En un momento en que los bancos centrales de la mayoría de los países están emitiendo moneda para poder sortear la crisis generada –o acelerada- por la pandemia, el oro se presenta como un buen refugio para los ahorros. A esto se suma que diversos bonos en dólares están teniendo rendimientos nulos o negativos y que el cepo impone limitaciones para atesorar divisa norteamericana. Asesores financieros coinciden en que el interés por el metal ha aumentado en las últimas semanas.
Jaime Rodríguez, coordinador de la Filial Cuyo del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), señaló que cuando hay una situación de crisis internacional –y la pandemia ha generado precisamente eso- el oro suele ser un refugio y se busca como una alternativa de inversión segura. Si bien, en los últimos años, su valor estaba por debajo de los mil dólares la onza (troy, que tiene un peso de 31,1 gramos), en estos días se ubica por encima de los 2 mil dólares. Esto, básicamente, porque ha habido una demanda muy importante del activo en todo el mundo.
El inversor, detalló el también director de Portfolio S.A. y presidente de San Juan Bursátil Sociedad de Bolsa S.A., puede acceder al oro de dos formas: comprar el físico o adquirir un activo representativo. En el primer caso, se puede optar por barras o por monedas. Y en el segundo, buscar un activo financiero bursátil, como un ETF (Exchange Traded Fund), que se compra de la misma manera que una acción, a través de un agente de bolsa habilitado, y que sigue la evolución de la cotización del metal (en el último año pasó de valer 140 dólares a 180, es decir subió un 30%).
Rodríguez comentó que en Mendoza están notando que la gente empieza a consultar mucho por el oro y a tomar posiciones en este activo. Sin embargo, advirtió que hay que ver el perfil de la persona y qué porcentaje va a destinar a este activo (o cualquier otro). En general, detalló, se hace un análisis del perfil de riesgo en cada caso particular y, cuando se trata de uno muy conservador y que busca una colocación a mediano o largo plazo, se puede destinar una porción mayor a este activo “de cobertura” (no brinda un gran rendimiento, pero sí seguridad).
En las últimas 52 semanas –el año bursátil se mide de este modo- el precio más bajo de la onza de oro fue de 1.458 dólares, mientas el máximo de 2.089. El martes cerró en 1.950. Rodríguez estimó que, a medida que se empiece a tranquilizar el horizonte, comenzará a descender el valor, porque los inversores estarán más dispuestos a asumir riesgos. De ahí que, para tomar posiciones en oro se tome como referencia un plazo de más de un año, que compense las oscilaciones diarias.
Daniel Garro, economista de Value International Group, señaló que el interés por el oro se remonta a unos tres años atrás, cuando los bancos centrales y los inversores institucionales empezaron a inclinarse por este metal y la plata físicos, como también el bit coin. Esto, porque el mundo ya se encaminaba hacia una recesión, que la pandemia aceleró, y ante esta situación los países responden con emisión monetaria para estimular la economía.
En cuanto a su evolución, Garro indicó que la onza de oro tenía un valor de 1.200 dólares en 2015 y hace poco llegó a los 2 mil. Si bien esta semana bajó, y se ubicó en los 1.926, adhiere a quienes piensan que se trata de una baja para tomar ganancias. Es decir, cuando el valor está alto, se venden cantidades importantes, lo que hace caer el precio, y entonces compran para esperar –y favorecer- una nueva suba.
Garro planteó que, al haber tanta emisión monetaria, es lógico que las monedas –la principal el dólar, seguido por el euro- se devalúen. Por otra parte, señaló que las acciones también cayeron al principio de la pandemia y si bien se recuperaron, esta suba está impulsada principalmente por las cinco principales empresas tecnológicas: Google, Apple, Facebook, Amazon y Tesla; mientras el resto sigue en baja.
Todo este panorama, manifestó, apunta que, si bien en el cortísimo plazo puede haber caídas, en el mediano y largo, el valor del oro, la plata y las cripto monedas crecerá. De todos modos, resaltó que no se trata de una inversión, que genera un flujo de renta (una ganancia), sino de una cobertura; es decir, de un modo de asegurarse de que estar en un activo que no perderá valor.
En cuanto a la posibilidad de acceder al oro físico, Garro comentó que hay atrasos en la entrega porque los vendedores internacionales priorizan a los grandes compradores. Por el momento, sólo se puede entrar en una lista de espera, en la que se aceptan pedidos por un peso mínimo. Una alternativa a eso es comprar una cadena o una pulsera de oro o de plata.
También, mientras se aguarda el momento de recibir el oro, comprar un ETF, que asegura que con el dinero invertido hoy se podrá comprar la misma cantidad de metal en un futuro (porque su cotización va siguiendo la evolución del precio del activo físico). La adquisición se puede realizar a través de un agente de bolsa, que compra un bono dolarizado y lo invierte en el instrumento (sin las limitaciones del cepo).
El titular de Value International Group comentó que, en Argentina, el dólar es muy popular como mecanismo de cobertura, pero se está notando un incremento importante en las consultar por el oro; particularmente, por parte de personas que hasta ahora no le prestaban atención.
Por su parte, Elena Alonso, asesora financiera, coincidió en que la crisis mundial no sólo ha llevado al Banco Central de la República Argentina a emitir moneda, sino también al de muchos otros países, con lo que el oro se presenta como una buena alternativa para el resguardo de la riqueza. De ahí que empezara a subir tanto el precio del metal físico, como el de los derivados, es decir, instrumentos que lo tienen como base de referencia.
También señaló las dificultades para comprar oro físico, por lo que se puede buscar en el mercado internacional algún fondo que tenga incluido un índice que se mueva de acuerdo al valor de ese commodity. Pero resaltó que hoy está bajando un poco el precio y que, quien quiera invertir, debe considerar muy bien el momento de entrada, ya que no se recomienda comprar cuando el activo está en el pico.
Alonso indicó que, si bien es una consulta que se está haciendo bastante, ella recomienda diversificar, porque si una de las carteras aumenta, aunque otras reduzcan su retorno, no se pierde lo invertido. Sí se puede buscar un instrumento que replique el valor del oro, lo que considera una buena inversión, pero no para destinar el 100% de los fondos.
Esto, porque resaltó que el repunte que llevó al oro a niveles récord por encima de los 2.000 dólares la onza se ha detenido abruptamente y el metal refugio se encamina a la mayor caída en siete años, después de que los rendimientos de los bonos subieron. Estos últimos –tanto los del Tesoro como los europeos- pasaron de las tasas reales negativas que habían favorecido el paso al metal, a aumentar su retorno.