El Gobierno trabaja en dos ejes de una problemática que viene en ascenso, pero sobre la que tiene que caminar con mucho cuidado.
A fines de la semana pasada varias entidades supermercadistas advirtieron sobre los problemas de abastecimiento que se comenzaban a hacer notar en diferentes rubros, algo que, según las cadenas, estaba ligado a la política de Precios Máximos, sobre la que las alimenticias -sobre todo- vienen pidiendo modificaciones importantes en los listados oficiales.
Hasta mediados de julio pasado, los valores de estos productos se movían de forma idéntica a los vigentes a comienzos de marzo pasado. Y solo a mediados de julio se aprobó un incremento que en algunos casos tocó el 4,5%.
Por estos días el Gobierno analiza la posibilidad de otorgar algún retoque para el mes que viene, que podría rondar el 3%, muy lejos de entre 25% y 30% que las alimenticias dicen que precisan para equiparar los números.
Ante este problema, se comenzó a ver una menor presencia de algunos productos en los centros de venta, ya que no les resultaba rentable. Incluso, en algunas empresas del sector ya habrían tomado la determinación de comenzar a mover sus listas con cierta libertad, y ante la negativa oficial de permitir incrementos.
Esta es una práctica que ya puede observar hoy en casos específicos, pero que en los próximos días tomaría más forma. Sin embargo, esto no se daría en las grandes superficies de ventas, como los hipermercados, ya que por un lado tienen otro poder de negociación ante los proveedores, en tanto que quedarían más expuestos ante el Gobierno.
De hecho, hoy quienes más reciben listados con precios actualizados son los almacenes y superficies de venta chicas o medianas, además de algunas cadenas del interior del país.
En este sentido, el Ministerio de Desarrollo Productivo -de quien depende la secretaría de Comercio Interior- ya comenzó a trabajar justamente con los supermercados de varias provincias para resolver el problema con los proveedores. Luego se definirá qué medida se tomará.
Además, continuará con las reuniones que mantiene con las empresas para analizarla estructura de costos, con lo que luego de tomará una determinación respecto del permiso para retocarlos listados de Precios Máximos.
La continuidad del programa
Más allá de que punto de conflicto más fuerte sea hoy el de si se permiten o no incrementos en los valores, lo cierto es que los industriales temen también que Precios Máximos nunca salga de escena.
Nació apenas iniciada la pandemia como una forma de contener justamente el costo de los productos, pero el contexto de pandemia y cuarentena se extendió más allá de lo previsto y para los empresarios ya es tiempo de ponerle punto final.
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y la secretaria de Comercio Interior, Claudia Español, sostuvieron en varias oportunidades que se trataba de una medida con fecha de vencimiento, aunque mientras durara el actual escenario no estaba previsto darla de baja.
Según los empresarios, para el Gobierno este programa es también una buena manera de contener el aumento de la inflación, sin dudas una de los aspectos que más se intenta cuidar desde Casa Rosada.
Al menos como paliativo, es que los industriales exigen que se hagan revisiones sobre los precios dispuestos, de modo de no generar inconvenientes en las compañías del sector.