Casa FOA se desarrolló en esta oportunidad en el club Círculo Olivos, desde el pasado 13 de setiembre hasta el domingo 20 de octubre. La exposición se desarrolla desde hace más de 30 años con la finalidad de recaudar fondos para Fundación Oftalmológica Argentina (FOA) Jorge Malbrán.
La sede elegida para esta 36° edición, con un estilo racionalista rioplatense, deja atrás la euforia del Art Déco. Se trata de un estilo que llega a Buenos Aires para depurar los excesos del eclecticismo y proponer una nueva modernidad funcional y minimalista, pero también evocadora de las tradiciones de una autenticidad rioplatense.
La muestra de arquitectura e interiorismo ofreció este año un recorrido por 55 espacios distribuidos en 5.730 metros cuadrados: 2.230 asignados a interiorismo y 3.500 destinados a paisajismo.
Tanto profesionales de larga trayectoria como nuevos talentos dieron respuesta a una inquietud actual: ¿cómo se habita en la actualidad?. En tiempos de cambios profundos y acelerados, se elige cada vez más mutar a espacios más flexibles y dinámicos con marcada presencia de espacios de trabajo que se integran dentro de una vivienda.
"Se relega la rigidez y la intransigencia a favor de la flexibilidad y la adaptabilidad. Con la inspiración como norte, Casa FOA invitó, una vez más, a reflexionar. A vincularnos con objetos y espacios. A explorar y explotar el detalle. A dialogar con nosotros mismos y con lo que nos rodea", analizó Marcos Malbrán, director general de Casa FOA, muestra que ha recibido a 1.250 arquitectos e interioristas participantes.
Levantado en la década de 1930 frente a la Quinta Presidencial, el club Círculo Olivos presenta dos niveles. La planta baja sorprendió al público con propuestas de espacios de trabajo de las más diversas profesiones, desde aquellas relacionadas con el arte y el diseño hasta otras vinculadas al mundo del deporte y la gastronomía. El espacio de cafetería ofreció “Arte Latte” y un show de decoración de pastelería en vivo de la mano de La Panotteca. En su exterior, además de la cafetería, se pudieron apreciar variadas propuestas de paisajismo.
Por otro lado, la planta alta se centró en la tendencia que constituye un modelo cada vez más atractivo para inversores y muy elegido entre los residentes: el coliving. Conceptualmente alineado al fenómeno del coworking, propone unidades de vivienda completamente equipadas con espacios comunes para realizar distintas actividades, como estudiar, trabajar y hasta compartir.
Entre los nuevos talentos de este año figuraron los diseñadores Hugo Di Marco y Josefina Badía. Casa FOA les asignó "loft con espacio de trabajo” para que diseñaran en un vestuario de mujeres del club, uno de los más grandes. El lugar de 140 metros cuadrados se pensó para alguien del sexo masculino. La idea fue hacer un espacio multifuncional de amplios ambientes y materiales nobles con colores oscuros y elegantes. Una cinta perimetral, inspirada en un rollo de género desplegado sobre una mesa de corte unificó, de manera ondulada, todas las paredes del espacio.
Otro de los espacios más grandes de la muestra estuvo asignado al concepto de coworking y los encargados de desarrollarlo fueron los arquitectos Juan Caram, Flavio Domínguez y Diego Segoura. Ellos decidieron que el espacio fuera conceptual y armado con pocos elementos. Por un lado, la propuesta enfatizó el uso de una sola paleta de color, el rosa, un tono que es tendencia. Y, por otro lado, el espacio se articula a partir del mobiliario que define las distintas áreas de trabajo según las tareas a realizar.
A manera de corolario, el itinerario culminó con la puesta en escena de un departamento completo con dimensiones reales. Ya una tradición desde la primera muestra, celebrada en 1985, donde el arte impone su presencia con el propósito de crear una conexión sensorial con los visitantes.