El Gobierno de Mendoza rompió una racha de doce años consecutivos con déficit operativo. Según un informe del Consejo Empresario Mendocino (CEM), elaborado en base a las Ejecuciones Presupuestarias de la Provincia, el 2021 cerró con un superávit del 4,6% para el Estado local.
Mirando un poco hacia atrás, se encuentra que la última vez en que Mendoza logró con un resultado positivo fue en 2008, durante el primer año de gestión plena de Celso Jaque. A partir de entonces los números fueron siempre “rojos”. De hecho, de alcanzar un superávit de 1,2%, Jaque pasó a un déficit del 8% en 2009.
La situación no cambió demasiado en el gobierno de Francisco Pérez, que cerró su gestión con un déficit de 13,5% en 2015, año en que entregó el mando a Alfredo Cornejo.
En la gestión del ex gobernador radical se empezaron a notar algunas mejoras y el déficit llegó a reducirse al 1,5% en 2018, pero luego se profundizó a -9,7% en 2019.
Más adelante, en el primer año completo de gestión de Rodolfo Suárez, la Provincia volvió a reducir el margen negativo y logró terminar el 2021 con un balance de -1,5%. Finalmente, en 2022, llegó el mencionado superávit del 4,6% para Mendoza.
En detalle, el año pasado ingresaron a la provincia un total de $ 279.695 millones (fueron $ 255.466 millones por recursos corrientes y $ 24.229 millones por recursos de capital) y se gastaron $ 267.996 millones ($ 226.243 millones en gastos corrientes y $ 41.753 millones en erogaciones de capital). Eso dio como resultado final un superávit de $ 11.699 millones.
Desde el Gobierno de Mendoza analizaron las estadísticas y mostraron conformidad respecto a los resultados. “Nuestros objetivos son los mismos desde hace años. Buscamos un Estado eficiente, bajar la deuda, ordenar las cuentas públicas y aumentar las erogaciones de capital, entre otros puntos. Son metas que nos hemos puesto desde hace tiempo y de a poco, con algunos grises, las hemos ido cumpliendo”, comentó Víctor Fayad, ministro de Hacienda y Finanzas de Mendoza.
“La tendencia de reordenar el gasto corriente y bajar impuestos se viene cumpliendo ininterrumpidamente, pese a que en el medio tuvimos la pandemia, que generó toda clase de distorsiones. Sabemos que queda mucho por corregir, tanto desde el factor impositivo como del lado de los recursos, pero vamos por buen camino”, opinó el funcionario.
Los recursos del Estado
Para hacer un balance de las cuentas públicas, se debe comenzar por separar el resultado en dos grandes ramas: los recursos y las erogaciones. La primera refiere por supuesto a la cantidad de dinero que entra a las arcas provinciales y la segunda hace referencia a cómo se gasta o invierte ese dinero.
A su vez, en el balance de “lo que entra”, se debe hacer una subdivisión entre los recursos “corrientes” y los de “capital”. En lo que respecta a los primeros, hay varios puntos interesantes para analizar. Uno de ellos es la evolución de los recursos que se obtienen a través de impuestos provinciales, como Ingresos Brutos, impuestos Inmobiliario e impuesto Automotor, entre otros.
De acuerdo al informe del CEM, firmado por Eduardo Pulenta (presidente de la institución), Silvia Jardel (gerente) y Gustavo Rivarola (asesor económico), el dinero obtenido por esa vía representó en 2021 el 72% del total de los recursos corrientes obtenidos dentro de la Provincia, tras aumentar 4 puntos porcentuales su participación respecto al año anterior y 13 puntos en relación al 2019. En contra parte, perdieron participación los recursos “no tributarios”, que se componen por las regalías petroleras y por una serie de puntos menores reunidos en el ítem “otros”.
Lo llamativo es que la recaudación de impuestos provinciales cayó 23% en términos reales entre 2019 y 2021. Por lo tanto, su aumento en la participación no se atribuye a un mejor desempeño, sino a que los demás ítems (principalmente regalías) cayeron mucho más.
El resto de los recursos corrientes son los provenientes de la Nación. De acuerdo al informe del CEM, entre 2019 y 2021, los recursos nacionales aumentaron 7,5% en términos reales, liderados por el incremento de la Coparticipación Federal (+9%).
Tomando todo el universo de ingresos corrientes (los nacionales más los provinciales), se observa que desde el 2019 en adelante los recursos enviados por el Gobierno nacional fueron ganando participación en las arcas provinciales, pasando de representar el 48,9% al 57,4% en el período analizado. Eso implica, por supuesto, que fue cayendo también la participación de los ingresos corrientes netamente provinciales.
