Economías regionales, cada vez más complicadas

La baja de los precios internacionales, sumada al atraso cambiario, les quitan rentabilidad y poder adquisitivo a los productores. También sufren depresión de la demanda y altos costos para producir. Peligran más de 1 millón de empleos.

Economías regionales, cada vez más complicadas
Economías regionales, cada vez más complicadas

El 2015 apunta a ser un año muy difícil para las economías regionales. La sentencia se desprende de un estudio del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea.

“La combinación de un progresivo atraso cambiario interno con precios internacionales en descenso, deriva en caídas del 50% en indicadores de rentabilidad (tomando 2006 como referencia) para una buena parte de los productos emblemáticos de las economías regionales”, indica el informe.

¿Los motivos? Diversos. “La inflación registrada a posteriori de la devaluación del peso de enero de 2014 terminó anulando el intento de recomponer precios relativos, al tiempo que en el mercado mundial predominó la tendencia negativa en las cotizaciones: de 20 productos monitoreados, sólo 5 registran mejoras en los precios internacionales respecto de diciembre de 2013, en 3 se advierte estabilidad, y caídas (significativas) en 12”, profundiza Ieral.

Su economista Jorge Day agrega que “la pérdida de competitividad se agrava por la divergencia del recorrido del tipo de cambio real de Argentina con el de países vecinos, que son competidores y clientes, a la vez, en muchos de los productos considerados”. Indica que cuando el dólar oficial se atrasa frente a la inflación pasa a ser una preocupación para exportadores y productores regionales, porque sus costos en dólares crecen.

Este hecho puede verse compensado si aumentan sus precios internacionales, pero esto no ocurre en la mayoría de los casos como sucede con el caso de las peras y manzanas del Alto Valle de Neuquén, que ya tienen competencia en Brasil de frutas europeas más baratas.

“En 2015 la gran amenaza regional es la combinación de dólar que continuaría atrasándose y precios de exportación en caída. No sólo merma la rentabilidad de exportadores, sino también el poder de compra de los productores primarios”, afirma Day. Además, los precios internacionales son más bajos que en 2014 “para buena parte de los productos regionales que se exportan”, dice.

Son algunas de las causas del reciente paro de comercialización de CRA, SRA y Coninagro, a 7 años de la resolución 125/2008 de retenciones móviles.

A todo esto, el cambio climático y sus consecuencias de pérdidas, plagas y enfermedades fúngicas tampoco ayudan.

En sintonía con Day, Raúl Robín, presidente del sector primario de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), advierte que las economías regionales atraviesan “una crisis profunda” a raíz de la “depresión de la demanda, el retraso cambiario y los altos costos productivos”. Sostiene que estas economías están “muy complicadas, salvo algunas excepciones puntuales”.

Como los arándanos, que tuvieron una cosecha corta y precios sostenidos, o los limones de Tucumán, que esperan un 2015 con recuperación productiva y avances en las tratativas para exportar a EEUU, luego de un 2014 con un 50% menos de cosecha por culpa de las heladas. Pero “la mayor parte de las producciones tienen problemas de altos costos internos, bajos precios de cosechas y freno de la demanda externa”, subraya.

“Solicitamos la eliminación de las retenciones a estas producciones”, destaca Robín. El anuncio del lunes de la Presidente no cayó bien para los sectores que no fueron alcanzados con el beneficio de reintegro de retenciones (ver Segmentación mentirosa)

Las retenciones que están pagando las economías regionales (5 ó 10% según producto) en algunos casos son un mínimo aporte para lo que recauda el Gobierno por este concepto. El algodón, por ejemplo, paga un 5% de retenciones y aporta al país 1,4 millón (0,07%) de los 20.000 millones que se recaudan. Es poco para el Gobierno, pero representa mucho para el sector.

Los más jaqueados son los que destinan el mayor porcentaje de su producción a Brasil, que devaluó más del 7% el último año. Además, la devaluación y crisis rusas también pegan fuerte, en especial en cítricos dulces, peras, manzanas y parte de la vitivinicultura. En el plano interno, el empresario destaca también el tembladeral en el sector azucarero (por sobrestock que impacta en los precios) y en el tabacalero (que zafa un poco con el Fondo Nacional del Tabaco).

