El devastador incendio que destruyó la empresa Plastiandino en San Rafael fue un impacto muy duro para la economía de ese departamento, los empleados de la planta y los dueños del establecimiento, que acreditan años dedicados a la inversión productiva.
El siniestro que acabó con Plastiandino SA, la fábrica de plásticos que inició sus actividades en 1972, como un proyecto de Rodolfo Bianchi y su esposa, fue creciendo y haciendo historia en San Rafael, más precisamente en el distrito de Cuadro Nacional. En la actualidad se encuentra en manos de la segunda generación con Hugo Bianchi en la conducción.
Las llamas terminaron con el trabajo de unos 160 a 200 empleados residentes en la zona de Cuadro Nacional, y aplazó, aunque sea provisoriamente, una parte del progreso de la zona Sur por las vinculaciones de la firma y su interacción con los medios comerciales e industriales del área.
La firma producía envases de plástico flexible con una amplia aplicación en la industria y era proveedora de multinacionales como Coca Cola. Ahora se arruinó toda su planta operativa, con unas pérdidas que inicialmente se mensuraron en 35 millones de dólares. Por añadidura, en febrero pasado se había inaugurado una moderna maquinaria, con un costo de 4 millones de dólares, que resultó destruida por las llamas.
La buena noticia en medio del desasosiego y la incertidumbre de operarios, empleados y los propietarios, es que rápidamente se generó una batería de acciones que hace presumir el resurgimiento del complejo industrial en plazos lo más perentorios posibles.
El impacto que supone perder los aportes de una empresa de este tipo para la economía de San Rafael si la firma no siguiera, motivó que las autoridades de la Municipalidad sureña, encabezadas por el intendente Emir Félix, iniciaran gestiones de auxilio estatal, tanto frente al Gobierno provincial como a la Nación.
Ya hay contactos con el Ministerio de Economía para activar algún tipo de salvataje para la firma, que tiene un gran peso en la economía sanrafaelina desde hace más de 50 años. Si dejase de trabajar no sólo generaría desocupación en su amplia planta de personal, sino que también provocaría una fuerte caída de ingresos impositivos a esa comuna, e incluso a la provincia.
Otra forma de solidaridad que reconforta es el hecho, anunciado por el dueño de la firma, de haber recibido el apoyo de otras fábricas colegas para cumplir con compromisos contraídos con sus clientes.
Asimismo, los sueldos de los empleados estarían asegurados, mientras que el Gobierno nacional ofreció líneas de financiamiento con dos años de gracia.
“Con los trabajadores estamos todos unidos, conscientes de que este proceso implica una responsabilidad por todos y cada uno de nosotros. No podemos estar sentados esperando a que nos ayuden, tenemos que encontrar herramientas, que ya están surgiendo, estamos analizando varias alternativas, para que podamos reforzar los ingresos que vienen como apoyo y de esa forma seguir manteniendo niveles de salarios acordes a lo que el equipo estaba acostumbrado”, sostuvo el actual titular del complejo.
En suma, en medio del infortunado hecho, la fábrica de Cuadro Nacional está recibiendo muestras de solidaridad y apoyos concretos que reconfortan a los perjudicados.
Debe mantenerse el efectivo cumplimiento del financiamiento que haga posible la reapertura de la fábrica sanrafaelina en un plazo mediato y que así se produzca la vuelta al trabajo de todos sus empleados.