Esta relación, sin embargo, da origen a diferentes puntos de vista. “La oposición dice que recibimos más plata de Nación, pero no hay que olvidar que en su mayoría es dinero de nuestros contribuyentes, que pagan impuestos como IVA y Ganancias, y que están enviando plata a las provincias que antes iba a Anses. Además, el incremento de la participación de los recursos nacionales se debe casi únicamente a que bajaron los recursos locales”, apuntó el ministro de Hacienda de Mendoza.
“No hay que olvidar que venimos bajando tasas de Ingresos Brutos desde 2017 y muy fuerte en varios sectores. A eso se suma que a los impuestos patrimoniales los venimos topeando (límite de aumento) desde hace varios años y que se ha venido registrando una la caída de la recaudación por regalías porque ha disminuido la producción”, agregó.
Por otra parte, Víctor Fayad cuestionó la posición del Gobierno nacional a la hora de anunciar los aumentos en recaudación. “Cuando aumenta la recaudación de AFIP la Nación lo festeja. Se ríen de la gente, porque la verdad es que lo están logrando a raíz de mayor presión tributaria”, comentó el ministro.
Sumó su opinión Silvia Jardel, gerente general del CEM. “La recaudación a nivel nacional, que después deviene en coparticipación, no ha caído en términos reales, mientras que los impuestos provinciales sí lo han hecho con fuerza. Analizando las estadísticas se observa que no es que esté mandando más dinero la Nación, sino que los recursos provinciales están cayendo mucho”, indicó.
Por último, resta el resultado de los ingresos provenientes de recursos de capital. Se trata de dinero que se genera por inversiones realizadas por el Estado o la venta de activos. Según el informe del Consejo Empresario Mendocino, entre 2019 y 2021 los recursos de capital crecieron 1455% en términos nominales.
Las erogaciones
La otra gran rama dentro de la medición del resultado operativo del Gobierno Provincial, es la de los gastos. En líneas generales se observan resultados favorables, teniendo en cuenta el objetivo de achicar el tamaño del Estado, aunque con algunos matices, sobre todo desde el inicio de la pandemia.
Una vez más, en el análisis se debe hacer la separación de lo que significan las erogaciones corrientes (principalmente vinculadas al pago de salarios), de lo que son las erogaciones de capital (asociadas fundamentalmente a la obra pública).
Históricamente las erogaciones corrientes han tenido una participación cercana al 90% sobre el total de gastos de la Provincia. Sin embargo, en los últimos años se han dado algunas variaciones atípicas. De acuerdo al relevamiento del CEM, entre 2012 y 2017 los gastos corrientes promediaron el 93,6% de las erogaciones totales. En 2018 el valor bajó a 89%, y si bien luego escaló hasta 93% en 2020, en 2021 cerró con el valor más bajo de la década (84%).
Dicho de otra forma, el año pasado el Gobierno logró disminuir el peso de los gastos corrientes sobre el total de las erogaciones y, consecuentemente, aumentar la participación de los gastos de capital.
¿Dónde se hizo el ajuste? Fue principalmente en los salarios. Las estadísticas confirman que desde el 2015 en adelante se fue reduciendo regresivamente la participación de los sueldos de los empleados públicos sobre el total de los gastos del Estado. De una punta a otra, la baja fue del 60,5% al 50,1%. En contra parte, la participación de las transferencias a los municipios creció de 24,4% a 31,3% en el período analizado.
A simple vista, se puede asociar el menor gasto (en proporción) en salarios a un achicamiento de la planta de personal. De hecho, el informe del CEM comprueba que Mendoza tenía 113.437 empleados en 2015 (el pico máximo) y bajó a 110.578 en 2021.
Sin embargo, llama la atención que el año pasado hubo un rebote en la cantidad de empleados estatales (se pasó de 106.332 a 110.578), pero el peso de los salarios sobre los gastos corrientes del Estado siguió cayendo (disminuyó 4,6 puntos porcentuales, pasando de 54,7%a 50,1%).
Ese resultado solo puede tener dos explicaciones posibles. O cayó el salario de los trabajadores del Estado en términos reales, o aumentaron en mayor proporción el resto de los gastos corrientes. Los números confirman que efectivamente se usó más dinero para otros gastos -como las transferencias a municipios- pero también es un hecho que los ajustes salariales estuvieron por debajo de la inflación en 2021.