Las exportaciones también están complicadas. Según la Coordinadora de Productos Alimenticios (Copal), los valores exportados bajaron 12,5% en enero-noviembre de 2014, comparado con igual ciclo de 2013. Así, se alcanzó la onceava caída interanual consecutiva en este segmento. Los productos más golpeados son: conservas de frutas (-60%) y uvas (-44,9%). La onda negativa se expandió al aceite de oliva   (-43,5%), aceitunas (-30,3%) y dulces y mermeladas (-18,7%).

“Hoy están en riesgo 1,5 millón de puestos de trabajo debido a la falta de políticas adecuadas a las necesidades de las diversas actividades del campo”, declama, por su parte, la Comisión de Enlace, formada por las cuatro entidades del campo (SRA, CRA, Coninagro y FAA).

Aduce que “la pérdida de competitividad, como producto de la inflación, el aumento de costos en dólares, la creciente presión fiscal, el alto costo de financiamiento y el deterioro de la infraestructura, han impactado negativamente en la viabilidad de estos sectores productivos”.

Afirma que una rectificación del rumbo de la política agropecuaria nacional “podría redundar en un rápido aumento de la producción a más de 200 millones de toneladas de alimentos, con un incremento de la oferta del 50%. Con este nivel de producción se podría alimentar a más de 600 millones de personas”.

Por su parte, los productores de ajo sufren una contracción del precio del orden del 30%. Esto, más los factores comunes a todas las economías regionales, ha desincentivado la inversión con una baja en el área sembrada del 40% en Mendoza, principal provincia productora.
Por su parte, los productores de miel se enfrentan a la mortandad de abejas, entre otras cosas, lo que deriva, según datos oficiales, en una

baja en la producción nacional de casi la mitad respecto a las 80.000/90.000 toneladas al año. Los legumbreros son otros que la están pasando mal: el área sembrada con porotos en el último ciclo fue de 276.000 hectáreas, pero sólo cosecharon 144.500 (-48%). En garbanzo, que venía bien perfilado, la sequía derrumbó las expectativas productivas en el país con una caída del 60%.

Enojo en el sector vitivinícola

Esta semana desde distintas entidades vitivinícolas se quejaron debido a que no habían sido incluidos en el beneficio que el Gobierno Nacional les otorgó a los productores del campo. El enojo se debe, entre otras cosas, a que el sector viene solicitando devolución de retenciones para poder hacer más competitivos los vinos que exporta Mendoza. También se quejó la Unión Comercial e Industrial de

Mendoza, entidad que emitió un duro comunicado en el que señalaba que “queda claramente demostrado que (el Gobierno Nacional) favorece a las actividades de mayor peso, como la sojera”. Palabras similares había pronunciado Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, al indicar que “parece mentira que en decisiones de este tipo no se tome en consideración el valor agregado que genera cada actividad”.

La UCIM indicó además que “la decisión muestra el total desconocimiento de la Nación de la complicada situación del sector vitivinícola”. También fue duro el gerente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), Carlos Iannizzotto, quien indicó que “creíamos que nos iban a incluir en el beneficio porque les hemos pedido la devolución de retenciones a todos los ministros, funcionarios y hasta la Presidenta. Además, el beneficio otorgado es insuficiente porque depende de que se liquiden divisas. El productor tiene que poner la plata, cosechar y después se lo devuelven”.

Segmentación mentirosa

A comienzos de su primer gobierno, en 2008 y en medio del conflicto con el campo, Cristina descalificaba a los chacareros de 100 o 200 hectáreas con el argumento de que su campo valía 1 millón de dólares o más. Ahora, al final de su gestión, la Presidenta por fin descubrió que esos mismos productores, unos 46.211, se caen del mapa y deben ser socorridos por el Estado. Se decidió así otorgar a cada uno de ellos un promedio de 4.500 pesos mensuales, una suma equivalente a 7 AUH (Asignación Universal por Hijo).

Se trata de una “segmentación” de retenciones mentirosa, porque nada tiene que ver el mecanismo con la alícuota de ese tributo.

Cualquiera sea su tamaño, los productores seguirán cediendo 35% de la soja, 24% del trigo y 20% del maíz. Y así, el sector seguirá aportando más de 70.000 millones de pesos con cada cosecha. Lo que sucedió ahora es que Economía tomará una pizca de esos recursos para crear un fondo de 2.500 millones de pesos, con el cual subsidiará a los productores de hasta 700 toneladas de producción (es decir, los de 100 o 200 hectáreas). El impacto fiscal será mínimo porque aunque sean la mayoría (46.000 sobre 70.000 en total), esos chacareros aportan solo 12% de la producción total.

