Los procesos eleccionarios son todos diferentes, el contexto interno, los propios actores e inclusive el mundo es distinto en cada caso. No obstante, durante los últimos 22 años en Argentina, la economía siempre jugó un importante rol, algunas veces a favor y otras en contra.
A fin de evaluar cuantitativamente cómo llega la economía a las elecciones del 2023, el IERAL de Fundación Mediterránea construyó hace tiempo un indicador global de la situación económica para comparar cada uno de los procesos eleccionarios de los últimos 22 años. A través del mismo, puede observarse la relevancia de la economía en el proceso electoral: en todos los años donde el oficialismo resultó victorioso, el indicador global de la situación económica presenta valores más elevados respecto de los años donde resultó perdedor en las elecciones.
Las variables económicas relevantes en los procesos electorales son múltiples y en algunos casos, de difícil acceso para períodos largos y continuos de tiempo. Debido a estas restricciones, el citado indicador utiliza solamente cinco variables económicas para captar el factor económico previo a cada proceso electoral: la evolución de la actividad económica, de la tasa de inflación, la dinámica del empleo privado formal, del poder adquisitivo de los salarios y del crédito total al sector privado.
Todas estas variables juegan a favor del estado general de la economía en el indicador construido con la excepción de la evolución de los precios (inflación) que la afecta negativamente.
Estado actual de la economía y proyección para el III trimestre del 2023
De acuerdo a las encuestas relevadas por el BCRA, el consenso de mercado (REM) espera que la actividad económica se expanda muy poco durante 2023. En materia inflacionaria, si bien el cuarto trimestre del 2022 mostró una pequeña desaceleración, el mercado espera que, durante 2023, el ritmo de crecimiento de los precios resulte similar al del 2022.
En este escenario de virtual estancamiento del nivel de actividad económica y alta inflación, es dable suponer que el mercado laboral difícilmente pueda traccionar demasiado, por lo cual se asume una dinámica estable tanto para el empleo privado como para los salarios. Por último, teniendo en cuenta el estancamiento de la economía y la actual política de esterilización del Banco Central, se espera que el nivel de préstamos al sector privado continúe con la tendencia decreciente evidenciada en los últimos meses.
De esta forma, según este escenario base, el gobierno podría llegar a las elecciones con una economía prácticamente estancada y con una tasa de inflación similar a la actual.
En este escenario de “mercado”, la economía llega a las elecciones ¿mejor o peor que en otros períodos eleccionarios?
Teniendo en cuenta las proyecciones del escenario anterior para el III trimestre de este año, el indicador global de la situación económica muestra que la economía llegaría a las elecciones:
- En mejor forma que en 2001 y 2009 (donde el oficialismo resultó perdedor)
- De forma muy similar al 2013 y 2019 (donde el oficialismo resultó perdedor)
- Peor que los períodos donde el oficialismo resultó ganador (2003, 2005, 2007, 2011 y 2017)
¿Qué sucede en el escenario “esperado” por el gobierno en su acuerdo con el FMI?
De acuerdo al escenario implícito en el último acuerdo con el FMI, la actividad económica durante 2023 tendría una leve expansión (2%) mientras que la tasa de inflación experimentaría una importante desaceleración respecto de la registrada en 2022.
En este escenario de leve expansión de la economía y descenso de la inflación, el empleo y los salarios podrían expandirse al igual que el crédito al sector privado.
De esta forma, según este escenario base, el gobierno podría llegar a las elecciones con una economía creciendo, con fuerte reducción en la tasa de inflación mensual y recuperación del empleo privado, de los salarios y del nivel de crédito.
De esta forma, teniendo en cuenta estas proyecciones del gobierno, el indicador global de la situación económica muestra que la economía llegaría a las elecciones de la siguiente manera:
- En mejor forma que en 2001, 2009, 2013, 2019 (donde el oficialismo resultó perdedor)
- De forma muy similar al 2015 y 2021 (donde el oficialismo resultó perdedor)
- Peor que los períodos donde el oficialismo resultó ganador (2003, 2005, 2007, 2011 y 2017)
¿Cuán lejos están las variables respecto de los periodos donde ganó el oficialismo?
La peor performance de la economía respecto de los períodos ganadores del oficialismo se explica (en los dos escenarios) por la dinámica esperada de todas las variables seleccionadas. No obstante, las variables más lejanas del promedio de los años donde el oficialismo resultó ganador son tres (tanto en el escenario esperado por el gobierno como por el mercado): crédito al sector privado, tasa de inflación y nivel de actividad.
Si bien en el escenario del gobierno, las variables llegan con una mejoría a las elecciones, el nivel alcanzado por las mismas aún resulta bastante alejado al de los períodos eleccionarios donde el oficialismo resultó ganador.
De esta forma, y acorde a las proyecciones tanto del escenario de “mercado” como en el del “gobierno”, la situación económica no le jugaría tan a favor al gobierno cómo sí le jugó en otros períodos electorales pasados donde el oficialismo resultó ganador.
Dado que las herramientas de política económica disponibles de acá a las elecciones son bastante limitadas y que, por otro lado, los factores “exógenos” como el clima y el mundo, difícilmente mejoren demasiado en este corto período, el oficialismo probablemente necesitará de factores adicionales al estado de la economía para obtener un triunfo en las próximas elecciones.