Pronostican un verano con buen caudal de agua en todos los ríos

Se espera que sea un año bueno en todas las cuencas y por encima de la media para los ríos Tunuyán y Grande. Pero sería algo excepcional, por el efecto de El Niño, en un periodo de sequía.

Pronostican un verano con buen caudal de agua en todos los ríos
Irrigación pronosticó una temporada 2024-2025 con buen caudal en todos los ríos, aunque realizó algunas advertencias. Foto: Los Andes

El pronóstico de escurrimiento de los ríos de la provincia marca que, en la mayoría de las cuencas, el caudal estará cerca de la media de los últimos 20 años. E incluso, en dos, se tratará de una temporada por encima de ese promedio. Esto permite afirmar que se tratará de un año normal. Pero en la del río Mendoza, cuando se resta el volumen destinado a consumo humano, el recurso para el resto de los usos es escaso.

Por otra parte, una investigación del Ianigla muestra que el cambio climático ha provocado que, desde 2010, hayan disminuido las nevadas y se deba considerar que años como 2015 y 2016, y nuevamente 2023 y 2024, son una excepción provocada por el fenómeno de El Niño; mientras que lo esperable es que haya menos precipitaciones en alta montaña.

Rubén Villodas, director de Gestión Hídrica del Departamento General de Irrigación, analizó cada cuenca, recordando cuál había sido el pronóstico del año pasado y cuál fue el derrame efectivo, qué acumulación nívea se alcanzó este invierno, el nivel actual de los embalses y la estimación de escurrimiento para este verano.

Detalló que en las cuencas del Río Mendoza y el Atuel el derrame fue 12% mayor de lo pronosticado, ya que la ola de calor de enero y febrero provocó que hubiera más deshielo de lo previsto. De hecho, el embalse Potrerillos, que suele alcanzar la cota máxima -cuando esto sucede- a fines de marzo, ya estaba completo a fines de enero.

Pronóstico por cuenca

En la cuenca del río Mendoza hay dos estaciones nivométricas: Horcones y Toscas. En la primera, la acumulación de nieve al 30 de septiembre era del 95% de un año medio y en la segunda, del 101%. Para la temporada 2024-2025 el pronóstico es de 1.230 hm3, lo que representa el 89% de la media de los últimos 20 años, de 1.383 hm3. Esto marca que sería un año normal.

Sin embargo, Villodas advirtió que Potrerillos tiene 63% de nivel de reservas, que pueden ser consideradas “moderadamente bajas” y están por debajo del valor de 2023, lo que evidencia que se ha estado usando más agua desde que comenzó la época de riego.

En la cuenca del río Tunuyán la acumulación de nieve es del 109% de un año medio en la estación Salinillas y del 137% en Palomares. Las previsiones marcan que el derrame sería de 940 hm3, un 111% de los 848 hm3 de la media. Y cuando se considera el aporte de los arroyos, el escurrimiento pronosticado sería un 105% superior (1.290 hm3 versus los 1.233 del valor medio).

Esto permite catalogarlo de año húmedo para esta cuenca, pero con la advertencia de que el embalse El Carrizal, que alcanzó su capacidad máxima este verano -lo que no sucedía desde 2017, aunque se estuvo cerca en 2020-, está en un 67% de llenado y esto implica que las reservas están moderadamente bajas.

En la cuenca del río Diamante, en cambio, las reservas son muy altas -del 86%- en Agua del Toro y Los Reyunos. La acumulación de nieve es del 147% de un año medio y se pronostica un escurrimiento de 890 hm3, 89% de los 980 hm3 de media.

Una creciente dañó los equipos para realizar mediciones en la cuenca del río Malargüe, pero el DGI anticipa que el derrame será de 310 hm3, un 103% con respecto a la media de 302 hm3.

Las reservas en los embalses Nihuil y Valle Grande son abundantes, con un 69% de la máxima. Y las nevadas en la estación de Laguna del Atuel fueron un 165% de las de un año medio. El pronóstico para la cuenca del río Atuel es que se trataría de un año normal, con 1.100 hm3, cuando la media es de 1.089 hm3.

En el caso de la cuenca del río Grande, las nevadas fueron del 135% de un año medio en Valle Hermoso y del 127% en Pehuenches, con lo que se espera que se trate de un año húmedo, con un escurrimiento de 3.320 hm3, un 105% del medio, de 3.165 hm3.

Irrigación presentó su pronóstico de escurrimiento para todos los ríos de la provincia
Irrigación presentó su pronóstico de escurrimiento para todos los ríos de la provincia

Año bueno, pero…

El superintendente general de Irrigación, Sergio Marinelli, indicó que va a ser un año bueno en todos los ríos y húmedo en el Tunuyán y el Grande, aunque no con la misma cantidad de agua que en 2023, sino un poco menos. Añadió que, en el caso de la cuenca del río Mendoza, cuando se restan los 250 hm3 que se destinan al consumo humano, será un año escaso para el agro, la industria y el arbolado público, entre otros usos. El año pasado, en cambio, hubo unos 320 hm3 más (1.553 hm3, cuando se han pronosticado 1.230 hm3 para 2024-2025).

Pero también advirtió que “la nueva normalidad no es esta” y que, si bien habrá variabilidad, como mostró un estudio del Ianigla, va a haber sequías y desde 2017 los años han sido muy malos. “Por eso estamos planificando a futuro. Tiene que haber un plan a largo plazo, una obligación legal de hacerlo. De ahí, el Código de Aguas y muchas inversiones, tanto en la red pública como en la mejora de eficiencia”, indicó.

La investigación, desarrollada por Maximiliano Viale, Ezequiel Toum y Juan Rivera, muestra que se alcanzó un punto de quiebre y que, a partir de 2010, se atraviesa un período de sequía del que sólo hubo otro similar en los últimos 1.000 años, según permitió determinar el estudio de los anillos de árboles en los Andes centrales (en Chile). Esto, con las excepciones de los años en que El Niño generó mayores precipitaciones, por lo que el efecto del cambio climático es evidente.

Por otra parte, las proyecciones futuras del clima indican que, para 2050, aumentaría entre 2 y 3 grados la temperatura media en toda la provincia y que las precipitaciones en la cordillera, las que inciden en el escurrimiento de los ríos, se reducirían entre un 20 y un 30% para mediados de siglo.

Río Atuel
Río Atuel

Planificación

Marinelli planteó que los productores, que son grandes consumidores de agua, deben saber que no serán como este todos los años, para que puedan analizar la posibilidad de invertir en sistemas tecnificados y, los que no puedan, mejorar sus prácticas de riego. “No se puede pensar más en la oferta, sino en cómo administrar la demanda”, sumó y resaltó que, para eso, es fundamental la planificación.

Detalló también que, el año que viene, sumarán un dato más al pronóstico de escurrimiento, que será la situación de los acuíferos, ya que están realizando estudios de recarga en los distintos ríos, lo que permitirá administrarla también a futuro.

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