En noviembre de 2020, el Senado de la Nación otorgó media sanción a un proyecto de ley, impulsado por Anabel Fernández Sagasti, que establece la jubilación anticipada para los trabajadores y contratistas vitivinícolas. Sin embargo, la iniciativa tuvo algunas modificaciones en las comisiones de Diputados y, de aprobarse, debería volver a Senadores. Esta posible demora, pero, sobre todo, un agregado que parece condicionar el acceso a la posibilidad de jubilarse a los 57 años, generó preocupación en algunas organizaciones del sector.
El texto que fue aprobado el año pasado fijaba, en el artículo 1: “Establécese un régimen previsional especial para los trabajadores y trabajadoras de establecimientos viñateros y para los y las contratistas de viñas comprendidos en la ley 23.154, que restableció la plena vigencia de la ley 20.589, incluso a aquellas que dentro del mismo también posean olivares y frutales, siempre y cuando la actividad vitícola sea la principal”.
Con media sanción, el proyecto pasó a Diputados, donde fue analizado por las comisiones de Previsión y Seguridad Social, y de Legislación del Trabajo. El texto que logró el dictamen favorable de los legisladores, en la reunión del lunes pasado, contiene algunos cambios. El primer artículo quedó redactado de la siguiente forma: “Establécese un régimen previsional diferencial para los trabajadores y las trabajadoras vitícolas comprendidos y comprendidas en el Convenio Colectivo de Trabajo N° 154/91 o el que en el futuro lo remplace y a los y las contratistas de viña y frutales comprendidos y comprendidas en la Ley N° 23.154, que restableció la plena vigencia de la Ley Nº 20.589, en tanto desarrollen actividades que generen un envejecimiento prematuro”.
Precisamente fue la última parte de este artículo la que despertó preocupación en entidades que representan a los trabajadores vitivinícolas. Integrantes de la Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines (Foeva); de la Unión Vitivinícola Argentina; del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este; de la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael; de la Asociación de Viñateros de Mendoza y de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), enviaron una carta al ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Claudio Moroni.
En el documento advierten que las modificaciones que se hicieron en las comisiones de Diputados alterarían el espíritu originario del proyecto, ya que entienden que “condiciona” el derecho a acceder a una jubilación anticipada, al hecho de que las actividades que desarrolle el obrero de viñas le generen “un envejecimiento prematuro”.
El gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, Mauro Sosa, explicó que les parece innecesario agregar esa condición a un proyecto que ya tuvo media sanción en el Senado. Por un lado, porque podría dar lugar a que el trabajador tenga que demostrar que sufre de un deterioro prematuro, de un modo similar a cuando se tiene que evaluar una incapacidad, cuando está ampliamente demostrado que el obrero de viña se ve afectado por las condiciones de trabajo, al igual que le sucede al empleado agrario o rural, que ya cuenta con un régimen de jubilación anticipada.
Pero también, porque señaló que los primeros proyectos de ley que proponían que el trabajador de viña pudiera jubilarse antes datan de 2005, por lo que transcurrieron 15 años hasta que se presentó uno –de la senadora Anabel Fernández Sagasti- que logró la media sanción. Si bien ésta se consiguió en diciembre, recién en la semana próxima –ocho meses después- se trataría en Diputados. Si se incluyen las modificaciones, la iniciativa debe volver a Diputados y temen que esto dilate aún más la aprobación.
Juan Carlos Aguirre, secretario gremial de Foeva, comentó que fue invitado a participar de la reunión virtual de comisiones en la que se dio despacho favorable al proyecto con las modificaciones. En el encuentro también estuvo presente, detallaron desde el Frente de Todos, María Belén Anchi Villarreal, secretaria general del Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines (Soeva), del Valle de Uco.
Aguirre señaló que enviaron la nota para ver si se podía omitir lo del “envejecimiento prematuro”, pero que lo más importante es que el proyecto se apruebe para que los trabajadores vitivinícolas, que están esperando poder jubilarse, puedan hacerlo. En este sentido, planteó que esta cuestión aún puede salvarse en la instancia de reglamentación por parte del Ejecutivo y que, como último recurso, si alguna persona tiene problemas para acceder a ese derecho, se peleará desde el gremio.
El directivo de Foeva manifestó que la gente de la viña sufre de diversas afectaciones en su salud, al punto que varios no llegan a la edad jubilatoria, porque fallecen antes, o al poco tiempo de haberse jubilado. Que también se observa a gente con mucho deterioro, por haber trabajado toda la vida en la finca, que se ve obligada a seguir trabajando.
Los trabajadores comprendidos en la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) ya cuentan con la posibilidad de jubilarse de modo anticipado, pero Aguirre indicó que, cuando lograron este beneficio, los vitivinícolas no solicitaron ser incluidos, pese a que se trata de actividades muy similares. Luego han estado intentando por años que prosperara una iniciativa para el sector.
El proyecto establece que los trabajadores vitícolas y los contratistas de viña y frutales podrán jubilarse a los 57 años, sin distinción de sexo, en tanto acrediten 25 años de servicios con aportes. Cuando se hayan dedicado a esta actividad en forma alternada con otras, se efectuará un prorrateo en función de los límites de edad y de los años de servicio requeridos para cada caso, de manera de determinar los requisitos para el otorgamiento de la jubilación.
También fija que la contribución patronal para estos trabajadores deberá incrementarse en dos puntos porcentuales a partir de que la ley entre en vigencia. Sobre este punto, desde el sector empresario han planteado que si bien reconocen que se debe valorar el esfuerzo que hace el trabajador vitícola, también les preocupa el impacto que este aumento en los aportes puede significar, en especial para los pequeños y medianos productores.