La nostalgia es bastante palpable cuando se habla de que la actividad hidrocarburífera en la provincia supo ser una de las más importantes, mientras hoy apenas parece poder frenar la velocidad del declive. La madurez de los pozos en Mendoza y la competencia con la explotación no convencional están entre las principales causas de esto. Sin embargo, existe un cierto consenso en que, con ciertas medidas e incentivos, el panorama podría ser más favorable.
De todos modos, ya hay signos de un cambio. Por una parte, hace un par de meses YPF comenzó la perforación de dos pozos en la lengua norte de Vaca Muerta, en el sur provincial, que permitirán conocer el potencial de esta formación no convencional. Pero, además, cuando las principales empresas se enfocaron en Neuquén, facilitaron el acceso a las pequeñas, que se han dedicado a la recuperación de pozos de petróleo convencional para mejorar su rendimiento.
En el segundo panel del encuentro del ciclo Pilares para el Desarrollo Sustentable de la Región, organizado por Los Andes, se analizó el panorama actual de la actividad petrolera en la provincia y sus perspectivas. Mauricio Manini, periodista de Los Andes, moderó la charla, de la que participaron Diego Trabucco, ingeniero industrial y líder del proceso de expansión y desarrollo de Aconcagua Energía; Jésica María Doba, economista, consultora del BID y parte del área de Informes Económicos de Fundación Ideal; y Mario Sánchez, ingeniero de petróleos y vicedecano de la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo.
Mendoza, detalló Doba, se encuentra entre las cuatro principales provincias productoras de petróleo del país, después de Neuquén -que, con Vaca Muerta, concentra el 66%-, Chubut y Santa Cruz, y representa el 6% de la producción nacional. En cuanto a la distribución en el territorio provincial, Malargüe produce el 65% de los hidrocarburos mendocinos, Tupungato y Luján alcanzan el 10% cada uno, y San Carlos y Rivadavia aportan entre un 6 y un 7% cada uno.
A febrero, sumó la economista, la producción nacional mostró un incremento interanual del 16% -que representa una recuperación luego de la caída durante la pandemia- y se espera que se cierre 2023 con un aumento del 10%. Y planteó que se necesita que las empresas del sector sigan invirtiendo para revertir la caída que la actividad viene mostrando en los últimos años, como también que se elaboren políticas para fomentarla.
En cuanto a esta caída, Sánchez indicó que el petróleo era la principal actividad económica de la provincia, pero dejó de serlo porque la cuenca norte es un yacimiento muy maduro y, para poder extraer los 3 mil m3 que se producen en Mendoza, se sacan miles de m3 de agua, lo que eleva los costos operativos ya que, además, hay que darle un destino final a ese líquido.
Pese a eso, consideró que hay oportunidades para las empresas más pequeñas, que no tienen los altos costos operativos fijos de las más grandes, como también para la empresa provincial de energía, que podría asociarse a otras o ella misma explotar esos pozos maduros. Asimismo, señaló que debería revisarse la fórmula con que la provincia calcula las regalías, para mejorar la situación de la industria. Y acotó que la cuenca neuquina, en el sur de Mendoza, de yacimientos no convencionales, también tiene su potencial.
Trabucco indicó que Aconcagua Energía opera en Mendoza, Río Negro y Neuquén y tiene un plan de inversiones de US$ 200 millones para 2023, de los que US$ 34 millones se ejecutarán en la provincia para perforación, reparación y revitalización de pozos existentes, y otros US$ 30 millones son de costo operativo para extraer crudo. Y proyectan sostener esos niveles de US$ 30 a 40 millones anuales en suelo mendocino hasta 2025.
Coincidió en que la desinversión por parte de las grandes compañías en las cuencas convencionales en todo el país -porque las inversiones se concentran en Neuquén- ofrece oportunidades para las pequeñas, ya que muchos pozos quedan parados. Pero también planteó que las empresas independientes necesitan cierta ayuda y Mendoza podría ofrecer ventajas para dar mayor rentabilidad a estos proyectos, para que aceleren los planes de desarrollo de las que ya están trabajando en la provincia e inclusive atraer a otras, para que se radiquen y haya más “jugadores”.
Con esto, resaltó, se evita que haya concentración y que, cuando una compañía de peso desinvierte, se caiga la economía. “Incentivar la llegada de más jugadores diversifica el riesgo para la provincia y hace que la actividad pueda ser sostenida en el tiempo, sorteando la coyuntura y las dificultades económicas del país”, planteó.
También se refirió a la necesidad de avanzar en la transición energética, para pensar de qué manera se reducen la emisión de gases de efecto invernadero. Señaló que, aunque se podría pensar que las empresas petroleras pierden el negocio, explicó que, por un lado, se debe buscar la manera de que los consumos sean más eficientes, por otro, que el combustible por excelencia para este cambio es el gas, que es un hidrocarburo y el país tiene una gran oportunidad como exportador de este recurso.