Aunque siempre supo que quería trabajar en la empresa familiar, Santiago Barbera (29) no se imaginaba al frente de un local gastronómico. Más bien disfruta de encontrar oportunidades de negocios en los rubros más diversos y es así como, junto con dos de sus hermanos, el grupo Broda se ha diversificado para incluir el sector inmobiliario, financiero, de seguros e incluso tiene la mira en el farmacéutico. Sostiene que son claves la combinación de sabiduría con sangre joven, la ética y el conformar un buen equipo.
-La pandemia afectó mucho al rubro gastronómico, ¿cómo lo han sobrellevado?
-Todo lo gastronómico, lamentablemente, se vio muy afectado. Nosotros tenemos marcas fuertes. En La Marchigiana, si bien la venta no es comparable con la que teníamos, se nota la fidelidad del cliente. Nipoti se resintió más todavía porque utiliza mucho el centro comercial. Y Bosco, que es el local que acabamos de lanzar, en el Golf, la gente todavía no lo conoce. A través de las otras unidades de negocios estamos costeando esas pérdidas.
Pero hemos recibido el apoyo de nuestros proveedores. Tenemos algunos que llevan 40 años trabajando con nosotros. Y cuando la empresa perdió todos los ingresos de los locales, ellos fueron los primeros en decirnos “no te preocupes, cuando se vaya activando vemos cómo rearmamos la cadena de pagos”. Eso la verdad que nos es muy grato. Se nota que es una empresa que tiene 70 años. Soy cuarta generación.
-Creí que eran tercera…
-Todos piensan eso porque la ven a mi nona como la cara inicial de La Marchigiana. Pero cuando llegan a la Argentina y abren el restorán ella tenía 14 años. Lo abre su mamá, la nona Fernanda. En realidad, somos cuarta generación.
-¿Qué han aportado ustedes, los más jóvenes, a este modelo de negocios familiar?
-Creo que equipo. Hemos hecho un montón de contrataciones. En este momento de pandemia, que se está despidiendo personas, nosotros estamos con tres búsquedas de puestos seniors. La empresa arrancó chica y ha ido creciendo cada vez más. Pero fue importante aprender a delegar para poder ir a otras unidades de negocios.
Invertimos en pagar buenos sueldos y sólo trabajamos con personas clase A: las que tienen capacidad para hacer las cosas, la misma ambición que nosotros en ser los mejores y crecer continuamente, e integridad. Elegimos gente en las que confiamos un 100%. Mi nona, por ejemplo, ve el tamaño de la empresa y no puede entender cómo no estamos en todos los locales o en las otras unidades, porque venía de una forma de negocios familiar. Mi papá la profesionalizó y la hizo crecer bastante. Y cuando nosotros nos incorporamos hicimos una inyección de sangre joven.
Tenemos la sabiduría de los 70 años combinada con el empuje de un equipo joven, que está para comerse la cancha. Es lo que nos ha permitido hacer toda esta diversificación de negocios. Constantemente estamos abiertos a oportunidades que nos llegan por amigos o un empresario que me dice “yo tengo este negocio en la cabeza”. Lo analizamos y por ahí nos terminamos asociando. Tenemos muchas alianzas de este estilo.
-Por ejemplo…
-Un italiano, que tiene una de las droguerías y farmacéuticas más importantes de Italia, con sede en distintos lugares de Europa, nos dijo que le encantaría estar en Sudamérica y nos contactó porque somos una empresa B. Estamos armando una especie de droguería con él y un socio local. Va a ser otra unidad de negocios. El laboratorio utiliza muchos insumos naturales y se pueden producir algunas cosas acá, con plantas nativas, y otras en Italia.
-¿Cómo está funcionando Supra?
-Supra es nuestra unidad de servicios de alimentación institucional y ha venido creciendo bastante. Tenemos clientes corporativos y hace poco ganamos, junto con una empresa de Buenos Aires, la licitación para la comida de la penitenciaría federal. Tenemos una planta de mil metros cuadrados, con maquinaria de Alemania e Italia, y nosotros hacemos la producción. De acuerdo a lo que necesita el cliente, entregamos viandas o nos hacemos cargo del comedor interno y servimos la comida. Buscamos innovar constantemente, porque es gente que come con nosotros todos los días y la idea es no aburrirlos.
-¿Cómo es trabajar en familia?
-Imaginate que mi gemelo, Joaquín, es el CEO de la empresa. Es mi jefe. El tema de la profesionalización y protocolos que tenemos nos permiten trabajar bien. En una reunión de gerencia estoy en mi rol de gerente y él es el gerente general, y en reunión de directorio somos pares. Y en una familiar, somos hermanos. Se trata de saber, en cada espacio, el rol que uno está cumpliendo. Y después, Martín, el tercer hermano que trabaja con nosotros, está a cargo del departamento de Recursos Humanos y Sustentabilidad.
-Con la crisis actual y el panorama incierto, ¿se han replanteado algo en la manera de hacer negocios?
-Desde hace años invertíamos 100% de nuestro capital en Argentina y el año pasado empezamos a analizar inversiones en el exterior. Más allá del proceso de crecimiento de Broda, que a raíz de las distintas unidades de negocios surgen oportunidades en el exterior, nos hemos fijado que en un plazo de 3 años queremos que 50% de nuestras inversiones estén afuera. Esto no significa dejar de invertir en el país, sino empezar a volvernos multinacionales.
Y con la crisis actual, en cuanto a los restoranes, decimos que hay que liderar en la incertidumbre y no estresarse por querer tener todas las certezas. Porque hoy no existen. Decir cómo va a cambiar el turismo es muy difícil. Hay que seguir trabajando, sabiendo que esa incertidumbre está.
Y sí tratamos de seguir creando un momento inolvidable para la gente. En La Marchigiana, en lugar de un pote de alcohol en gel, hay un rociador, tipo perfume, con la etiqueta del local. Son pequeños detalles que el cliente tal vez no percibe en el momento, pero hacen que su experiencia total sea agradable.
Perfil
Santiago Barbera es COO (Chief Operating Officer o Gerente Operativo) del grupo Broda. Estudió Administración de Empresas en la UNCuyo y cursó el último año en la Universidad Tecnológica de Sidney (Australia), con una beca. Como parte del protocolo de la empresa familiar, tuvo que trabajar como mínimo un año en otra, por lo que participó del programa de jóvenes profesionales del Grupo Peñaflor. Viaja bastante, por trabajo y por el disfrute, además de porque su hermano menor vive en Alemania. Pero resalta que le encanta vivir en Mendoza. También practica equitación. Comenta que trabajar en la empresa familiar le da la oportunidad de presentar proyectos que le apasionan, en distintos rubros, y, si significan una buena oportunidad de negocios, que se realicen.