Con una sostenida caída en el consumo, el sector vitivinícola recibió con los brazos abiertos el avance regulatorio del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) que dará el marco legal a las bodegas para que produzcan vino con baja graduación alcohólica y también sin alcohol.
La nueva resolución, integrada a la Ley General de Vinos, introduce las categorías de “Vino Parcialmente Desalcoholizado” y “Vino Desalcoholizado” o “Vino Sin Alcohol” y destaca en la fundamentación la exhaustiva evaluación llevada a cabo por los profesionales del INV, quienes consideraron tanto las normativas locales como internacionales, así como las directrices de la OIV en el tema.
Expandir mercados y abrirles la puerta a nuevos consumidores, entre otras cosas, es lo que la nueva regulación permitirá a las bodegas argentinas, en un contexto mundial en donde ya se imponen estas nuevas tendencias con el objetivo de ganar potenciales clientes, otrora resignados por la industria vitivinícola.
Walter Bressia, de Bodegas de Argentina (BdA), no dudó en celebrar la nueva normativa y explicó que “los beneficios en cuanto a la demanda van a ser muy buenos ya que hay una tendencia global a bajar el consumo de alcohol en todas las bebidas y el vino no se puede quedar afuera de eso”.
Según Bressia, la normativa le va a permitir al vino pelearle segmentos de mercado a bebidas como la cerveza, al tiempo que va a “ayudar a que se incremente el consumo de vino en los restaurantes, por ejemplo, ya que viene en descenso no solo por el precio, sino en muchos casos también por los controles alcoholemia”.
Una normativa que sola, no alcanza
Federico Gambetta, de Altos las Hormigas, aplaudió la resolución del INV, pero fue cauteloso en varios aspectos. “Creo que cualquier medida que este orientada a mejorar el consumo, es positiva. Es un fenómeno mundial y hace un tiempo que el mercado lo está requiriendo por lo que me parece bien. Pero también me parece que debe ser una medida dentro de un paquete de acciones, ya que decir que la caída consistente del consumo de vino es únicamente debido a la falta de estos vinos es un error”, remarcó.
En ese sentido, Gambetta pidió medidas de colaboración entre el INV y el Estado para generar políticas que apunten, por ejemplo, “a la colocación de telas antigranizo y la tecnificación de viñedos, para lograr que las bodegas sean más competitivas”.
Reconversión y cautela
La reconversión por parte de las bodegas para producir vinos sin alcohol no será algo que pueda darse de un día para el otro, ya que el proceso implica mucho trabajo y dinero. Al respecto, Bressia aclaró que “no es algo que pueda realizarse en el corto plazo, ya que implica una inversión importante, quizás solo las bodegas más grandes puedan hacerlo, pero no es sencillo”, remarcó.
También hay que tener en cuenta, que, si bien la reducción de alcohol en las bebidas es algo que el mundo está pidiendo, “no hay que salir todos como locos a hacer vinos desalcoholizados”, opinó Gambetta. “Es una oportunidad de negocio más y un nuevo nicho que se abre. Muchas veces hemos visto productos que son como ‘estrellas fugaces’, aparecen y luego el mercado los olvida. Ojalá esto funcione bien y genere más ventas”, explicó el enólogo de Altos las Hormigas.
En el mismo sentido, Lorena Mulet, enóloga de bodega Cruzat, explicó que no es fácil desalcoholizar un vino. “El vino tiene una alta graduación alcohólica y cuando uno desalcoholiza se pierden muchos aromas, entonces hay que trabajar mucho en los viñedos para obtener una buena producción y cosechar temprano para que los vinos tengan baja cantidad de alcohol”.
En relación con la proyección que potencialmente puede tener esta medida, Gambetta, consideró: “Es muy pronto para proyectar un porcentaje de aumento de consumo. Lo que sí sé, es que se abrirán muchas puertas y que también nosotros tendremos que empezar a desarrollar los vinos para poder ofrecer en el mercado un producto de alta calidad”.
Dos productos que abren el camino
El mercado argentino ya ha estado experimentando en la categoría. “En 2022 lanzamos Nienpëdo, una bebida con 0,6% de volumen alcohólico y características estéticas y organolépticas similares a las de un espumante Extra Brut, pensando en los consumidores que quieren disfrutar de los momentos de brindis pero eligen tomar menos alcohol”, contó Inés Mastrogiacomo, Gerente de Marketing de Bodega Dante Robino a diario Los Andes, sobre Nienpëdo.
Según Mastrogiacomo, la idea con este producto fue establecerse como “una bodega diferente y disruptiva dentro del mercado, sumándonos al compromiso de Cervecería y Maltería Quilmes de ofrecer un portafolio con alternativas que impulsen un consumo moderado y como consecuencia, contribuyan a un consumo responsable de bebidas con alcohol”.
Para la encargada de Marketing de Dante Robino, esta nueva normativa del INV “confirma la tendencia a un consumo cada vez mayor de bebidas bajas en graduación alcohólica, y ojalá esto impulse a muchas bodegas más se sumen a ese camino”.
Otras de los productos que ya marcan tendencia en el bajo contenido alcohólico es de Bodega Cruzat. Lorena Mulet, su enóloga, aclaró que el Cosecha Temprana Rosé 100% Pinot Noir que elaboran, reduce el alcohol de 12.5% que tiene un espumoso normal, a 9.4%.
“Desde hace varios años venimos pensando en este proyecto de desarrollar vinos espumosos bajos en alcohol. Y siempre el objetivo fue hacer vinos bajos en alcohol, de buena calidad y de forma natural: acá no existe un proceso de desalcoholización como los de la mayoría del mercado, sino que se logra naturalmente, cosechando muy temprano”, explicó Mulet a Los Andes.
Sobre la nueva regulación, Mulet aseguró que responde a una tendencia que se viene afianzando a nivel mundial: “La gente comenzó mucho a cuidar lo que consume y a buscar alternativas saludables”.
Cinco técnicas para reducir el alcohol en el vino
Según un informe publicado por el Instituto Francés de la Viña y el Vino (IFV) existen un conjunto de técnicas y estrategias para ayudar a reducir el contenido alcohólico de los vinos. Estas son cinco de las recomendaciones al respecto:
- Cosecha escalonada: realizar dos vendimias en momentos diferentes según la madurez de la uva permite obtener una con menor grado alcohólico y otra en plena madurez. Posteriormente, estas uvas pueden mezclarse para producir vinos con menor contenido alcohólico.
- Selección de levaduras: la elección de cepas de levadura puede afectar el rendimiento alcohólico del vino, ya que algunas pueden dirigir el metabolismo secundario hacia la formación de coproductos en lugar de alcohol.
- Evaporación controlada: la ventilación a temperatura ambiente y presión atmosférica puede reducir parcialmente el contenido alcohólico del vino. Con un tratamiento específico de 8 horas, se puede lograr una disminución del 2% vol.
- Destilación: la destilación puede reducir el contenido alcohólico, pero también puede afectar el aroma del vino. Combina con la ósmosis inversa o la nanofiltración para mitigar la pérdida de aroma.
- Desalcoholización con membrana: el proceso MemstarTM AA utiliza dos tratamientos con membrana para extraer selectivamente el alcohol del vino, evitando concentrarlo.