Como familia, han sido testigos de despegues de la construcción y también de diversas crisis que afrontó la economía argentina. Tienen más de 40 años de trayectoria en el rubro de la madera. Como negocio, supieron mantenerse alerta a los cambios y tendencias que demanda el mercado, adquiriendo en el camino la marca Elías Dolonguevich para potenciar su filosofía de trabajo. Como sociedad, en 2011, emprendieron un proyecto turístico en Malargüe. “Ninguna decisión comercial está por encima de los afectos”, es la mayor enseñanza que Raúl Antonio Giuffre ha transmitido a sus hijos.
Con 43 años, el abogado y comerciante, Renzo Giuffre junto sus hermanos mayores, Raúl y María, lideran el directorio de la empresa que, en 1973, fundó su padre. “Las bases sobre las que se ha construido el negocio son la integridad y la cultura del trabajo que siempre tuvo mi padre y que nos inculcó desde muy chicos. Giuffre Maderas siempre ha sido una empresa familiar. La fundó mi padre -el 1 enero de 1973-, con el acompañamiento de Marta, mi mamá. Con los años se transformó en una sociedad anónima y actualmente junto a mis hermanos integramos el directorio”.
-¿Qué valor intentás aportar a la empresa?
-Hemos destacado algunos valores genéricos como son la honestidad, la responsabilidad, el respeto, el compromiso y la pasión por lo que hacemos pero, como valor principal, para nosotros está la familia. Ser una empresa familiar nos ha permitido un equilibrio -la fuerza-, para seguir adelante. Es lo que nos han enseñado nuestros padres y de lo que siempre vamos a estar agradecidos. Ojalá logremos lo mismo con nuestros hijos. Actualmente con mi hermano Raúl dirigimos la empresa con el apoyo incondicional de mi hermana María.
–¿Cómo se gestiona en una crisis?
-A las crisis nosotros no les tenemos miedo sino respeto. Entendemos que son procesos que pueden suceder en cualquier momento y, en nuestro caso, tratamos de identificar cuál es el conflicto y adaptarnos rápidamente a los cambios. Para las pymes es más fácil ser flexible y eso es lo que nos permite sobrellevar las crisis de la mejor manera. De todos modos es importante, sin detenernos en el tamaño de la empresa, el compromiso y el rol que cumple cada uno de los colaboradores. En nuestro caso desde el que carga la madera hasta el que la administra, aporta lo mejor de sí. Es la única manera en la que se puede sobrellevar una empresa en época de crisis. Tenemos un grupo de colaboradores que entienden cuál es el lineamiento y todos trabajan para el bien de la empresa y para alcanzar un mismo norte. En uno de los cajones de su escritorio está guardado el texto “La Crisis es una bendición”, del poeta brasileño Mauricio Góis. Desde hace 35 años los acompaña la idea de que “sólo en las crisis se muestra que se es eficiente”.
-¿Tendrá un despegue el sector de la construcción?
-No hay dudas de que la construcción es uno de los principales motores de la economía y del empleo. Somos integrantes, con otras empresas del medio, de la Red Edificar, que es el primer proyecto asociativo de estas características en Argentina. Estamos trabajando en distintos objetivos, en el sector privado, con los profesionales de la construcción brindándoles apoyo como siempre lo hemos hecho. Mientras, en el ámbito público lo hacemos con acciones concretas. En agosto, la Red firmó un convenio de colaboración con el programa Mendoza Activa. También estamos trabajando con el Ministerio de Planificación e Infraestructura en el laboratorio de viviendas, con el fin de promover otros sistemas constructivos, desarrollos más sustentables y que ponderen la eficacia energética.
–A la hora de establecer servicios, ¿cómo se piensa el diferencial?
-El negocio se divide en dos rubros: la madera propiamente dicha (madera de cultivo o nativa) y por el otro lado, los tableros. Es aquí donde se concentra el mayor crecimiento y es donde tenemos que brindar la mayor cantidad de servicios. Hace unos meses compramos unas máquinas en Italia y calculamos que a fin de año estarán operativas. Era un compromiso que teníamos con nuestros clientes, para brindarles cortes a medida y servicio de pegado de cantos en las placas. A lo técnico tenemos que agregarle la capacidad del recurso humano: la calidad de atención, la rapidez de respuesta, el ser competitivos. En definitiva, acompañar con la mayor cantidad de servicios para que el cliente pueda sentirse seguro de que vamos a responder a la altura de sus expectativas.
–Inmersos en la situación sanitaria, ¿creció la demanda de materiales?
-Cuando comenzó la pandemia, nadie sabía de cuánto tiempo sería la cuarentena. En un primer momento se freezó todo. Luego se fueron liberando actividades y los desarrolladores y los particulares también empezaron a hacer compras de acopio, porque la inflación fue más notoria. Debido a la suba del dólar blue se generó una incertidumbre y a su vez algunas fábricas comenzaron a tener algunos problemas de abastecimiento. En esta situación, vemos que muchos clientes están congelando los precios de sus compras, para asegurarse el material para cuando lo necesiten y, ante una posible suba de precios, dejar la operación cerrada.
–¿Cuáles son los nuevos desafíos que deben afrontar como sector?
-En general, se tendría que mejorar la capacidad industrial y la maquinaria de todas las pymes madereras de Argentina, porque se necesita una actualización de tecnologías o una renovación para mejorar todos los procesos y volver a los mercados exportadores de una manera más competitiva. En este punto no hay dudas de que el Gobierno tiene que activar de forma urgente medidas que incluyan líneas de financiamiento y crédito.
-¿Internet es una herramienta para competir sin fronteras?
-No hay dudas de que internet es una herramienta muy potente y que -hoy por hoy- es un apalancamiento para el comercio. Los negocios pueden posicionarse por medio de las redes sociales con una llegada a personas y clientes muy importantes. Nosotros creemos que hay que mejorar y profundizar todo lo que es tecnología en el comercio, porque tienen un gran valor y eso está atado también a la inmediatez que reclama el cliente. Actualmente los traslados y lo que implique pérdida de tiempo, es una desventaja competitiva.
–Considerás que debe existir una transformación en el comercio, ¿por qué?
-Una cosa importante es trabajar con la estructura de los costos. Puntualmente, uno de los factores que más influyen en las empresas de forma negativa, es la alta carga impositiva. En este punto soy bastante crítico de la clase política, no por un color o partido, sino que hablo de la política en general. En Argentina, la falta de visión hace mucho daño. Como país, tenemos riqueza y también dirigencias mezquinas. Se habla de combatir la pobreza pero no se ayuda a las empresas para dar soluciones, para generar más trabajo.
Perfil
Renzo Giuffre. Abogado. 43 años. Junto a sus dos hermanos mayores son parte del directorio de la empresa familiar Giuffre Maderas S.A. Él dirige la maderera, de 47 años de trayectoria, que tiene asociada a la marca Elías Dolonguevich.
Es miembro de la Red Edificar, organización que forman ocho empresas locales de distintos rubros de la construcción.
“Soy abogado de profesión pero no ejerzo y mi pasión verdadera es el comercio”, dice.