Precios Justos, la herramienta para poner freno a la inflación se diluye en las góndolas

En una recorrida Los Andes observó que la cartelería principal del programa de nación tiene cada vez menos presencia en los pasillos de los supermercados en el Gran Mendoza. La falta de productos y la demanda de los turistas chilenos, completan este cuadro inflacionario.

Precios Justos, la herramienta para poner freno a la inflación se diluye en las góndolas
La devaluación del 22% y la trepada del dólar le metieron presión a los precios y hay aumentos entre el 15% y 25%. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Tras el anuncio del Ministerio de Economía sobre la devolución de $18.000 del Impuesto al Valor Agregado (IVA) por beneficiario, por la compra de productos de la canasta básica, en la recorrida que realizó Los Andes observó que en los pasillos de los supermercados del centro de Mendoza la cartelería del programa Precios Justos se va diluyendo. Mientras que se multiplican los carteles de ofertas y rebajas, en artículos de marcas propias, que intentan alentar el consumo de sus clientes.

Este “congelamiento” de precios, una de las principales medidas que impulsó el ejecutivo nacional con el objetivo de atenuar la aceleración de la inflación, ya no tiene el mismo protagonismo que supo tener meses atrás en los pasillo de compra con el layout de círculos azules y letras blancas o viceversa.

En algunos casos, se exhibe apenas una referencia en el perfil de las góndolas. Por ejemplo los $ 543,77 que cuesta la caja solitaria de edulcorantes en un supermercado de calle Las Heras, lo mismo ocurre con un poco más de volumen con los $ 528,98 que se paga por 500 gr. de yerba suave tradicional en calle Patricias Mendocinas.

Con la inflación de agosto revelada (según el INDEC fue sobre el 12% a nivel nacional y tiene un acumulado anual de 80%), la búsqueda de un menor precios es una de las principales preocupaciones entre los compradores que intentan reponer azúcar, arroz, harina, fideos, dulces, legumbres, leche, quesos, yogur, manteca, aceite, sal, condimentos, vinagre, café y yerba.

Faltantes de mercadería

“Hasta hace dos semanas no teníamos problemas, pero después la gente se lleva todo lo que reponemos”, comentó un repositor de una reconocida cadena de supermercados. No hay azúcar, al menos durante el trascurso de la mañana no estará disponible. Agrega que arroz y fideos son los productos que más demanda la gente, los que tiene que reponer con una mayor velocidad. En un salón comercial de la competencia, la exhibición de aceite de cocina apenas alcanza para cubrir el frente de la góndola.

Pan, galletas de agua y dulces, engrosan la lista de 52.300 artículos con la que la Secretaría de comercio volvió a la carga con el acuerdo de precios y el ministro de economía Sergio Massa anunció un limite del 5% mensual durante 90 días. Sebastián Laza le había comentado a Los Andes, como otros economistas, tras la ejecución de la devaluación, que: “Aún no hay riesgo de una híper, pero sí de una inflación mensual de dos dígitos”.

Por lo pronto, por noventa días hasta el mediados de noviembre, está vigente el programa “Precio Justos” con la participación de más de 330 empresas, entres ellas las mendocinas Fecovita y Peñaflor. Los artículos deben estar disponibles en las 31 cadenas de supermercados minoristas y mayoristas, entre las que se encuentran Día, Carrefour, Coto, Chango Más, Makro, Vital, y Maxiconsumo, entre otras.

En el caso del azúcar, cuyas caídas en el abastecimientos que se explicaban en parte por la lluvias y la sequía que comprometieron la transición entre una cosecha y la nueva, la voz del repositor es determinante: “No hay”. En el programa Precios Justos hay cuatro opciones en la presentación de un kilogramo para la azúcar común, el consumidor puede elegir entre dos opciones más económicas como SIC y Dominó ($ 632,42), o dos más caras, es el caso de Doña Dulce y Chango ($ 800,60).

En las grandes superficies comerciales la disponibilidad de azúcar abraza otras marcas y precios. En el caso de la cadena de origen francés, Carrefour un kilogramo de azúcar refinado tipo A, marca Providencia, se ofrece a $ 1.000. Mientras que en los salones, de VEA el azúcar premiun refinada Chango tiene un costo de $ 943,95. En Chango Más, en tanto, la marca propia tiene un coste de $ 849; casi un tercio de lo que puede conseguirse el kilo de azúcar orgánica o casi la mitad del costo del azúcar de mascabo.

Vivir al día con más o con menos

“Se está viviendo con lo justo, eso es estresante para las familias. Con la inflación se va perdiendo calidad de vida y eso también impacta en el humor social”, comentó el economista Walter Carvalho. Por los efectos de la devaluación y perdida del poder adquisitivo del salario, actualmente en Mendoza se ven dos realidades diferentes. Por un lado, los clientes locales que intentan equilibrar en sus compras, por el otro los turistas de Chile -que abierto nuevamente el paso internacional- aprovechan hasta la noche para ejercer su poder de compra.

“Nos hemos acostumbrado a la inflación, estamos conviviendo con ella y ha dejado de ser una sorpresa que los precios vayan subiendo en forma acelerada” señala Carvalho. Para el profesional se ve la resignación en la gente porque “poco a poco va perdiendo su poder adquisitivo, porque su salario no logra ajustarse a los niveles de la inflación. Algunas personas fijan una determinada suma de dinero para sus compras y cada vez pueden acceder a menos cantidad de un mismo producto”.

Juan Manuel, un cliente que expresó su testimonio a Los Andes durante la recorrida, con un dejo de enojo, comentó “ahora estamos pagando más caro por los mismos productos, pero por una menor cantidad”. Como cara de una misma moneda, según datos de la Dirección Nacional de Migraciones, entre el 17 y 18 de septiembre, aprovechando el feriado por la celebraciones de su fecha patria, 4.471 chilenos ingresaron al país por el paso Cristo Redentor; gran parte aprovechó su viaje para llenar sus carros en los supermercados.

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