Un planteo sobre las heladas y precios de vinos

El autor ensaya diferentes escenarios para el sector vitivinícola. Las heladas han dejado un panaroma complejo para el abastecimiento de materia prima.

Un planteo sobre las heladas y precios de vinos
Tras la heladas, el granizo también impacto en los cultivos

A inicios de este mes se produjo una helada muy dañina en Mendoza y en buena parte de Oeste Argentino, lo cual repercutirá en una menor cosecha, y en mayores precios de uvas y de vinos de traslado. ¿Cuáles serán los rubros del sector que se verán más afectados? Este es el planteo del presente informe.

Dado que a la fecha no hay estimaciones oficiales sobre la posible caída de cosecha, se tomará un año de referencia (2016), en el cual la producción de uvas llegó a un mínimo en el país. Suponiendo un cupo de mosto similar al de este año, la diferencia con 2016 sería un menor stock vínico, lo cual complicaría más el panorama.

Los precios de uvas y vinos de traslado en general fueron altos por bajos stocks (2004 y 2010), o por baja elaboración por problemas de cosecha (año 2016; los precios aumentaron fuertemente luego, y quedaron altos en 2017).

En este contexto de menor oferta de vinos, se analizarán los posibles impactos sobre distintos negocios del sector vitivinícola.

Vinos que van principalmente al mercado interno: como referencia están los tintos sin mención varietal (o genéricos), que representan el 45% de los vinos argentinos consumidos en el país.

Una viña arrasada por la helada del 1 de noviembre en el sur mendocino.
Una viña arrasada por la helada del 1 de noviembre en el sur mendocino.

Generalmente, las bodegas pueden trasladar parte del mayor costo de materia prima al consumidor, a costa de menores ventas. Quitando el componente inflacionario, en el año 2016 (de baja cosecha), los precios de los vinos de traslados se duplicaron. También aumentaron los precios pagados al consumidor, en menor medida.

Otro punto es que los cambios en la oferta de vinos hacen variar los precios de las uvas con mayor intensidad. Cuando disminuyen, lo hacen en mayor porcentaje (y es una de las quejas del sector productor), y cuando aumentan, también lo hacen en mayor magnitud.

Vinos con un pie en el mercado externo: el de referencia es el Malbec, el principal vino exportado del país. A pesar de esa particularidad, llamativamente el precio de su uva no sigue a los precios de sus vinos derivados, vendidos tanto en el mercado interno como en el externo. Siguen más a los precios de las uvas tintas comunes. Eso indica que el precio de la uva Malbec (y otros varietales) dependen más de la oferta de vinos (cosechas y stocks), y pesa más el mercado interno.

La implicancia es que los cambios en el mercado externo influyen menos (por ahora) en los precios de las uvas varietales. Entonces, si mejora el precio de exportación (por ej., por un dólar más caro), el exportador se beneficia más (por ej., año 2020). En cambio, si el dólar oficial se atrasa, y sube el precio de la materia prima (uva), se resiente el negocio exportador, que es posiblemente un escenario posible para el próximo año.

Otro caso es el de las uvas blancas, que también pueden tener otros destinos, como vinos espumosos y mostos. Por ende, sus precios siguen al de los vinos pagados por el consumidor, aunque con menor correlación, posiblemente por influencia de los precios de los otros derivados.

En mostos, en general, su producción es mucho más variable. Disminuye en mayor proporción ante una menor cosecha, y eso es lo que puede estimarse para la próxima temporada. Además, no sólo tiene el problema del dólar oficial que continuará atrasándose, sino además la amenaza de sanción por el posible dumping que argumenta EEUU, lo cual sería un daño para el sector.

Por último, está el caso de los graneles. En los vinos sin mención varietal, sus exportaciones son esporádicas, y dependen de tres factores: abundancia de vinos (altos stocks y buenas cosechas, no se cumplirá para 2023), dólar oficial caro (difícil) y escasez de vinos en el mundo. Habiendo dos factores que no se cumplen, lo más probable es que sean bajas estas exportaciones.

En cambio, en graneles varietales, la situación es distinta. Cuando el dólar oficial se abarata, y los costos argentinos en dólares se elevan, una opción de las bodegas es exportar a granel, y de esa manera se ahorran costos altos de fraccionar en Argentina, y también en costos de transporte. Estas exportaciones son menos volátiles que las de vinos genéricos.

Sintetizando, con menos materia prima, con un dólar oficial que cada vez ayuda menos, y las otras complicaciones macroeconómicas, como las restricciones para importar insumos, se vienen tiempos difíciles para el sector.

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