Todo el solar que alberga la Junta de Estudios Históricos de Mendoza (JEHM), de Capital, debe ser protegido más pronto que tarde porque se trata de uno de los inmuebles más antiguos de la capital y del Gran Mendoza, de inmenso valor histórico por la edificación y por lo que contiene.
La institución se creó en 1923 estableciendo, entre sus objetivos, propiciar y promover los estudios históricos, organizar conferencias y congresos. En síntesis, cumplir con una actividad cultural de gran realce.
La entidad no tuvo sede en sus orígenes y, luego de peregrinar por varios edificios, durante el gobierno de Arturo Ueltschi, y por medio de una ley, se donó a la Junta la Quinta Civit (calle Montevideo 544 de ciudad), con el cargo de organizar un museo, inaugurado el 24 de mayo de 1967.
El solar donado tiene una importante historia. Luego del terremoto que asoló Mendoza en 1861, comenzó la reconstrucción de la Nueva Ciudad y en los terrenos Francisco Civit adquirió una manzana y construyó su vivienda particular, inaugurada en 1873. En diversas oportunidades fueron huéspedes numerosas personalidades del país y del extranjero.
Tras la muerte de su dueño, la propiedad fue adquirida por el Gobierno y allí se instalaron juzgados provinciales hasta 1959 en que se edificó el Palacio Judicial. En mérito a estos antecedentes, en noviembre de 1970 el solar fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Dado que la Junta de Estudios Históricos guarda la memoria de la sociedad mendocina, en el inmueble se dispuso la instalación del Museo del Pasado Cuyano “Doctor Edmundo Correas” con 16 salas de exposición, la biblioteca “Gobernador Pedro Molina” con más de 13.000 volúmenes especializados en historia regional, una hemeroteca y archivo documental y una fototeca con más de 10.000 fotografías decimonónicas.
Se trata entonces de un museo especializado en historia regional y nacional, que recibe a visitantes locales, en un promedio de dos mil quinientos visitantes anuales, y 350 son los que concurren a la biblioteca.
Sin embargo, el edificio presenta deficiencias estructurales serias, provocadas por el paso del tiempo, por unos baños incorporados cuando el edificio albergaba juzgados. Por los movimiento
s de tierra generados por construcciones vecinas hechas en el siglo XX, la parte posterior fue clausurada por la Municipalidad de Mendoza. Algunos especialistas sostienen que esa parte “está muerta” por la imposibilidad de uso.
Así las cosas, la Junta, que preside el doctor Raúl Romero Day, se encuentra en la encrucijada de determinar los trabajos a realizar en esa área deteriorada sin afectar el valor histórico patrimonial del inmueble y respetando toda la normativa atinente a un edificio con declaración de monumento. Se están estudiando alternativas para preservar y optimizar el funcionamiento edilicio del Museo.
De acuerdo con declaraciones de Romero Day, “las modificaciones que se realicen facilitarían el rescate del área en mal estado, impediría que el resto de la casona se viera afectado. Además, se ganaría espacio para la exhibición de piezas archivadas en la reserva técnica y habilitaría nuevas salas del museo”. Hasta podría habilitarse una nueva biblioteca.
Al ser la Junta una entidad sin fines de lucro, sostenida en la actualidad con el aporte de sus 35 miembros de número estatutarios, por la Fundación de Amigos de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza (Fundajehm) un subsidio del Gobierno de $28.000 anuales, y la provisión de un administrativo, un bibliotecario y personal de maestranza, la tarea se torna aún más difícil por la necesidad de contar con mayores ingresos que permitan desarrollar los trabajos acordes a su importancia y trascendencia.
Es un desafío conservar este patrimonio, indispensable para la historia de Mendoza, reto que deben enfrentar los ciudadanos y la gestión oficial.