Los 366 artículos del Decreto de Necesidad y Urgencia que presentó Javier Milei y entró en vigencia a las doce de la noche del jueves generó asombro en propios y ajenos. Entre los que recibieron la noticia con sorpresa están los sectores productivos mendocinos que se encontraron, no solo con la libertad para poder exportar, sino también con la liberación de las importaciones.
Ante la apertura de la economía que pretende llevar adelante el presidente Milei, las miradas son un tanto contrapuestas ya que, para los industriales puede llegar a ser un “industricidio” si no disminuye el peso del Estado sobre las empresas. En resumen “es imposible competir si no bajan los impuestos”, se dijo.
En la vitivinicultura también hay una gran incertidumbre y el fantasma de la década de 1990 comenzó a sobrevolar. Chau producción local y si al ingreso de vino de afuera, podría ser una alternativa. Igualmente, no hay definiciones temerarias o decididamente en contra ya que aún no se conoce con precisión los alcances de la medida.
En otros ámbitos como la agricultura o la agroindustria, la novedad no les hizo mella por el solo hecho de que la importación de fruta nunca se detuvo o el ingreso de durazno enlatado de Grecia, que fue escandaloso 25 años atrás, en realidad nunca se detuvo y pagando los aranceles, la mercadería entraba sin problemas.
“Por lo que se puede apreciar hasta ahora, en realidad lo que hizo Milei fue quitar las regulaciones, las SIRA y todo eso, no eliminar los aranceles para importar” afirmó un empresario.
Temor a un “industricidio”
El martes 12 de diciembre, cuando el ministro de Economía Luis Caputo presentó las primeras medidas en materia económica, habló de la eliminación de las trabas para importar, específicamente quedó en desuso el sistema SIRA.
Con la presentación del primer DNU que lleva la firma de Javier Milei, el presidente puso por escrito la reforma al Código Aduanero y en consonancia avanzó en la liberación de las importaciones.
En los fundamentos del DNU se lee que “a los fines de fomentar las inversiones es necesario eliminar también la posibilidad de imponer prohibiciones de importación y exportación económicas, dando certeza jurídica a quienes inviertan en el país”.
“Las repercusiones han sido importantísimas, hasta en las filas propias estaban sorprendidos en el nivel de profundidad de la decisión y les aviso que hay más, pronto se van a enterar”, dijo el presidente en declaraciones a Radio Rivadavia.
Y no mentía, en Mendoza hay sectores en que ese parrafito cayó como una bomba, porque literalmente no lo esperaban.
Mauricio Badaloni, el mendocino que tiene una silla en mesa ejecutiva de la Unión Industrial Argentina (UIA) consideró que abrir las puertas a todo el mundo indiscriminadamente pone a la industrial local en una situación de competencia desleal, sin en paralelo, no hay una corrección a la baja en la carga impositiva.
“El problema que nosotros vemos es que, si vos desregulás las importaciones y exportaciones de producto y no bajas los impuestos, va a estar complicado”.
Para el empresario del transporte, ante un escenario de desregulación total, el “industricidio” se puede dar si el Estado “no hacen una corrección impositiva porque no le va a permitir al sistema que se pueda adecuar con una producción más económica” lo que va a derivar en “una asimetría con los productos internacionales porque si no tienen problema para ingresar, va a ser como pelear con la mano atada”, afirmó.
“Todo lo que es escenario de recaudación no se ha tocado demasiado, creo que la reforma impositiva no está delineada todavía, entonces me parece que lo que está faltando es esa pata, si no se va a una baja impositiva importante, las compañías locales no van a estar preparadas para el nivel de competencia del mundo, que siguió compitiendo cuando nosotros tuvimos todo cerrado y con un alto costo impositivo”, insistió.
Por último, el referente de la UIA en Mendoza pidió revertir esa opinión que todo aumento de un producto es por una avivada del empresario, porque en realidad “todo lo que se ha aumentado este último tiempo ha tenido que ver con la suba aumento de los combustibles, de la energía y todos los aumentos que tenía retrasado el gobierno (anterior) y por otro lado más del 50% de todo lo que se produce en un sector productivo es impuesto”, remarcó.
