El reciente repunte en las exportaciones de vino, que en octubre alcanzaron un crecimiento del 9,4% en comparación con el mismo mes del año anterior, es una señal alentadora en medio de un contexto complejo. Este dato llega después de la caída de casi el 5% en septiembre. Sin embargo, aún hay motivos para mantener una perspectiva moderada, los cuales están dados por las incógnitas sobre el desarrollo de la economía local.
Es que en Argentina persisten los desafíos internos. La inflación en baja es una muy buena noticia; sin embargo, los referentes del sector aseguran que el escenario sigue siendo desafiante y los costos de producción siguen impactando en la competitividad.
El reporte del Instituto Nacional de Vitivinicultura refleja un desempeño especialmente positivo en el segmento de vino a granel, con un alza del 24,6%, traccionado ese número por las ventas de vino blanco, que registraron un crecimiento en exportaciones del 178,6%. Esto último marca un contraste con los tintos, que aumentaron un discreto 15%. Probablemente la venta de blancos esté relacionada con algún negocio puntual de algunas de las grandes bodegas. En tanto, el mosto concentrado experimentó un notable incremento del 131%.
¿Qué pasa con los productos con valor agregado? El informe del INV muestra un crecimiento del 3,4%.
Para los exportadores, este repunte en las exportaciones debe verse como un impulso positivo, pero no definitivo. Como siempre, en el largo plazo se habla de la necesidad de generar estrategias de promoción en mercados emergentes y asegurar el acceso a financiamiento para que las bodegas puedan invertir en innovación y eficiencia, estrategias que pueden generar condiciones para mejorar de forma consistente. Pero en lo cotidiano, muchos aseguran que competir en el exterior es cada vez más complicado. Argentina, si bien tuvo un momento de gran exposición por el Malbec, que sigue teniendo relevancia, hoy ya no es novedad. Los importadores han recortado inventario y los mercados son cada vez más desafiantes.
Por lo que pensar en una vitivinicultura, con las actuales condiciones, con grandes números de crecimiento en el exterior, en los productos con valor agregado por ahora, parece un horizonte lejano.