Asombro y a la vez indignación generaron las palabras de un influyente jefe político del peronismo bonaerense en una discusión con empleados municipales que tomó estado público por haber sido filmada y difundida en redes sociales. Ante una serie de reclamos laborales por el trajín de la pandemia, el intendente Mario Ishii, de José C. Paz, criticó a viva voz a un grupo de trabajadores de ese distrito de Buenos Aires, señalándoles que “yo los tengo que cubrir cuando están vendiendo falopa con las ambulancias”.
Como los destinatarios de las palabras de Ishii fueron varios de los que diariamente prestan servicios de traslado de enfermos, todo lleva a pensar que médicos, enfermeros y choferes de ambulancias se dedican, además, al comercio de drogas valiéndose de los vehículos públicos.
Sin embargo, la reacción mayoritaria dentro del oficialismo de la provincia de Buenos Aires fue de respaldo al jefe municipal, con el argumento reiterado de que, en realidad, no quiso expresar lo que dijo en su arrebato. Un funcionario de alto rango de la provincia dijo que “no se supo expresar”. Aunque el video no deja dudas de lo que dijo.
Como consecuencia de sus dichos, el intendente de José C. Paz fue citado a declarar por la Justicia por sospecha de encubrimiento, pero en una primera instancia no concurrió.
A raíz de la repercusión que tuvieron las palabras del polémico referente justicialista, la ex ministra de Seguridad del gobierno de Macri, Patricia Bullrich, confirmó, en declaraciones periodísticas, que durante su gestión muchas veces las fuerzas de seguridad a su cargo (nacionales) se encontraron con casos de tráfico de drogas a través de ambulancias. De todos modos, la ex funcionaria nacional aclaró que nunca tuvo a su cargo un caso vinculado al municipio que comanda Ishii y que los vehículos descubiertos en la acción delictiva por lo general trasladaban a médicos, enfermeros y pacientes falsos.
Este lamentable suceso, como el importante aporte de la ex ministra Bullrich, conducen al blanqueo de una situación muchas veces sospechada y hasta denunciada pero pocas veces investigada con seriedad: el vínculo de políticos con el tráfico de drogas. Porque de lo escuchado en el video se desprende que el intendente Ishii ha sido consciente de que, mediante el uso de vehículos de su comuna, personal a cargo de los mismos procedía al traslado de drogas para uso o comercialización. Y aunque se demostrase que el funcionario desconocía semejante acción delictiva, sería también corresponsable por el pésimo control del uso de las unidades destinadas a asistir a enfermos, ahora en tiempos de pandemia.
Cuando las miserias de la política salen a la superficie resulta muy difícil pretender justificar lo que es desde todo punto de vista criticable, condenable, con argumentos o explicaciones sin ningún tipo de sustento. Esta suerte de blanqueo de una práctica delictiva que parece encontrarse muy arraigada en los entretelones de la vida pública es otra cuenta pendiente de nuestra democracia que nadie parece mirar con preocupación.