Tras los anuncios, en Mendoza continúan las compras de “stockeo” preventivo

Tanto en el rubro alimentos como en la construcción la demanda sigue en alza y por encima del promedio. Advierten sobre la disparidad entre comercios y la falta de precios de referencia.

Tras los anuncios, en Mendoza continúan las compras de “stockeo” preventivo
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

El lunes de la semana pasada, luego de la renuncia de Martín Guzmán, mucha gente salió a tratar de invertir sus ahorros en diversos productos, para aprovechar la suba del dólar e intentar protegerse de una posible trepada de los precios. Y si bien el discurso de la ministra de Economía de la Nación, Silvina Batakis, estabilizó levemente algunas variables, son varios los que aún siguen intentando tener un stock de alimentos, o aprovechar la cotización del blue para hacer una diferencia en una inversión.

Mayoristas y supermercados con demanda

La renuncia del ministro de Economía disparó el temor en una parte de la población y llevó a que muchos decidieran destinar una parte del sueldo de junio y el aguinaldo a asegurarse una buena cantidad de productos no perecederos de los súper e hipermercados, y de los mayoristas. Es que, además, se sumó el hecho de que unos días antes se había reforzado el cepo a las importaciones y se conoció que, por eso, podrían empezar a faltar determinados artículos.

Rubén David, de Oscar David, comentó que están viendo que los comerciantes “venden $100 y vienen con esos $100 a comprar”. Es que el mayorista nació orientado a quienes tienen su propio negocio y, aunque lo habitual era que estos clientes acudieran dos veces por semana, ahora han incrementado la frecuencia a día por medio, para hacer una reposición permanente.

En cuanto a las familias, señaló que llevan, sobre todo, mayor cantidad de los artículos que se sabe podrían empezar a faltar, como, por ejemplo, café; pero también otros duraderos, como azúcar, arroz, fideos o papel higiénico. “La gente está usando el aguinaldo y peso que tiene ahorrado lo usa para comprar mercadería”, planteó David.

Y señaló que, en general, no están teniendo problemas de abastecimiento, aunque en ciertos casos han tenido que establecer restricciones por cliente. Esto ha sucedido con el aceite, pero resalta que no es que falte, sino que se está produciendo la misma cantidad que el año pasado, mientras que la gente quiere comprar mucho más, por lo que el consumidor final sólo puede llevar dos; que es lo que una familia suele consumir en un mes.

También mencionó que están un poco justos con la harina común, por un problema de transporte. Y que con el café tuvieron que restringir la venta, pero que están recibiendo paquetes de medio kilo y un kilo, por lo que hay stock, pese a que no tanta variedad de marcas y tamaños.

David sumó que, al cierre, les está quedando una gran cantidad de carros por desarmar -el lunes fueron más de 40- y que tuvo que pedirles a los empleados que fueran ayer a las 5 de la mañana para volver a colocar esos productos en las góndolas. Es qua hay quienes tienen $20 mil para gastar, pero cargan productos por $50 mil, por lo que considera que suceden dos cosas: no tienen suficiente dinero para comprar todo lo que quieren y han perdido referencia del precio de esos artículos.

Sobre los proveedores, detalló que distintas empresas han tenido comportamientos diversos. Algunas le han restringido las ventas a un 50% o 60% de lo que le entregaban el mes pasado, mientras otras le han planteado que puede comprar hasta un 20%. Sin embargo, no le han ampliado los créditos, por lo que, si decide incrementar el pedido, debe adelantar el dinero.

Desde una cadena de supermercados, en cambio, señalaron que el movimiento se ha tranquilizado con respecto al que tuvieron los primeros días de la semana pasada. Y sumaron que en ese momento confluyeron que se trataba de los primeros días del mes -cuando siempre hay más ventas-, con el cobro del aguinaldo y la incertidumbre sobre las consecuencias que podían tener los cambios en el gobierno nacional.

