El cuidado del ambiente es un tema que preocupa mucho en Mendoza porque a pesar de que hay avances en la materia, los retrocesos están a la orden del día.
Entre estos últimos destacamos los cauces contaminados, los aún existentes basurales a cielo abierto y el derrame o filtración de sustancias nocivas en la tierra, que afectan el crecimiento de las plantas así como las napas de agua subterránea. Aquí incluimos el pernicioso presente de la chatarra electrónica.
Estos son algunos de los factores desencadenantes de la contaminación como problema ambiental. Solo algunos.
Pero también la realidad local muestra pasos a favor de los consumos energéticos y del cuidado ambiental. Uno de ellos es la irrupción de los primeros edificios sustentables. Estas estructuras abren la perspectiva de desarrollar políticas constructivas de inmuebles para muchos ocupantes con dispositivos que eviten la contaminación ambiental o que contribuyan a ahorros energéticos significativos y al uso de recursos alternativos para calefaccionar los inmuebles.
En esa línea ubicamos la construcción de edificios ecológicos, dos en el departamento de Godoy Cruz y uno en el centro de la capital mendocina.
Uno de ellos es el encarado por el Estado provincial, que está levantado el nuevo anexo de la Legislatura de ocho pisos, en la peatonal Sarmiento. Esta construcción -que en octubre se encontraba en el 35% de su ejecución- presenta detalles modernos y en armonía con el cuidado ambiental. Se le colocarán paneles solares en el techo que equivalen al consumo de cinco casas de familia, con posibilidad de sumar más paneles en el futuro. Un detalle más que lo hace innovador es que el complejo tendrá un jardín colgante en el cuarto piso y dispondrá de un sistema de parasoles perforados que posibilitarán la entrada de luz y calor solar para ahorrar.
Otro edificio que adhiere a los preceptos de la sustentabilidad es el que se ha terminado en calle Beltrán del barrio Bombal Sur de la firma Strada SA, que promete un ahorro energético del 50% y una disminución en el consumo de agua del 30%, lo que repercutirá en los costos de los moradores del establecimiento. El mismo se convierte en paradigma de ahorro del vital elemento, tan escaso en nuestros ríos y que obligó a Irrigación a declarar la emergencia hídrica permanente. Asimismo las aguas grises se destinarán al riego de los espacios verdes y la limpieza de los espacios comunes. Y asimismo está concebido un procedimiento de tratamiento de residuos para facilitar el reciclado y la higiene.
Una construcción más que finca sus posibilidades, entre otros aspectos, en la energía del sol para calentar sus dependencias y brindar iluminación es el ya inaugurado hace tiempo en pleno centro de Godoy Cruz, de 32 departamentos, emprendimiento de la familia Righi. Este edificio tiene una singularidad ya que utiliza dos tipos de energías limpias: la fotovoltaica y la térmica. Es el primero del país de este tipo.
Godoy Cruz, entonces, se anota la delantera en promover estos sistemas constructivos sustentables que incentivan el uso de energías limpias en las construcciones privadas.
Sería propicio esperar entonces que estas modalidades en la ejecución de conjuntos habitacionales alternativos, con ahorros destacables en energías tradicionales y a favor del cuidado del medioambiente se vayan imponiendo en el territorio provincial y sean apoyados por el Estado.