Que pasa con el vino y otros productos
Desde que Javier Milei dio el mensaje en cadena nacional el miércoles por la noche, en todo el arco vitivinícola comenzaron a moverse para establecer los alcances de las leyes que el presidente derogaba con el DNU y también sobre la desregulación de las importaciones.
Por un lado se quedaron tranquilos cuando las normas que fueron derogadas, en la práctica no afectaban en nada a la actividad. Pero en lo que compete a la apertura de las fronteras, iniciaron estudios legales para interiorizarse en los detalles.
Tanto dentro de las entidades y también con la Coviar como escudo, empezaron un proceso de análisis profundo de las medidas y conversaciones con la secretaria de Bioeconomía que conduce Fernando Vilella.
Por el momento todo se reduce “a esperar la reglamentación del DNU” para conocer en detalle los alcances de la decisión oficial, indicaron desde la asociación de cooperativas Vitivinícolas (Acovi).
En la misma línea, Mauro Sosa, directivo del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este dijo que “está la posibilidad de la importación de producto tal cual se ha planteado, entre ellos seguramente él vino, a no ser que se lo excluya. Para nosotros es un tema muy sensible desde siempre, por lo tanto habría que ver después en la letra chica, si esto aparece abierto así tal cual está planteado o hay condiciones que justifiquen esa importación”.
“Indudablemente que cae muy mal y es una mala noticia pensar que se puede importar vino”, agregó Sosa, pero reiteró que “es un tema a estudiar”.
Además, recordó que “el antecedente más cercano de importación de vinos es de 2017 y 2018, cuando se importaron casi 100 millones de litros” y se llevó a cabo “sin que existiese una normativa desreguladora. Entonces es un tema complejo que hay que verlo con detenimiento”, afirmó.
En el sector de la cereza o la industrialización de fruta, la desregulación de importaciones no provocó ningún efecto.
“Ya estaba entrando fruta desde afuera, por lo tanto para nosotros no va a cambiar mucho el panorama”, sostuvo Diego Aguilar, presidente de la Cámara de Cereza de Mendoza.
El productor de cereza y dirigente rural, se limitó a decir que “nosotros lo que pretendemos es que le hagan los controles fitosanitarios a la fruta que correspondan” porque “hemos detectado que ingresó fruta de muy mala calidad y eso tira abajo los precios del mercado”.
Un agroempresario, que también se dedica al durazno enlatado, le quitó presión al tema porque “ya se podía hacer, y se ha importado durazno de Grecia anteriormente, por lo tanto no es algo que cambie mucho”, dijo.
Por otra parte “si bien no conozco el detalle, por lo que puedo apreciar, lo que se están quitando son todas las trabas burocráticas, pero el tema de aranceles no se tocó, y por ejemplo hoy el durazno tiene un arancel que es Mercosur, por lo tanto se podrá importar lo que se quiera, pero también hay que pagar los impuestos que corresponden”, dijo el empresario que solicitó el resguardo del nombre.
El ajo es el principal producto agrícola exportable de Mendoza. Ante la posibilidad de que ingrese ajo, por ejemplo, de China, como ocurrió décadas atrás, Fabián Fusari Duin no lo ve como un amenaza.
Para el presidente de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajo, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocamen) “solamente el 10% de nuestro ajo queda en el mercado interno, por lo que tenemos un 90% de producción que tranquilamente puede satisfacer la demanda nacional, si aumenta”, comenzó explicando.
Para Fusari, la liberación de importaciones “la verdad que no lo veo como una competencia, por decir del ajo chino. Nuestro ajo tiene muy buen prestigio a nivel mundial, así que en la única ventaja competitiva que puede tener China es traer un producto muy, muy barato, pero nada más”.
El único aspecto negativo que encuentra el productor en la desregulación, la libertad con la que se puedan mover aquellos que triangulan y “trayendo un ajo más barato, para hacer una diferencia, después lo vendan como si fuese de origen nacional y eso haría caer el prestigio que tenemos”, finalizó.