Para la Federación Agraria, que negoció este salvataje al margen de la Mesa de Enlace, la medida es bienvenida porque significa una inyección de dinero fresco en un año de números rojos. La opción era sencilla: para el campo no cambia nada, pero para muchos productores este subsidio puede significar la supervivencia. Los más chicos, de hasta 300 toneladas, pueden llegar a cobrar hasta 80.000 pesos en total.

Si se cumplen las promesas, el dinero llegará a los chacareros a partir del 15 de abril. Los pagos serán mensuales y se estirarán hasta octubre, mes de votación. Luego se verá. En este salvataje, ya sea por convicción o por conveniencia electoral, el Gobierno deslizó que hará la vista gorda si existe una deuda con AFIP. Siete años después, Cristina finalmente parece haber entendido que no siempre es millonario quien está parado sobre un campo de 1 millón.

En problemas

Leche
La producción 2015 caería por tercer año consecutivo. El sector asegura que es por: la combinación de bajos precios al productor, alta inflación, elevada presión impositiva, condiciones climáticas no óptimas y el deterioro en la relación insumos-precio de la leche a lo largo del año. En tanto, pequeños y medianos productores desde la Federación Agraria evalúan como "muy positiva" la compensación de              $ 0,30 por litro.
Ovinos
El productor ovino sufre una caída del precio internacional de la lana del 10%, entre otros motivos por la devaluación del dólar australiano y el elevado stock de lana en China. Con un ingreso atado al dólar y los costos traccionados por la inflación, los resultados económicos se han deteriorado mucho. Entre 2006 y 2012 desaparecieron 230 establecimientos en Chubut, una de las provincias productoras líderes de lana.
Cítricos
En el sector ven con gran preocupación el tema del tipo de cambio. Además, el escenario internacional y local resulta adverso por una demanda mundial afectada por la devaluación de compradores como UE, Rusia y Brasil. La mayor oferta de cítricos de Perú y Sudáfrica volcará más fruta en el mercado interno e impactará en el precio al productor, que cobra un tercio de lo que necesitaría para cubrir costos y seguir activo.
Peras y manzanas
En Río Negro dicen que, en los últimos años, los costos internos subieron un 50% en dólares y sólo 20% los precios. Los productores de peras y manzanas reciben el 62% de lo que les cuesta su recolección. Si la fruta va a la industria, el productor recibiría sólo el 40% de lo que le costó la cosecha. 
Esta situación obliga a muchos a dejar en los montes 200.000 toneladas de peras, es decir el 25% de la producción nacional.
Azúcar
Los productores de azúcar están recibiendo el mismo precio que hace 4 años, afirman en la Mesa de Enlace, situación que impacta en la viabilidad del negocio de 4.800 pequeños productores cañeros, es decir el 90% del total. La pérdida de competitividad internacional le quita al sector la posibilidad de exportar, y la sobreoferta se vuelca al mercado interno e impacta de lleno aún más en el precio al productor.
Algodón
En tanto, los productores algodoneros se enfrentan a una caída de la cotización internacional que ronda el 27%. Esta baja afectará el precio que reciban por su cosecha. Hoy se está pagando $ 2.500 la tonelada de algodón en bruto, valor que no alcanza para cubrir los costos de producción, dicen en las zonas productoras. También el cultivo se ha visto desplazado debido al avance de la soja hacia zonas antes algodoneras.
Tabaco
La baja demanda mundial por los grandes stocks de los países productores complica la comercialización de tabaco argentino. Esto impidió lograr un precio acorde a los costos de producción del cultivo. El clima también juega en contra. En el NOA, por granizo, se perdió 10% del área implantada. Las inundaciones trajeron pérdidas del 70% en Corrientes. Los costos subieron 40% y los precios al productor sólo 10%.
Vinos
El Gobierno salió a paliar la crisis vitivinícola con $ 215 millones de pesos para la presente vendimia. Las exportaciones 2014, de U$S 990 millones, cayeron 9,5%. El costo de producción de un viñedo aumentó 36% anual. Además, el consumo interno, que venía en alza, pisó el freno y bajó 7%. "Peligra la actividad de 40.000 productores y 156.000 trabajadores", dicen en el sector. CC

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