Renata Würschmidt: “La venta de arte es inestable y es difícil hacer proyecciones financieras”

La diseñadora tucumana, radicada en Mendoza, ha lanzado al mercado la línea Wake UP con su proyecto de exportación, Rwana. Un recorrido por su historia y por la de su emprendimiento.

“Estudié administración de empresas, me dediqué a pintar cuadros de curiosa, luego me metí en el mundo del diseño y empecé a jugar con todas esas herramientas, con el color, así surgió el diseño textil; algo que estaba en mí desde siempre”.
“Estudié administración de empresas, me dediqué a pintar cuadros de curiosa, luego me metí en el mundo del diseño y empecé a jugar con todas esas herramientas, con el color, así surgió el diseño textil; algo que estaba en mí desde siempre”.

‘Wake Up’ era la frase que pronunciaba, una y otra vez, un pasajero de color en un autobús chasqueando los dedos con una gran dosis de energía. Frente a aquel hombre, de estilo Snoop Dogg, sin perder el miedo, viajan tres latinas de madrugada. Una escena que no será insignificante para una niña, que a los 8 años comenzó a coser, mientras jugaba a diseñar unos moños de colores, que después vendería -en una caja de cartón- en una escuela de Tucumán. “Estoy en Santiago del Estero, buscando tejedoras al telar para hacer ruanas, ponchos y otros productos que son de esta zona”, cuenta Renata Würschmidt; artista, empresaria, emprendedora, que en ella resume la historia de todas estas mujeres. “Me encanta conectar con el Norte, porque… uno se hace grande y vuelve al patio de la infancia”, dice.

En los últimos días recorrió más de 400 kilómetros para proveerse de materiales; en la creación de Rwana (Renata Würschmidt y amigas del norte argentino) hay algo lúdico también; movilizador. “Es un proyecto ambicioso, un producto premium, para exportación”, relata. Ha viajado de un extremo a otro para comprar lana, para hablar con cada tejedora, les ha explicado lo que busca, los que quiere del trabajo manual; “los tiempos de lo artesanal son larguísimos”, agrega. El miércoles, recorrió otros 200 kilómetros para trabajar en un telar que habían preparado para hacer muestras de sus diseños; “es un proyecto de largo aliento, que me tiene encantada”.

“Wake up tiene que ver con eso, en realidad, con vivir la emocionalidad, es el camino que vengo recorriendo".
“Wake up tiene que ver con eso, en realidad, con vivir la emocionalidad, es el camino que vengo recorriendo".

“Estudié administración de empresas, me dediqué a pintar cuadros de curiosa, luego me metí en el mundo del diseño y empecé a jugar con todas esas herramientas, con el color, así surgió el diseño textil; algo que estaba en mí desde siempre”. Renata habla sobre sus distintas facetas, de combinar realidades que parecen no tener conexión, “no soy ninguna de esas mujeres, pero soy todas ellas a la vez. En realidad, no necesito ninguna etiqueta; me relaciono con el color, esa es mi obsesión y me encanta el mundo de los negocios, las planillas de Excel, las matemáticas... en algún punto haber estudiado administración fue perfecto”.

Con marca propia

“Cuando te vas haciendo grande comenzas a descubrir los porqué de tus cosas”. Hace tres años, la crisis que generó la pandemia transformó una acción casual en una marca propia y hoy con una pequeña línea de producción, más asentada, y con perspectivas de un crecimiento paulatino, Renata Wür exporta sus prendas con una cierta regularidad al Uruguay entre otros destinos.

Mi papá es arquitecto y mi mamá diseñadora de interiores en Tucumán, son personas muy detallistas, yo me crié en el detalle, en la estética. Somos cuatro hermanos. Tengo facilidad con lo manual, soy más bien empírica y mi curiosidad nace desde ese lugar”.

El arte ha estado dando vueltas desde siempre en mi familia, yo lo empecé a desarrollar por una cuestión de autoestima; por sentir un vacío interno comencé a pintar sin buscar la validación de un otro. Trabajaba, estudiaba, vivía sola en Mendoza... vivía ese aceleramiento de vivir el futuro. Siempre he sido muy curiosa, movediza, me fui a vivir un año a España, me gané una beca en la facultad; para poder viajar hice carteras y las vendí, con eso me pagué el pasaje”.

“Mi relación con el arte es sincera, natural. Me relaciono sobre todo con el color, porque para mí ese es el camino. Me voy divirtiendo, pero eso no significa que deje de ser sacrificado, que no duerma; sé que mi búsqueda es por acá”. Wür se expone en las redes sociales, en diferentes reels, en historias mínimas que generan un tejido orgánico.

