La tasa de desocupación del Gran Mendoza bajó 2,9 puntos porcentuales, pasando de 8,5% en el segundo trimestre de 2021 a 5,6% en el mismo período de este año, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). En cantidad de personas, la mejora se traduce en 15 mil desocupados menos, aunque aún hay otras 30 mil personas buscando trabajo.
Otro dato positivo es que mejoró la 0,4 puntos porcentuales la tasa de empleo. El índice era de 47,2 en 2021 y llegó a 47,6% este año, Esa pequeña diferencia porcentual equivale a 8 mil trabajadores nuevos.
Cabe recordar, que los indicadores del mercado laboral ya habían mostrado señales positivas en los períodos anteriores. Tras el pico de desocupación, que se dio en el segundo trimestre de 2020 (15.3%), se registró una baja progresiva de los índices de desempleo, hasta llegar al 6,5%. Si bien no son períodos del todo comparables (por cuestiones estacionales), la tendencia de recuperación en la salida de la pandemia ha sido clara.
De igual manera, las estadísticas de empleo privado registrado vienen mostrando números positivos desde hace 15 meses. El último dato disponible (junio de 2022), mostró una recuperación del 4,5% en la cantidad de trabajadores formales del sector privado mendocino, pasando de 229.785 en junio de 2021 a 240.097 trabajadores en igual mes de este año.
Señal de alerta
Si bien las estadísticas muestran una recuperación del mercado laboral, también esconden un indicio preocupante. Es que en el último año bajó 1,2 puntos porcentuales el nivel de actividad (de 51,6% a 50,4%), valor que muestra la cantidad de personas activas en el mercado laboral, ya sea por que están trabajando o porque están buscando empleo.
A su vez, la cantidad de personas que consiguieron trabajo en el período analizado (8 mil) es menor a la cantidad de personas que salieron de la desocupación (15 mil).
Analizando todos estos datos en forma conjunta, se puede concluir que hay cerca de 7 mil personas que, cansadas de no conseguir empleo, dejaron de buscarlo. Es decir que dejaron de ser desocupadas, pero no por haber conseguido un empleo, sino por haber dejado de buscarlo. En otro contexto, se podría asociar este fenómeno a una mejora de la actividad económica y a una menor necesidad de incrementar los niveles de ingreso de los hogares, pero en la situación actual, con pérdida del poder adquisitivo de los salarios, la explicación más lógica a ese fenómeno es lo que los economistas llaman “efecto desaliento”. Se trata justamente de personas que se rinden a la búsqueda de empleo.