Editan un periódico escolar que no para de crecer

Lo hacen estudiantes de la escuela James Watson Cronin de Malargüe. En enero ganaron un concurso nacional de proyectos y ahora usaron el dinero para mejorar la calidad de la edición.

Editan un periódico escolar que no para de crecer

Estudiantes de la escuela 4-190  James Watson Cronin de Malargüe ganaron un premio nacional por la edición del periódico escolar Código Watson.

El grupo, de nivel secundario, presentó el proyecto en noviembre del año pasado y en enero les comunicaron que habían ganado en la primera selección de la convocatoria. El primer puesto se tradujo en alrededor de $ 20.000 y con parte de ese dinero los jóvenes redactores compraron equipamiento para montar un periódico móvil.

El proyecto nació hace 4 años por iniciativa del director del establecimiento, Miguel Herrera. El docente a cargo es el periodista Gustavo Yañez junto al diseñador industrial Héctor Safronchik.

Este periódico escolar está integrado por un staff fijo de alrededor de 15 estudiantes de distintos cursos del colegio, quienes se reúnen todos los jueves en horario extraescolar para armar los ejemplares que se distribuyen de forma gratuita, una vez por mes, en los colegios del departamento.

La modalidad para la elección de las notas periodísticas consiste en que los alumnos proponen posibles coberturas, seguidamente arman la entrevista, cubren la nota, la desgraban, redactan, la editan y se la entregan al diseñador gráfico.

Finalmente se imprimen alrededor de 200 ejemplares. Un punto importante es que los estudiantes que integran el equipo del periódico asisten por su propia voluntad y a la hora de cubrir notas eligen los temas que más les interesan y con frecuencia reciben capacitaciones.

El director Miguel Herrera explicó a Los Andes que el periódico surgió como una opción alternativa para que los estudiantes aprendan. En este sentido sostuvo: “Hay contenidos que ven en el aula pero no los entienden, entonces con la práctica les suele resultar más fácil”.

Herrera comentó además que Código Watson se trabaja en todos los cursos, porque es un eje troncal, es decir, que desde todas las materias aportan material.

Damaris Guajardo es una de las alumnas que integra el grupo de trabajo. La joven estudiante cursa quinto año y destacó: “Nos gusta venir a Código Watson porque nos entretenemos, aprendemos, la pasamos bien, nos invitan a hacer notas cuando hay algún evento y además somos un grupo muy unido”.

Por su parte, Pablo Montaldo, quien también integra el staff y que también cursa quinto año, explicó que tienen un cronograma a la hora de trabajar porque están divididos en secciones como deportes, sociales, espectáculos y fotografía. El trabajo de Pablo es editar notas y cargarlas a la página web que él mismo diseñó.

Distinciones

Código Watson ha sido premiado en varias oportunidades. Entre las menciones se destaca el primer puesto durante dos años consecutivos (2012 y 2013) en los Premios Florencio Héctor Lucero. De este certamen participaron medios locales como nacionales.

También fueron premiados por el colegio con un viaje a Tecnópolis en 2012 y en el mismo año, gracias al aporte de algunas empresas de Malargüe el grupo de estudiantes y docentes a cargo viajaron a la ciudad de Mendoza. En la capital provincial recorrieron medios gráficos, digitales, televisivos y radiales con el objetivo de conocer cómo se trabaja en esos lugares y además dieron a conocer el proyecto.

Mientras que en enero de este año el grupo recibió la grata noticia que habían resultado ganadores con el primer puesto de un premio a nivel nacional, perteneciente al programa para adolescentes “Nuestro Lugar”. El docente Héctor Safronchik es el encargado del diseño y la diagramación del periódico y sobre el reconocimiento indicó que corresponde al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y con parte de este dinero se compraron cámaras fotográficas, grabadores periodísticos y dos impresoras.

Con estos modernos equipos los jóvenes redactores pasaron a tener ejemplares con tapa a color y agilizaron radicalmente el sistema de impresión, como así también profesionalizaron su trabajo. “Antes utilizábamos la impresora del colegio para imprimir, pero era muy lenta, se trababa y nos demorábamos mucho, ahora enchufamos las impresoras a la compu y después sólo abrochamos los ejemplares”, relató Nora Ortiz, también integrante del periódico.

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