Horas después de conocerse que la inflación de mayo fue la más baja desde enero de 2022, varios analistas salieron a advertir que es difícil que se mantenga un valor tan reducido en junio. Señalaron que el ajuste de las tarifas podría aportar un punto al aumento general de precios y algunas consultoras advierten que en la segunda semana de este mes comenzaron a subir los alimentos.
Es cierto que, en junio, se postergó por segunda vez la actualización mensual del costo de las distribuidoras de la electricidad y el gas, que se compensará a partir de enero de 2025. En mayo debían empezar a ajustarse cada mes, siguiendo la evolución de tres índices publicados por el Indec: salarios del sector privado registrado, Precios Internos al por Mayor y costo de la construcción (para los materiales).
Sin embargo, hay otros dos aumentos de las tarifas de servicios públicos que sí se aplicaron a partir del primer día de este mes. El primero de ellos tiene que ver con los precios estacionales, tanto de la energía eléctrica como del gas. La Secretaría de Energía de la Nación publicó dos resoluciones con los valores de ambos servicios para los próximos meses, con incrementos con respecto a lo que se venía pagando.
Además, comenzó a implementarse una eliminación progresiva de los subsidios para los hogares de ingresos medios (N3) y bajos (N2). En ambos servicios, se establecieron topes al consumo subsidiado para los usuarios N2, como ya tenían los N3. El límite es de 250 kWh/mes para N2 y N3 en el caso de la electricidad, y variable según la época del año y la categoría de usuario para el gas. Por encima de ese bloque subsidiado, se pasará a pagar tarifa plena.
El incremento que reciba cada hogar será muy variable, según el consumo que tenga, pero la misma Secretaría de Energía informó que un hogar N3 podría recibir una factura de electricidad 156% más cara y uno N2, un 99% más. Mientras que para el gas las subas serían menores, pero podrían rondar el 33% para un usuario nivel 2 y un 10% para un N3.
Mediciones privadas mostraron que, en la primera semana de junio, este ajuste en las tarifas implicó una suba superior al 1% en la variación de precios. Es decir que, sólo por este factor, la inflación podría estar levemente por encima del 5%, que era lo que la mayor parte de las consultoras habían estimado para mayo, aunque finalmente el número fue de 4,2%.
De hecho, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM, del Banco Central), del que participaron 36 consultoras, centros de investigación locales e internacionales y entidades financieras argentinas, habían estimado una inflación mensual del 5,2% para el mes pasado y proyectado una de 5,5% para junio.
La consultora LCG (Labour Capital and Growth), que releva semanalmente los aumentos en alimentos y bebidas, el rubro que más incidencia tiene en el Índice de Precios al Consumidor, informó que, en la segunda semana de junio, el valor de los alimentos volvió a acelerarse y tuvo un 1,5% de incremento, después de haberse mantenido estables en los primeros siete días del mes.
En mayo, según los datos del Indec, Alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó por encima del nivel general -4,8% versus 4,2%-, aunque en lo que va de 2024 acumula un incremento del 65,6% en comparación con el 71,9% del IPC. En el informe sobre el mes pasado, el organismo detalla que las subas se concentraron en Verduras, tubérculos y legumbres; Leche, productos lácteos y huevos; y Aceites, grasas y manteca.
Por otra parte, el primer día de junio, el precio de los combustibles tuvo un incremento del 4% en promedio, que responde a una actualización parcial de los impuestos -a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (CO2)-, que también había sido postergada en mayo para evitar el impacto en la cifra de inflación. Se sabe que la suba en las naftas y el gasoil se traslada a otra gran variedad de rubros.
Y las prepagas subieron un 8,8% en junio, en función de la variación del IPC en abril, previo a que se diera de baja la cautelar que establecía topes al incremento mensual de las cuotas; por lo que el mes que viene podrán aplicar el ajuste que consideren conveniente.
José Vargas, quien realiza su propio relevamiento de la evolución de los precios en Mendoza, a través de su consultora Evaluecon, resaltó que la inflación “sigue subiendo a tasa decreciente”; es decir, que no bajó, como algunos han mencionado. Y advirtió que, a partir de ahora, con el aumento de los dólares alternativos y la menor liquidación de los exportadores, junto el aumento de combustibles y el menor subsidio las tarifas de luz y gas, es difícil que se sostenga la senda descendente. Una mirada que es compartida por otros economistas.
