde en los últimos tiempos, ha visto desaparecer o frenar su labor a alguna entidad sin fines de lucro y con altruistas objetivos sociales. Y eso ha sido una pérdida muy sentida.
Por todos los medios, la sociedad debe procurar recuperar los clubes barriales y, por añadidura, las uniones vecinales, tan fuertes en otras épocas y vinculadas a las mejoras de infraestructura de nuestros barrios.
Por eso consideramos que el Gobierno provincial hizo bien en haber lanzado recientemente un plan de regularización contable para estas organizaciones, que tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2023.
Efectivamente, el Estado ha considerado la relevante tarea de clubes y en su rescate ha puesto en vigencia un programa de regularización contable con alcance a entidades que adeuden la presentación de más de tres balances. Así lo establecen las resoluciones generales 4338/2022 y 4339/2022 de la Dirección de Personas Jurídicas (DPJ), dependiente del Ministerio de Gobierno, que están publicadas en el Boletín Oficial.
Por otra parte, los clubes de barrio están caracterizados en la ley 27.098 “Régimen de Promoción de Clubes de Barrio y de Pueblo”, normativa a la cual la provincia adhirió a través de la ley 8.803. Por su lado, las uniones vecinales son asociaciones sin fines de lucro, conformadas por vecinos que representan el barrio o sector de su jurisdicción, constituidas para la satisfacción de sus necesidades comunes y el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de un determinado lugar.
Si por el impulso de medidas como las comentadas y por otros auxilios que podrían llegar, como la ayuda con aportes crediticios accesibles para mejorar instalaciones, se conseguirá estimular y potenciar el accionar de clubes que brindan beneficios muy valiosos al medio que los rodea en el aspecto social, deportivo y recreativo.
A pesar del fundamental papel comunitario que desempeñaron los clubes de barrio, distintas circunstancias, especialmente la crisis de salud que se vivió en 2020 y 2021, debilitó a muchas de ellos, les causó reveses económicos de distinta magnitud y dejar de actuar fue el final inevitable.
Ahora hay que empeñarse en un proceso de reconstrucción, tal vez como menos concurrencia social y el desarrollo de actividades con ciertas limitaciones, pero que recupere prestaciones deportivas y acciones sociales de diversa índole, en favor de una sociedad mejor.
Está a la vista la importancia de las entidades descriptas por el hecho comprobable de que algunos de los recientes campeones del mundo de fútbol salieron de estas agrupaciones, dispersas en la geografía argentina.