En reiteradas oportunidades –desde que se conoció la iniciativa impulsada por el ex diputado Facundo Moyano y el legislador Ramiro Gutiérrez- la industria vitivinícola se ha pronunciado en contra del proyecto de ley “Alcohol cero al volante” que comenzó a debatirse en la cámara de diputados del Congreso Nacional. El planteo es que la prohibición afectaría la dinámica del mercado interno y de las economías regionales.
José Zuccardi, presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), había manifestado en abril que este proyecto es “nocivo para la economía regional y para la gastronomía”. Para el empresario también significaba forzar un cambio cultural en la sociedad, alejando el vino de la mesa de las familias argentinas. Recordemos pues que el vino está catalogado en el Código Alimentario Argentino como alimento y no como bebida.
Sergio Villanueva. Gerente de la Unión Vitivinícola Argentina e integrante de Coviar, comentó que desde la Corporación Vitivinícola Argentina se formó un equipo interdisciplinario que está siguiendo el proyecto en cada localidad, entendiendo que el Poder Ejecutivo también puede fijar postura por medio de organismos como la dirección de Seguridad Vial. “Estamos trabajando en la legislación para demostrar que los países con menos índice de accidentología tienen una tolerancia de 500 u 800 miligramos de alcohol en sangre”, puntualizó.
Mientras los actores de la industria analizan diferentes aristas del problema y buscan alternativas razonables, el sector vitivinícola se reunió con Sergio Massa (presidente de la Cámara de Diputados nacional), Anabel Fernández Sagasti y Alfredo Cornejo. Proponen generar una política de prevención, de mayor control, antes de impulsar una ley “seca”. “Trabajamos en la Coviar con los mejores profesionales en el tema, atentos a los hechos y avanzando en estrategias racionales, fundadas en los datos de los observatorios internacionales para sacar toda la hojarasca”, concluyó Villanueva.
Por su parte, el gerente general de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), Nicolás Vicchi, destacó que el proyecto no busca una solución a la problemática de fondo que tiene la siniestralidad vial. “Los datos demuestran que las personas que participan en siniestros viales tiene un porcentaje que supera el gramo de alcohol en sangre. Otra información que brindan las organizaciones internacionales, es que en los países con menor siniestralidad hay una tolerancia que va del 0,5 al 0,8 (800 miligramos de alcohol en sangre)”, comentó.
En tanto que Mauro Sosa, director ejecutivo del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, subrayó que esta iniciativa, como tantas otras en las últimas décadas, no es más que un intento de “incluir al vino en una problemática contextualizada en una ley de alcohol cero”. Por otro lado destacó que en abril, Sergio Massa le aseguró al sector que esa ley no estaba en la agenda legislativa. “Llama la atención que se siga avanzando”, apuntó.
El directivo marcó que el sector está a favor de un consumo responsable, atacando las causa y no las consecuencias; “nos preocupa la falta de visión de esta iniciativa sobre el impacto que tendría en una economía regional como lo es la vitivinicultura, hoy parte de la cultura de todos los argentinos”, concluyó Sosa.