La reciente decisión del Gobierno nacional de establecer un 8% de Derechos de Exportación para la vitivinicultura ha generado gran preocupación en el sector. Ante este escenario, la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) se prepara para una reunión crucial con el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, con el objetivo de discutir y buscar alternativas al tributo.
El encuentro está previsto para hoy a las cuatro de la tarde y junto a Mario González, presidente de la Coivar, también viajará el ministro de Producción, Rodolfo Vargas Arizu. Fuentes del Ejecutivo mendocino, confirmaron que el ministro “ya sacó pasaje” y entre las gestiones que tiene previsto realizar en Buenos Aires, “las retenciones están como prioridad”.
Además se plegará el ministro de la Producción de San Juan, Gustavo Fernández, Jose Alberto Zuccardi, vicepresidente de la Corporación y los directores José Molina (presidente de la Cámara de Productores Vitícolas de San Juan) y Fernando Morales (presidente de la Cámara de Mosto).
Si bien la reunión fue pedida por la Corporación desde que Fernando Villela asumió al frente del área con el fin de presentarle el plan estratégico que desarrolla el sector, el regreso de las retenciones a la vitivinicultura hizo recalcular a los dirigentes y ahora el objetivo central es “explicarles los pormenores de una industria que es muy distinta a otras”, y a partir de esa definición reexaminar como “un impuesto que es totalmente dispersivo”, como lo definió Mario González, presidente de Coviar, afecta directamente la capacidad exportadora al restarle competitividad al sector.
Desde que el gobierno de Javier Milei trajo de regreso un tema que parecía había quedado en el olvido en septiembre de 2023, cuando desaparecieron los derechos de exportaciones para las economías regionales, entre las que estaba el vino, en el sector comenzaron a sobrevolar infinidad de especulaciones, hasta que la semana pasada los temores se hicieron realidad cuando se confirmó oficialmente que la vitivinicultura pasará a tributar un 8% por vender al exterior, lo que representa un aumento del 90% de la alícuota histórica: 4,5%.
Hay bodegueros que por lo bajo sostienen que no les gusta para nada la medida pero también concuerdan en que “hay que ponerle el pecho a la situación, hacer un esfuerzo para sacar al país de esta situación”, reconoció un importante elaborador mendocino.
Sin embargo, también son conscientes que la aplicación de las retenciones tal cual está prevista, puede resultar en una carga impositiva significativa para el arco exportador ya que, el tributo recaería sobre el total de la facturación y no solo sobre el producto vino.
“No es igual la soja o los granos que el vino. La soja que se exporta es eso, no tiene valor agregado o en mínimo. En el vino, una parte es producto vino y el 60% son insumos como la botella, la etiqueta, el corcho, la cápsula. Nos hacen pagar por los insumos, que además tenemos que importar en muchos casos y sobre los que ya pagamos el impuesto PAIS, que subió más del doble (del 7,5% al 17,5%)”, dijo uno de los integrantes de la Corporación Vitivincícola Argentina.
En el cónclave con el secretario Vilella, la Coviar presentará el informe que elaboró el Observatorio Vitivinícola con la esperanza de persuadir al Gobierno sobre la necesidad de revisar la medida. Y en una hipótesis de mínima, negociar cambios en la aplicación.