Una empresa canadiense emprenderá la búsqueda de uranio en Mendoza

Blue Sky Uranium, que recientemente recibió una inversión del empresario argentino Eduardo Eurnekian, adquirió el derecho de exploración de 20.000 hectáreas en Malargüe. En Argentina, la firma controla más de 480.000 hectáreas, distribuidas en cuatro provincias, con potencial de uranio.

El uranio en el campo de la energía nuclear, es el combustible para los reactores que generan calor produciendo el 17% de la electricidad mundial. / Imagen ilustrativa.
El uranio en el campo de la energía nuclear, es el combustible para los reactores que generan calor produciendo el 17% de la electricidad mundial. / Imagen ilustrativa.

La compañía canadiense Blue Sky Uranium, con sede en Vancouver, ha anunciado la adquisición de dos importantes proyectos mineros en Argentina, sumando casi 80.000 hectáreas en total. Uno de estos proyectos es Corcovo, ubicado en el sur de la provincia de Mendoza, y el otro es Chihuidos en Neuquén.

El proyecto mendocino, está localizado en el Distrito Minero de Malargüe Occidental y consta de dos propiedades de exploración que suman aproximadamente unas 20.000 hectáreas sobre el límite noroeste de la cuenca Neuquina. “Estas adquisiciones representan una iniciativa estratégica para ampliar las perspectivas de mediano y largo plazo de la Compañía”, señaló el comunicado del 17 de junio.

Esta oportunidad de exploración fue inicialmente reconocida por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y seguida por un equipo pionero de exploración que prospectó mineralización de uranio en toda la Cuenca Neuquina, utilizando datos radiométricos de perforaciones de petróleo y gas adquiridos de bases de datos públicas del gobierno argentino.

Mapa publicado por la compañía Blue Sky Uranium en donde señala las dos nuevas zonas de exploración, sobre la cuenca Neuquina, para la recuperación de uranio in situ (ISR).
Mapa publicado por la compañía Blue Sky Uranium en donde señala las dos nuevas zonas de exploración, sobre la cuenca Neuquina, para la recuperación de uranio in situ (ISR).

“Los depósitos de uranio susceptibles de ISR brindan la oportunidad de una producción de bajo costo e impacto y el potencial de plazos de desarrollo más cortos”, señaló en el comunicado Nikolaos Cacos, presidente ejecutivo de Blue Sky. El ejecutivo detalló que tanto Corcovo como Chihuidos le brindan a la compañía excelentes perspectivas para identificar recursos de uranio susceptibles a la recuperación en el lugar (ISR).

Con los nuevos derechos de explotación la compañía canadiense controla más de 480.000 hectáreas con potencial de uranio en Río Negro, Chubut, Neuquén y Mendoza.

Un acuerdo de opción

Blue Sky Uranium, que recientemente recibió una inversión del empresario argentino Eduardo Eurnekian a través de una empresa de Corporación América, con el acuerdo de opción de Corcovo puede adquirir una participación del 100% en ambas propiedades bajo condiciones específicas. La empresa deberá pagar un total de 400.000 dólares estadounidenses en cinco cuotas distribuidas en tres años.

Además, se establece un retorno neto de fundición (NSR) del 1% pagadero al vendedor, que Blue Sky tiene la opción de recomprar por 500.000 dólares. Un pago adicional de 500.000 dólares se efectuará si el proyecto logra una producción comercial. Este acuerdo refuerza la posición de Blue Sky en una región con alto potencial geológico y bajo nivel de competencia por el uso de tierra y agua.

El potencial geológico del Proyecto Corcovo

El Proyecto Corcovo se sitúa en una meseta volcánica cuaternaria, a unos 600 metros sobre el nivel del mar. Esta meseta se superpone a secuencias más antiguas de la cuenca Neuquina, donde las formaciones geológicas crean trampas naturales para los hidrocarburos.

Estos hidrocarburos migran desde la cuenca central a través de horizontes de areniscas porosas, creando un frente de oxidación-reducción esencial para la acumulación de uranio. La presencia de lutitas lacustres, que actúan como barreras, impide la migración de estos hidrocarburos y del uranio, aumentando así el potencial de formar depósitos económicos de uranio susceptibles de recuperación in situ (ISR).

Estudios y exploración previa

La Comisión Nacional de Energía Atómica identificó inicialmente el potencial de exploración en la región. Un equipo pionero utilizó datos radiométricos de pozos de petróleo y gas, adquiridos de bases de datos públicas del gobierno argentino, para identificar anomalías de uranio en el área de Corcovo.

Estos estudios mostraron que las anomalías estaban asociadas con la discordancia entre unidades del Cretácico, a profundidades de entre 200 y 600 metros bajo la superficie. La presencia de anomalías, junto con unidades de alta porosidad selladas por sedimentos finos, presenta condiciones geológicas ideales para la exploración de depósitos de uranio.

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