Juan Gabriel Tokatlian, especialista en Relaciones Internacionales, expresó hoy una advertencia a la dirigencia política del país por “el declive de larga data y la polarización disfuncional” en una Sudamérica geopolíticamente débil ante la disputa de los gigantes Estados Unidos y China, que “va a crecer cada vez más”.
Tokatlian disertó en la 27° Conferencia Industrial en el predio Parque Norte de la Ciudad de Buenos Aires. Allí lo escucharon industriales pequeños, medianos y grandes. Y también funcionarios como el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el canciller, Santiago Cafiero.
El también vicerrector de la Universidad Torcuato Di Tella analizó que hoy en el mundo hay un contexto muy semejante al que Argentina tuvo que enfrentar hace un siglo, dado que se está ante una “nueva transición de poder”.
Hace un siglo había un proceso de transición de poder, influencia y prestigio en el mundo entre Gran Bretaña y los Estados Unidos. Allí Argentina optó por plegarse mucho más a Londres, sin ver estratégicamente el destino que parecía tener Washington, dijo.
Ahora, hay otra transición de poder entre Estados Unidos y China, pero con una gran particularidad que está dada porque “las capacidades de la Argentina están francamente disminuidas”.
La pelea de dos gigantes
Tokatlian expresó un diagnóstico que indica que la relación entre Estados Unidos y China mutó desde una rivalidad atenuada y una interdependencia creciente a una rivalidad acentuada y una interdependencia decreciente.
Por ello, expuso que la competencia entre Estados Unidos y China “va a crecer cada vez más”. Y en esas condiciones, le cabe a la Argentina entender que encontrará un conjunto de restricciones y limitaciones, pero esto no implica la pasividad y el ensimismamiento.
En ese contexto, opinó que el mejor mapa de ruta para la Argentina estaría dado por dos condiciones fundamentales. Primero, ocuparse y preocuparse por la cohabitación entre Estados Unidos y China, no por la confrontación entre ellos.
Segundo, tener una diplomacia desagregada, por temas, con Estados Unidos y con China por igual. Hay que tratar de manejar de la mejor manera posible aquello que beneficie el interés nacional, planteó.
En ese escenario, hay una oportunidad única porque hay vuelto a colocarse el acento internacional, principalmente en Occidente, la diversificación productiva. “Y los industriales argentinos debieran pensar en aprovechar esa condición de apertura mental para repensar el lugar de la industria”, dijo.
El escollo para la región
Tokatlian evaluó que el mayor escollo que tiene América Latina es que es la región del mundo que ha perdido más gravitación en los últimos 50 años. En el año 55, su participación en las exportaciones mundiales era del 12% y en 2017, el 6%.
“América Latina se está quedando atrás dramáticamente y eso nos quita capacidad de negociación”, dijo y señaló que Sudamérica tiene hoy una particularidad, dado que es una “región vacía de liderazgo”.
“Brasil es un actor con poder pero no es poderoso. Brasil no ejerce la hegemonía en esta región. Esta es una región carente de liderazgos que arrastren, que empujen, que señalen un horizonte”, dijo Tokatlian.
En ese contexto, la Argentina debe preocuparse mucho por una “política de control de daños”, para que la región no se siga desintegrando. Y acuñar con Brasil y Chile una estrategia de liderazgo múltiple y colaborativo.
Esto, dijo, va a ser esencial para que la región tenga una voz frente a Estados Unidos y China, porque si no individualmente se acrecentará la dependencia.
Por ello, según el analista, la Argentina debe volver al “triángulo de Sábato” (en honor a Jorge Sábato, el científico) para mancomunar empresa, Estado y Comunidad Científica. “Si no volvemos a ese triángulo solo veremos márgenes de aquiescencia y dependencia”, afirmó. Para Tokatlian, el “Estado hoy entiende que es inexorable tener ese nexo”.
La situación política local
En una reflexión sobre la política exterior Argentina, el intelectual dijo que el país tiene una “singularidad” que no se da en muchos otros países de la región y que se da en pocos países del mundo: un declive de larga data y una polarización política crecientemente disfuncional.
Hay países que tiene mucha polarización pero no tienen declinación. Hay países que están declinando desde hace poco y todavía tienen una polarización menguada. “Nosotros tenemos el peor de los dos mundos: un declive de larga data y una polarización absolutamente disfuncional”, enfatizó.
En ese sentido, afirmó, es imperativo lograr un consenso ampliado en términos de la política exterior. Es imperativo entender que reconstruir poder demanda tiempo, esfuerzo, hay que ser muy pacientes y juntar voluntades. Porque “no hay una bala mágica”.
Maquiavelo decía que algunos creen que las cosas del mundo están dirigidas por la fortuna y por Dios. Y luego dice: no, esto no es así. Y valora la virtud. Dice: hay que anteponer la virtud a la fortuna, al azar y, por supuesto, al orden eclesial.
“¿Qué es lo que señala ahí, Maquiavelo? Dice que la virtud procede con la moderación, la prudencia y la humildad. Necesitamos una política exterior que no sea heroica, necesitamos que sea modesta y pragmática en este contexto”, expresó Tokatlian.
Según señaló, cada época tiene un reto, un desafío, algo que la moviliza. Hace cuarenta años, fue el reto de la Democracia y la institucionalidad. “Hoy, el mayor reto es la viabilidad nacional, ser un país viable y para ello, creo, les corresponde una responsabilidad a los empresarios”, sostuvo.