Wake up tiene que ver con eso, en realidad, con vivir la emocionalidad, es el camino que vengo recorriendo. En septiembre, estaba en Estados Unidos, volvía de madrugada con unas amigas en el transporte público; un hombre de color con mucha energía hacía chasquear sus dedos mientras provocaba a los pasajeros… Wake up, decía una y otra vez. Nos había dado miedo, él tenía era una tobillera electrónica, pero esa idea había quedado; yo estaba diseñando esta línea y el nombre de la colección fue una elección natural porque tenía que ver con el despertar de cada uno, con dejar de patear para adelante los sueños, las ilusiones”.

Colores textiles

“Mi mamá hacía manualidades, daba clases de costura; yo me metía, me gustaba la costura. Lo textil está presente en mi vida desde hace mucho, desde antes que nada, porque yo a los 8 años ya cosía… me acuerdo que así empezó todo, es lo que hago hoy; hice unos moños con hebillas. Mi papá me compraba las hebillas… me imagino lo que pensaría de una niña haciendo un negocio. Él me imprimía unos cartoncitos, que yo pasaba por la máquina y le hacía como un troquel, los ponía en una caja de zapatos y los vendía en el colegio. Volvía sin ningún moño, los vendía a todos”.

“Mi relación con el arte es sincera, natural. Me relaciono sobre todo con el color, porque para mí ese es el camino. Me voy divirtiendo, pero eso no significa que deje de ser sacrificado, que no duerma; sé que mi búsqueda es por acá”.
“Mi relación con el arte es sincera, natural. Me relaciono sobre todo con el color, porque para mí ese es el camino. Me voy divirtiendo, pero eso no significa que deje de ser sacrificado, que no duerma; sé que mi búsqueda es por acá”.

“Ese es el resumen de lo que soy hoy, por que hago todo el proceso, desde la compra de los materiales, el sistema de producción hasta la venta. Estoy en toda la cadena que abastece a diez mayoristas en Argentina, estoy abriendo exportaciones a Uruguay y Chile también, son tiendas que trabajan muchas marcas y tienen varios locales, también envié una partida más reducida a México y, por correo, a particulares en España”.

“Estoy expandiéndome”, sostiene como quien busca en un inflexión de la voz una amplificar su potencia. “Me aplique a un ARN del Gobierno, si lo obtengo con eso voy a comprar maquinaría y emplear a más gente; por lo pronto conmigo trabajan entre cuatro y cinco personas, además de un taller externo. ¡No doy abasto!, porque toda la ropa la producimos nosotras. Este mes he incorporado a tres personas para darle más estandarización al proceso y para delegar funciones en Mendoza. Desde octubre comencé a practicar eso, porque estaba muy arriba de todo el sistema, hasta cosía y me fui corriendo un poco para tomar un puesto de liderazgo y más comercial, porque la que vende soy yo”.

“La idea es tener una bajada artesanal y, amigable”.

A partir de las bodegas

“Antes de la pandemia había desarrollado como souvenir para la gente que iba a las muestras, a las bodegas donde exponía cuadros; llevaba unos mueblecitos donde tenía algunos productos relacionados con el vino y a la gastronomía, pero no los mostraba en público, estaban allí, solamente en las bodegas, porque quería que la gente que fuera a ver mi arte, por lo menos se llevara algo. Tenía mucho textil impreso: individuales, caminos de mesa, y demás”.

Se provoca una pequeña pausa en la comunicación telefónica, un respiro para darle aire a una explicación “Necesitaba una caja chica. “Cómo hago, me preguntaba, ante la venta de arte que es muy instable. Es muy difícil hacer proyecciones financieras cuando tenes ingresos muy fluctuantes”.

“Cuando llegó la pandemia no pensaba en usar los barbijos médicos, pensaba en hacer un tapaboca con más color, yo lo tenía ahí, tenía todos los insumos... los elásticos de unas agendas que había hecho, las telas, el packaging con unas cajitas que tenía. Cuando se habilitó en Mendoza el uso de los tapabocas, subí una foto y dije ‘miren mi tapa bocas’, y explotó la demanda, fue una locura... yo no sabía que había llegado uno hasta el gobernador”.

“Viste alguna vez Friends, cuando Phoebe quiere hacer algo pero sin una intención oculta y se da cuenta de que no se puede; a mí me pasa lo mismo, cuando hago las cosas con una cierta intención no funciona, no terminan siendo, pero cuando las hago porque me gustan, me suceden cosas mágicas”, concluyó Renata Wür, Renata Würschmidt.

Renata Würschmidt nació en Tucumán (1981) y se trasladó a Mendoza donde estudió Administración de Empresas. Diseño piezas únicas para RCristal. Sus obras se han expuesto en Mendoza y en galerías de Chile, Estados Unidos, Canadá y Europa. Renata Wür es su marca de ropa, que mezcla el color como una pieza de arte para vestir.
Renata Würschmidt nació en Tucumán (1981) y se trasladó a Mendoza donde estudió Administración de Empresas. Diseño piezas únicas para RCristal. Sus obras se han expuesto en Mendoza y en galerías de Chile, Estados Unidos, Canadá y Europa. Renata Wür es su marca de ropa, que mezcla el color como una pieza de arte para vestir.

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