Construcción y final de obra

Diego Pérez Colman, gerente general de Hipercerámico y presidente de la Red Edificar, manifestó que la gente se maneja por expectativas y que muchos se refugian en la construcción, especialmente en lo que se denomina “final de obra”. Así, hay quienes optan por comprar artículos para remodelar la cocina, o para cambiar el juego de inodoro o la grifería del baño. En tanto, quienes ya tienen un proyecto de construcción, pagan materiales y piden a los negocios que se los acopien por unos meses.

Por eso, explicó, han tenido un flujo de gente un poco más importante estos días, ya que las personas se apuran para tratar de aprovechar lo que entienden es una oportunidad y también para asegurarse un precio. Pérez Colman indició que, en los últimos días, los proveedores subieron los precios un 10% en promedio, aunque las empresas de la Red Edificar no siempre trasladan -o al menos, no en su totalidad- al consumidor. Por otra parte, señaló que tienen buen stock, incluso de aquellos productos importados.

Autos, siguen los faltantes

Con la noticia de que el dólar se había disparado, cuenta Carlos Martín, de Automotores General San Martín y Denver, los salones de venta de las concesionarias tuvieron un aumento de personas interesadas en aprovechar esa ventaja del tipo de cambio, lo que empujó las ventas. Es que, en julio, el valor de las unidades tuvo un ajuste del 4% al 5% en promedio (aunque con variaciones según la marca y el modelo). Y sumó que el movimiento se ha mantenido, aunque, como contraparte, hay faltante de vehículos.

Esto, por el refuerzo del cepo a las importaciones, por un lado, y porque las terminales locales, empujadas por la necesidad de exportar, han destinado más unidades nacionales al mercado externo que al interno. Es decir, se trata de un doble faltante. Y acotó que, por ahora, no hay tanto problema, porque las SIMI (autorizaciones de importación) de los vehículos que están llegando desde el exterior ya habían sido emitidas; pero que es probable que el impacto se note en los primeros días de agosto.

Martín planteó que se ha acentuado la búsqueda, por parte del pequeño inversor, que puede destinar unos $30 mil a $40 mil mensuales, de planes de ahorro como resguardo de valor, porque sabe que el auto se actualiza un poco por encima de la inflación. Por otra parte, hay quienes han vendido dólares para comprar un 0 kilómetro, ya sea pagando el 100% al contado o cancelando una buena parte y financiando el resto, ya que las tasas de las cuotas siguen por debajo de la suba de precios.

Recomendaciones

Romina Ríos, presidente de la Asociación de Defensa al Consumidor Protectora, detalló que, siempre, ante alguna noticia sobre el aumento del dólar, la suba de la inflación o una nueva medida de gobierno, el comportamiento de los consumidores es ganar tiempo y hacer valer su dinero, comprando a precio inferior que en las próximas semanas.

“Es algo notorio para quien va a un supermercado habitualmente notar los aumentos ´hormiga’ de muchos productos”, planteó. Y reconoció que, si bien es cierto que al acaparar artículos se produce una suba de precios -el valor de lo poco que queda, aumenta-, también lo es que hoy al consumidor le conviene ir ganándole a la inflación y aprovechar descuentos del banco y de la tarjeta, o comprar en mayoristas (una cantidad mayor).

Por otra parte, señaló que hay mayor disparidad de precios, entre grandes súper, almacenes, “chinos” y comercios de cercanía; al punto que, a veces, se encuentra oportunidades en el negocio vecino o en la página web de la farmacia. Para organizarse, detalló, se deben hacer listas de lo que realmente se necesita, chequear los precios por Internet o folletos y destinar un porcentaje de los ingresos sólo para el súper.

Ríos mencionó que se nota también que el consumidor elige otras marcas, ya no sólo las primeras, y se anima a probar, porque el bolsillo lo obliga. En este sentido, indicó que es bueno conocer marcas de pymes, y organizar la compra entre varios de frutas y verduras en las ferias. En cambio, advirtió que no recomiendan el uso de tarjeta de crédito en muchas cuotas; aunque sí para bienes durables (heladeras, tv, celulares, notebooks) o para viajes.

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