Luego de las recientes PASO, en los próximos meses los mendocinos elegiremos al futuro gobernador, intendentes departamentales y legisladores, mientras que a nivel nacional deberá ser elegido el Presidente que tendrá que liderar la Argentina durante los cuatro próximos años.
Todos tendrán la enorme responsabilidad de llevar adelante políticas tendientes a lograr mejoras en sus respectivas jurisdicciones. Pero también todos los argentinos tenemos parte de responsabilidad de lo que es hoy cada centímetro de nuestros departamentos, provincias y el país. La Argentina tiene un 35% de pobres y en estos cuatro años la mejora se ha seguido esperando. Los argentinos queremos administraciones conducidas con planes y propuestas para mejorar los ingresos, la salud, la vivienda y el bienestar de todos, de cada uno de los habitantes.
Sin embargo, en esta elección la política nos muestra que lo que más desvela es ganar a toda costa, sin propuestas, sin diálogo, con discusiones a veces sin sentido, con reclamos cruzados, con soberbia, sin sensibilidad. Predomina el más puro interés de cada dirigente. Individualismo. Se busca la victoria para seguir en el mismo lugar, o para volver... Hay diagnósticos de todo lo que se pueda uno imaginar antes de asumir funciones legislativas o ejecutivas, pero luego la gestión hace olvidar en la mayoría de los casos tantas promesas de discursos proselitistas.
Los datos indican que la presencia de los legisladores en sus cámaras es bastante baja.
Las causas por supuesta corrupción están sin resolver. La disminución de la pobreza, en veremos. Ni qué hablar de resolver flagelos como la inflación o los efectos de tantas devaluaciones del peso.
¿Será tan difícil tener un país previsible? Un país con sueldos que alcancen para llegar a fin de mes, con pymes que trabajen competitivamente, con expectativas de un crédito para poder adquirir la casa propia, o un auto. ¿Será tan difícil ser un país previsible, como muchos en el mundo?
Los argentinos debemos exigir que nos guíe una dirigencia política que trabaje más, que se esfuerce. Y que se enriquezca menos, incluso más allá de declaraciones de bienes que parecen burlarse de los habitantes. Políticos que alcanzan la categoría de millonarios o que pasan a gozar de jubilaciones “de privilegio” de por vida sin que se pueda conocer, en la mayoría de los casos, el esfuerzo laboral que desarrollaron para haber llegado a dicho nivel de status.
Es de esperar que luego de estas elecciones de Presidente, Gobernador e intendentes, además de legisladores nacionlaes y provinciales y de concejales veamos a la gran mayoría de los representantes del pueblo cumplir con su rol de gobernar y administrar el Estado en favor de quienes en cada convocatoria cumplen con el deber y el derecho cívico de elegir a través del voto.
Quienes conducen el Estado, tanto nacional como provincial, y administran los distintos municipios tienen la obligación de trabajar en forma incansable para, desde cada lugar que les toca, contribuir para que los argentinos tengamos un mejor país.
Se requiere de funcionarios trabajadores, con humildad, con diálogo, también con voluntad de aprender mientras llevan a cabo su función. Porque en la vida siempre se aprende.
Se requiere de funcionarios que caminen las calles mostrando que su finalidad es hacer el bien y retirarse de la gestión pública, cuando caduque cada mandato popular, con menos recursos económicos de los que tenían al asumir.
Es importante que, más de allá de la pasión política o del malhumor por circunstancias propias de una mala gestión, el voto ciudadano sea exigente y busque privilegiar a aquellos dirigentes que busquen un lugar destacado en base a sus buenos antecedentes.