Finalmente, resta observar lo ocurrido con las erogaciones de capital, es decir aquellas que tienen que ver con inversiones realizadas por el Gobierno de Mendoza. Según el balance del CEM, el peso de las erogaciones de capital sobre el total de gastos corrientes, alcanzó en 2021 un 16,3%, el valor más alto de los últimos diez años. El punto más bajo había sido en 2016, cuando solo el 5,9% de los recursos fue invertido por el Gobierno.
De acuerdo al análisis del Consejo Empresario Mendocino, las erogaciones de capital alcanzaron el 16,3% de los recursos corrientes impulsadas fundamentalmente por la partida inversión financiera, seguida de trabajos públicos. “Es auspicioso que las erogaciones de capital representen una porción mayor de las erogaciones totales. Eso es más probable cuando las cuentas fiscales están ordenadas”, analizaron.
Por otro lado, señalaron que la evolución de los trabajos públicos (obra pública) fue dispar. “Luego de alcanzar un pico del 9,9% de los recursos corrientes en 2011, promedió 4,1% de los recursos entre 2012 y 2015, para caer hasta 2,6% en 2016, comenzando una recuperación en 2017, que se consolidó en 2018 y 2019. En 2020 esta partida cayó significativamente, al 1,3% de los recursos corrientes, recuperándose levemente el último año”, indicaron.
Sin embargo, destacaron que los trabajos públicos se encuentran en un nivel bajo. “En 2021 se ejecutó solo el 75% del monto presupuestado ($ 5.856 millones contra $ 7.747 millones), alcanzando tan solo el 2,3% de los recursos corrientes”, agregaron desde el CEM.
El ministro de Hacienda de la Provincia también compartió su postura respecto al desempeño de Mendoza en relación a las obras públicas. “Cuando se evalúan las erogaciones de capital, se mide la cantidad de metros de ruta que se hicieron, o cuántas viviendas, pero hay otros aspectos que no se tienen en cuenta. Con esta gestión, además de ponernos como objetivo mantener la inversión en obra pública por arriba de los dos dígitos (en su peso sobre el Presupuesto), buscamos que cada peso que se gaste tenga la mayor incidencia posible sobre la población”, declaró.
El funcionario recordó que este es el tercer año en que funciona la Dirección General de Inversión Pública, que se encarga de analizar el impacto social y económico de cada obra”, agregó Fayad.
Más allá del bajo cumplimiento de la obra pública presupuestada en 2021, el Consejo Empresario Mendocino consideró positivo el resultado de las erogaciones de capital. “La historia muestra que las ejecuciones presupuestarias se cuadraron, en años de déficit corriente, con la subejecución de la obra pública que, en ese contexto, dependió casi con exclusividad de la capacidad de endeudarse. Las excepciones fueron 2018 y 2020-2021, pues el ahorro corriente logrado permitió financiar, si no todas, un elevado porcentaje de las erogaciones de capital”, destaca el estudio firmado por Eduardo Pulenta.
Se agrandó la planta de personal
Tanto el gobernador, Alfredo Cornejo, como el actual mandatario provincial, Rodolfo Suárez, dejaron claro que buscan achicar el tamaño del Estado y, en consecuencia, reducir la planta de personal. El informe del CEM deja en evidencia durante varios años ese objetivo se cumplió, pero en 2021 la tendencia se revirtió completamente.
En 2015 se alcanzó el techo en cantidad de trabajadores estatales, con un total de 113.437 empleados. A partir de entonces la planta comenzó a achicarse (con algunas oscilaciones) hasta llegar a los 106.332 trabajadores en 2020. Sin embargo, en 2021 el número volvió a ascender a 110.578.
El ministro de Hacienda, Víctor Fayad, explicó que esa situación se debió casi exclusivamente a la irrupción de la pandemia y a la necesidad de reforzar al sector Salud. “El informe muestra los números gruesos, pero analizando hacia adentro se puede ver con calidad que el salto en 2021 está explicado por la incorporación de personal de salud. Es todo producto de la pandemia”, comentó.
Por otro lado, el funcionario señaló que el empleo se ha recuperado en la provincia, pero reconoció que el 80% del crecimiento se produjo dentro de la informalidad. “Hay menos personas registradas y por tanto menos familias con obra social. Todas esas personas están acudiendo al sistema de salud pública y debemos tener personal para responder”, justificó.
“El grueso de los empleados públicos son servicios mano de obra intensivos. No son empleados tomando mate con los expedientes arriba de la mesa”, acotó.