Es poco probable que un argentino que ha retirado dinero de un cajero automático no haya tenido que enfrentar la situación de recibir un enorme fajo de billetes por una suma que no tiene una capacidad de compra significativa. Es que, hasta ahora, es común que las terminales entreguen una buena cantidad de papeles de $100 y, si bien se podría pensar que la llegada de los de $2.000 podría implicar un cambio en esta situación, lo cierto es que hay un buen número de productos de consumo masivo que no podrán comprarse con ese importe.
Un informe de la consultora Focus Market puso en relieve de qué manera la inflación impacta en el poder de compra de los pesos y cómo la demora en el lanzamiento de los billetes de $2.000 ha hecho que no vayan a solucionar el hecho de que se necesiten muchos papeles para una compra de supermercado, si se paga en efectivo.
El relevamiento incluyó ocho productos que, en 2022, se podían comprar, y en todos los casos recibir vuelto, con $2.000. Sin embargo, cuando se realiza la comparación interanual -mayo 2022 versus mayo 2023-, se comprueba que el nuevo billete no resultará suficiente.
En mayo de 2022, un jabón líquido para la ropa de 3 litros se podía comprar por $721 y un paquete de pañales XXG por 34 unidades tenía un precio de $1.025. Es decir, que un comprador podía comprar ambos por $2.000 y recibir $254 de vuelto. Sin embargo, hoy, para comprar los mismos productos, además del nuevo billete de $2.000 se deberá contar con $400 más.
Si en el 2022 se compraba un kilo de peceto ($1.440) o un kilo de lomo ($1.560) con $2.000 y recibir un vuelto de $560 y $440, respectivamente. Pero por estos días, comprar los mismos cortes de carne se aparte del billete de $2.000 sumar uno de $500 para comprar el peceto y $670 más para llevar el lomo.
Otro ejemplo de que el nuevo billete ya no resulta suficiente se evidencia en que, el año pasado, con $1.180 podía comprar un paquete de patitas de pollo de 1,1 Kg. Sin embargo, en 2023, ya no alcanza para adquirir el mismo producto con el nuevo billete de $2.000, ya que se requieren $590 adicionales. Lo mismo sucede con una botella de fernet: mientras en 2022 se adquiría con $1.390 hoy tampoco alcanza con $2.000, ya que se necesitan $800 más.
“La pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda se está acelerando y la nominalidad de la moneda está en su nivel más bajo desde la hiperinflación. El lanzamiento del billete de $2.000 no sólo llega tarde, sino que no resuelve el problema de su nominalidad. Para mantener el poder adquisitivo del billete de $1.000 cuando se lanzó en noviembre de 2017, su valor hoy debería ser de $12.000. Por ende, uno de $2.000 debería valer $24.000″, señaló Damián Di Pace, director de Focus Market.
Sumó que Argentina se está quedando sin moneda, porque la impresión está siendo la más elevada del año. En la primera quincena de mayo, el Banco Central de la República Argentina emitió billetes por $440.000 millones y en 2023 acumula una emisión de $700.000 millones.
La Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba), de acuerdo a un relavamiento efectuado en comercios, reflejó la preocupación por la cantidad de billetes circulantes debido a que su traslado genera gastos y situaciones de inseguridad.