Después de haber estado en torno a los $1.000 en lo que va de 2024, el dólar blue se disparó en las últimas jornadas. Su cotización ya superó los $1.200, con lo que la brecha con el oficial, que se mantenía en niveles aceptables, se amplió considerablemente. ¿Cuál podría ser el impacto de esta suba en la inflación?
El economista Sebastián Laza comentó que este movimiento del dólar puede responder a dos razones. Una de ellas es “el atraso, cada vez más evidente, del tipo de cambio oficial, que genera expectativa de que en algún momento se acelere el ritmo devaluatorio”. En este sentido, señaló que el mercado podría estar adelantándose a esto. El otro motivo, añadió, son las bajas de la tasa de interés por parte del Banco Central, que son muy aceleradas, pese a que también se está reduciendo la inflación.
José Vargas, economista titular de Evaluecon, coincidió en que este incremento del tipo de cambio paralelo responde, en parte, a la baja de la tasa de referencia del Banco Central, que lleva hacia abajo los plazos fijos y las billeteras digitales, lo que hace que el blue empiece a subir. También consideró que influye la mayor cantidad de pesos en la economía, que está haciendo que crezca la base monetaria. Y, además, el hecho de que los exportadores no están liquidando divisas como se esperaba.
Vargas añadió que se debe considerar que la inflación ha ido mucho más rápido de lo que se ha ajustado el tipo de cambio en lo que va del año y, en algún momento, el dólar debería empezar a recuperar terreno un poco más rápido.
Por su parte, Nicolás Aroma, director del Centro de Economía y Finanzas Mendoza, señaló que esta suba del blue está mostrando una señal del mercado de que la política de tasa de interés ha encontrado un límite, porque los inversores y ahorristas se van a empezar a pasar al dólar, ya que cada vez se retribuye menos al capital.
Además, la divisa estadounidense se va ajustando al mismo nivel que antes de la devaluación, pero la competitividad que se ganó se diluyó con el “fogonazo inflacionario de diciembre y enero”, por lo que ahora el dólar está atrasado.
Aroma planteó que la presión se traslada al blue porque, en realidad, no hay dólares, ya que la acumulación de reservas es ficticia, ya que está operando sobre una fuerte recesión, que reduce mucho el nivel de importación, y porque estas compras al exterior se están pagando con bonos.
Sumó que el Fondo Monetario había comprometido el envío de US$ 15 mil millones, que aún no han llegado y tampoco está apareciendo financiamiento por parte de privados ni de organismos multilaterales, pese a haber implementado el plan recesivo. “Quizás eso se está percibiendo en el mercado”, deslizó y advirtió que, si llega a haber una nueva devaluación, gran parte del plan económico del Gobierno se cae, porque está basado en el atraso de tipo de cambio.
Otro factor que incide es que la salida del cepo, con la que se especula, se está demorando, justamente, porque los dólares no aparecen y el campo no está liquidando fuerte la cosecha gruesa. De hecho, está exportando el mínimo indispensable y eso también presiona sobre el tipo de cambio. Precisó que, hace unos días, las empresas pudieron girar dividendos al exterior vía los Bopreal y lo hicieron a un valor de casi $1.400 por dólar, lo que marca un piso para la cotización.
Raúl Mercau explicó que el blue ha estado “planchado” durante mucho tiempo, lo que significa que, al igual que el oficial, se ha ido depreciando con respecto al peso. Sin embargo, resaltó que los aumentos del dólar paralelo suelen ser una muestra de desconfianza y, en este caso, de que se está esperando una devaluación del oficial, porque no hay liquidación de la cosecha como se podía esperar. También podría producirse una corrección del ritmo del “crawling peg” o ajuste mensual, que mejore el tipo de cambio.
Reforzó que se trata más de un tema de expectativas, porque no hay muchos pesos en la calle, por la reducción de la emisión monetaria y de los saldos monetarios reales. El economista reconoció que el Gobierno enfrenta un dilema bastante complejo, ya que necesita acumular reservas y para eso es necesario que el campo liquide, pero los exportadores están reclamando un dólar más alto, que podría trasladarse a precios.
Impacto en la inflación
El Ejecutivo nacional se ha fijado como una de las principales metas económicas reducir la inflación y, por eso, ha dado marcha atrás con algunas medidas, como el aumento del gas o del impuesto a los combustibles, buscando mantener las cifras en un dígito y con una evolución descendente.
Mercau evaluó que hay un elemento contenedor de la suba de precios, que es que ya ha habido algunos ajustes, una recesión general, la caída del salario real e, incluso, pérdida de puestos de trabajo. Lo que puede suceder es que el sendero descendente de la inflación no sea tan abrupto, pero sumó que probablemente lo datos de mayo sigan mostrando una baja en el IPC.
También indicó que la mayoría de los analistas coincide en que podría seguir siendo de un dígito, pero que se estabilice en torno al 5% mensual, que, comparado con el 25% de diciembre es muy bueno, pero sigue siendo muy alto para la región, ya que arroja un 80% anual.
Asimismo, comentó que el año que viene hay elecciones legislativas y que, para obtener buenos resultados, el oficialismo necesita no sólo que la inflación haya bajado, sino que la economía tenga una cierta recuperación: que aumente el uso de la capacidad instalada de la industria y disminuya la tasa de desempleo. Esto, porque “para profundizar las reformas, necesita más poder; sobre todo en el Senado”.
Aroma señaló que la brecha entre el oficial y el blue todavía es baja, y que la inflación de estos próximos meses se vincula más con la credibilidad y sostenibilidad del plan económico, y el impacto que pueden tener en forzar una devaluación del oficial, que sí tendría un efecto mucho más fuerte en los precios.
Vargas dudó de que esta suba del blue vaya a tener un efecto en la inflación de mayo, porque el incremento no ha sido desmedido. En cuanto al oficial, cuya evolución sí podría trasladarse de modo más directo a precios, indicó que sigue con una devaluación del 2% mensual, y que las expectativas no son que puede devaluarse de modo fuerte.
Y Laza consideró que este cambio no debería tener efecto en la inflación de mayo, porque el mes ya está avanzado, pero advirtió que habrá que ver qué pasa en junio y julio: si esta tendencia se sostiene y dónde se estabiliza la brecha. Esto, porque, si la distancia entre el blue y el oficial se acentúa, podría impactar en algunos precios.