Los precios de los agroalimentos en Argentina experimentaron una disparidad significativa entre el campo y la góndola durante el mes de julio. Según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), los precios se multiplicaron en promedio 3,1 veces desde que los productos salen del campo hasta que llegan a manos del consumidor final.
Esto implica que por cada $1 que recibe el productor, el consumidor paga $3,1 en las góndolas. A pesar de esta significativa diferencia, el informe destaca un aspecto positivo: la participación del productor en el precio final de venta alcanzó en promedio el 35,7%, lo que representa un aumento del 14,8% respecto a junio y marca el porcentaje más alto desde diciembre de 2022.
El análisis revela que los productores de brócoli fueron quienes lograron la mayor participación en el precio final, alcanzando un 60,8%. Recordemos que Buenos Aires concentra más del 60% de la producción de brócoli, seguida por Santa Fe y Córdoba con una participación aproximada del 15 % cada una. Este dato contrasta notablemente con el de los productores de limón, quienes apenas recibieron el 7,1% del precio final, siendo nuevamente el sector con menor participación, una tendencia que se ha repetido en los últimos meses.
Impacto de la caída en la demanda
Desde CAME explican que esta desigualdad en los precios está influenciada por varios factores. Uno de los más relevantes durante julio fue la caída de la demanda, que osciló entre el 30% y el 40%, debido a la disminución del poder adquisitivo de los consumidores y la falta de convalidación de precios. Esta situación forzó a distintos eslabones de la cadena de valor, tanto mayoristas como minoristas, a resignar parte de sus ganancias para mantener las ventas, ya que los productos agroalimentarios, en su mayoría perecederos, no pueden ser almacenados por mucho tiempo sin sufrir pérdidas.
A estos factores se suman los incrementos de costos en insumos dolarizados, transporte, logística, arrendamientos, combustibles y salarios, lo que ha presionado aún más los precios en destino. Además, las condiciones climáticas adversas, con heladas y frío extremo en todo el país, han afectado la producción agrícola, reduciendo la oferta y, en consecuencia, elevando los precios de los alimentos.
El IPOD frutihortícola, que analiza los precios de 19 frutas y hortalizas, mostró que los precios se multiplicaron por 3,6 veces en julio, aunque esto representa un descenso del 20% en comparación con el mes anterior. Por otro lado, el IPOD ganadero, que incluye 5 productos y subproductos de origen animal, reveló que los consumidores pagaron 2,9 veces más de lo que recibió el productor, sin variaciones respecto a junio.
Las brechas más amplias
Entre los productos con mayores diferencias entre los precios de origen y destino se encuentran el limón (14,1 veces), la mandarina (9,8), la manzana roja (6,9), la pera (6,1) y, entre los los productos cárnicos, el cerdo (5 veces). En contraste, los productos con menores diferencias incluyen el brócoli (1,6 veces), el pimiento y la cebolla (1,9 veces ambos), el zapallito (2 veces) y los huevos (1,9 veces).
Este escenario de amplias brechas en los precios refleja las complejidades del mercado agroalimentario en Argentina, donde las condiciones climáticas, la inflación y la estructura de la cadena de valor continúan impactando tanto a productores como a consumidores.
