Ecosistemas marinos: biodiversidad oceánica, complicada como en la tierra

Así como hay grandes concentraciones de contaminación en tierra firme, los oceános también están amenazados.

Ecosistemas marinos: biodiversidad oceánica, complicada como en la tierra
Ecosistemas marinos: biodiversidad oceánica, complicada como en la tierra

Quienes estudian los residuos humanos derramados en el planeta afirman que no existe hoy un patrón de comparación para medir el grado y tamaño de la polución ambiental que hoy podemos ver, tanto en la tierra como en los mares. Solo recurren a un calificativo. ¡Inmensos!

La prestigiosa bióloga Marina y oceanógrafa americana Sylvia A. Earle (84)(A Terra Azul–SESI SP 2017) ha estudiado este fenómeno hasta de una manera bizarra tripulando vehículos ROV (vehículo de operación remota, sigla en inglés), similares a los que buscaron nuestro submarino Ara San Juan, hundido en el Mar Argentino el año pasado, y de ello cuenta que se suelen observar objetos de todo tipo que no pueden ser absorbidos en el lecho marino, ya sea por el tipo de material o por su tamaño. Estamos hablando de navíos hundidos, restos de materiales bélicos, o metales de todo tipo.

Sin embargo, el plástico es el gran villano de esta historia acerca del daño que la humanidad está provocando por el simple hecho de no hacerse cargo de su responsabilidad en el cuidado ambiental.


Sylvia Earle, “La Dama de las profundidades”. | Los Andes
Sylvia Earle, “La Dama de las profundidades”. | Los Andes

El peor escenario parece ser el océano Pacífico, un verdadero basurero de toda especie de residuos contaminados de norte a sur y no de manera estática, sino que grandes y pequeños fragmentos multicolores navegan en él, siguiendo las corrientes. Allí se puede ver una inmensa cantidad y variedad de desechos como botellas, bolsas, calzados, vasos, juguetes, y todo el resto de la gama que se van uniendo y concentrando en lugares específicos. Los más cercanos a nosotros están en las costas de Chile y también frente a la costa oeste de la Antártida. 

El Atlántico tampoco se salva, grandes concentraciones se observan en el Golfo de México y una de las más grandes, está situada sobre el Mar de los Sargazos, llamado así por la inmensa cantidad de algas de ese nombre que junto con los plásticos forman los llamados parches de basura, ubicadas en el Atlántico Norte a la altura Nueva York, aunque lejos de la costa, una región de casi 8 millones de kilómetros cuadrados de aguas calmas y con un gran caudal de vida marina.

Un informe del Consejo de Estudios Oceánicos de Estados Unidos identifica al plástico encontrado como una gran variedad de materiales poliméricos sintéticos con propiedades deformables en función de las necesidades de uso entre los que se encuentran polipropilenos, polietileno, polivinilos (PVC) poliestireno, nylon y policarbonatos. Todo este material es arrojado a las aguas por buques del transporte comercial, pesqueros, cruceros turísticos, navíos militares, o plataformas petroleras. De igual modo que las industrias costeras. 

La fauna marina sufre la contaminación en todas sus formas, desde tortugas marinas que se enredan en aparejos de pesca a la deriva, hasta ballenas y tiburones que en cada bocado ingresan ingente cantidad de cuerpos extraños que obstruyen sus intestinos. Cuenta la mencionada científica que, en una de sus investigaciones de campo, fue encontrada en las costas de California una ballena muerta a la que le encontraron en su estómago 181 kilogramos de plástico. 

A pesar de que muchas organizaciones oficiales y privadas en el mundo han encarado campañas de limpieza en los océanos y sus costas el problema no disminuye. La Ocean Conservancy, una ONG con sede en Washington viene fomentando esta actividad desde 1986 en su país y generando campañas en otros, por ejemplo, en 2008 consiguió que unos 400.000 voluntarios de 104 países recogieran 3 millones de kilogramos de desechos la mayoría de los cuales eran los objetos habituales ya descriptos.

Sin embargo, lo más difícil de resolver son las bolitas de pellet producidas para ser materias primas de plásticos industriales, conocidas como lágrimas de sirenas, que forman inmensas islas flotantes e itinerantes y son muy difícil de identificarlas desde el aire, lo cual representa una dificultad más para su extracción.

El plancton marino que es alimento de grandes especies como ballenas y tiburones sufre también, pero de manera indirecta. Esto fue demostrado por un empresario naviero llamado Charles Moore, tal vez, uno de los primeros en percibir lo que estaba ocurriendo. Al recoger muestras de plancton repetidamente y en varias áreas del Pacífico norte descubrió que por cada kilo de esas especies había 6 kilos de materiales plásticos, por lo cual concluyó que pretender absorber masivamente desechos granulados en flotación significaba matar simultáneamente parte de vida marina. Hay inmensas concentraciones de residuos plásticos y pellets (producto totalmente natural, catalogado como biomasa sólida) en zonas donde hay alta incidencia de los rayos solares y se concentran grandes volúmenes de oxígeno por lo cual se activan las grandes cadenas alimentarias oceánicas. Es por este tipo de casos de daño ambiental que observamos la gran frustración de los científicos al no poder llegar con sus propuestas y constataciones a conseguir normas y acciones tendientes a detener con éxito esta destrucción de vida en los océanos.

Las mini partículas de plásticos coloridos como tapitas, encendedores, jeringas, piecitas de rasti, o bolitas que flotan en las superficies no solo son mortales en el lecho marino sino también en la superficie donde suelen confundir a aves como albatros, gaviotas, o cormoranes que las comen y luego aparecen muertas en las playas con cantidades de piecitas en sus buches.


Atlántico. Algunas especies marinas de este oceáno estan en peligro por la contaminación que sufre. | Los Andes
Atlántico. Algunas especies marinas de este oceáno estan en peligro por la contaminación que sufre. | Los Andes

La composición de los residuos marinos también es importante a los efectos del análisis de contaminación de la fauna. Por ejemplo, según la profesora Earle, "la dama de las profundidades", algunos de ellos suelen contener imitadores hormonales que puedan interferir los sistemas biológicos de algunos organismos marinos y de ese modo afectar en serie a otras especies de la cadena alimenticia como son los osos polares o las focas. 

Es bueno recordar que el ser humano es el último eslabón de la cadena alimentaria y ovbio el cuidado que debe tener al ingerir estos alimentos, en particular por el efecto concentración que es aquello que está disperso y que se va concentrando a medida que especímenes mayores van participando del proceso de la ingesta.

En función de lo explicado, caben las preguntas que nos deberíamos formular, inclusive los gobernantes: ¿qué hacemos con la basura marina? ¿La dejamos en el mar o la sacamos y la llevamos a la tierra? ¿Y qué hacemos con la basura de la tierra, la tiramos al mar o la dejamos como hasta ahora? ¿O iremos al reciclado masivo? 

El planeta tierra ya no tiene un lugar que se pueda destinar a basurero especifico no contaminante, mientras que la población sigue creciendo. Tampoco hay basureros fuera del planeta con excepción del espacio, pero ese es otro tema.

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