De acuerdo con el Global Pension Index 2021″ compilado por el Mercer CFA Institute, el sistema jubilatorio argentino es el segundo peor de una lista que contiene 43 países y abarca al 65% de la población mundial. Tailandia es el único con un puntaje inferior al de nuestro país.
A su vez, la diferencia entre ambos países, que también habían sido los peor rankeados en el índice 2020, se achicó. En la calificación general, la nota sobre la calidad del sistema previsional argentino cayó de 42,5 a 41,5 puntos, mientras que la de Tailandia cayó menos, de 40,8 a 40,6, quedando a menos de un punto de la Argentina.
Mercer elabora el índice general de cada país en función de tres subíndices o notas sobre cuán adecuado es el sistema (para lo cual mide los beneficios que brinda, su diseño, los ahorros que general, la proporción de gente que accede a vivienda propia, el apoyo del gobierno y el crecimiento de la masa jubilatoria), cuán sostenible es (lo que incluye grado de cobertura, cantidad de activos totales, demografía, gasto público y deuda pública y tasa de crecimiento de la economía) y cuál es su grado de integridad (evaluación que involucra la calidad de las regulaciones, las instituciones que gobiernan el sistema, la protección que otorga, la calidad de comunicación y los costos operativos).
El índice general es construido asignando a la “Adecuación” una ponderación del 40%, a la “Sostenibilidad” un 35% y a la “Integridad” un 25 por ciento.
Islandia, con un puntaje general de 84,2 puntos sobre 100, goza del mejor sistema jubilatorio del mundo. Países Bajos y Dinamarca se le suman en el podio de los tres países mejor evaluados, aquellos cuya nota alcanza el nivel A, el más alto del sistema, con un puntaje superior a los 80 puntos, por lo cual se consideran sistemas jubilatorios “robustos y de primera clase, que brindan buenos beneficios, son sustentables y tienen un alto nivel de integridad”.
Los países latinoamericanos calificados son Chile, el mejor rankeado, con 67 puntos en el índice general, Uruguay (60,7), Colombia (58,4), Perú (55), Brasil (54,7), México (49) y la Argentina (41,5).
Cualquier comparación de los sistemas jubilatorios es controvertida, dice el informe, pues cada uno se desarrolló en un particular contexto económico, social, cultural y política y en sus propias circunstancias históricas. Por ello no hay un sistema único que convenga transplantar, sin cambios, de un país a otros. Sin embargo, dice Mercer, hay ciertos aspectos que tienen más probabilidad de llevar a mejores beneficios a las personas mayores de una sociedad, a aumentar la sostenibilidad del sistema y a generar mayores niveles de tranquilidad y confianza.
La “libreta de calificaciones” de Mercer, similar a los esquemas de gradaciòn de las universidades norteamericanas y de las calificadoras de riesgo, incluye 6 niveles. Debajo del A están las B+ (nota general, 70 a 80 puntos), en el que revistan también tres países (Australia, Israel y Noruega) y B (aquí aparecen un grupo más numeroso de países, incluido Chile, con su sistema de AFPs), cuyos sistemas jubilatorios se consideran “de estructura sana, con varias características buenas, pero con áreas en que deben mejorar”. Los grados C + y C+. de entre 50 y 65 puntos) abarcan a los países cuyos sistemas de pensión tienen, a juicio de Mercer, “algunas buenas características, pero también riesgos importantes y debilidades, sin cuyas mejoras su eficacia y sostenibilidad corre peligro”.
Recién en el nivel D, por debajo de la India, Japón, Corea del Sur, México, Turquía y Filipinas y solo delante de Tailandia), aparece la Argentina. Se trata de un conjunto de países con sistemas previsionales que tiene “algunas características deseables, pero importantes debilidades y omisiones, que vuelven dudosa su eficacia y sostenibilidad. Países ricos como Japón y Corea del Sur tienen sistemas jubilatorios débiles, pero poblaciones mayores con altísimo nivel de ahorros.
Considerando su nivel de ingresos, también es relativamente pobre el sistema jubilatorio de EEUU.
De este modo, de los 43 sistemas jubilatorios evaluados, el argentino es el segundo peor a nivel general y también el segundo peor en cuanto a su “integridad” (el peor en ese subranking es Filipinas, con un puntaje de 35), el cuarto peor en sostenibilidad (solo un país pobre y muy populoso como Brasil y dos de poblaciones muy viejas y sistemas jubilatorios desbordados por el envejecimiento de la población, como Italia y Austria, tienen sistemas menos “sostenibles”, aunque en estos dos últimos casos la población mayor tiene un alto nivel de ahorro por fuera del sistema previsional) y solo 10 tienen subnotas inferiores en cuanto a lo “Adecuado” del sistema. Argentina recibe en ese subìndice 52,7 puntos, quedando en la posición 33 de mejor a peor y en la undécima de peor a mejor, por delante de India, Indonesia, Corea del Sur, Malasia, México, Filipinas, Sudáfrica, Tailandia, Taiwán y Turquía.
La mejor subnota o subìndice de la Argentina es en Adecuación (los ya mencionados 52,7 puntos), seguida por 43 en integridad y 27,7 en sostenibolidad, lo que significa que según Mercer se trata de un sistema insostenible, pues es un puntaje muy inferior al de la propia escala (D) en que està el paìs a nivel general. En el sexto nivel (E, puntaje inferior a 35 puntos) no figura ninguno de los 43 países evaluados. Se trata del escalón correspondiente a sistemas jubilatorios “pobres, que pueden estar en su etapa inicial de desarrollo o son directamente inexistentes”.