Como ya se venía especulando desde hace algunos días, la inflación del mes de abril fue, por primera vez en seis meses y desde que gobierna Javier Milei, de un solo dígito. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) para el mes de abril que difundió este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) fue de 8,8%. Así, la inflación acumulada en los últimos doce meses llegó al 289,4%.
Durante el pasado mes, la categoría que más subió fue la Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con un 35,6%, por los incrementos en las tarifas de gas, agua y electricidad. El podio lo completaron Comunicación (14,2%), por las subas en servicios de telefonía e internet y Prendas de vestir y calzados (9,6%), por el cambio de temporada.
Por su parte, las divisiones con mayor incidencia fueron Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (35,6%) en las regiones de GBA, Cuyo y Patagonia, donde se destacaron las subas de Gas, Suministro de Agua y Electricidad; y Alimentos y bebidas no alcohólicas (6,0%) en las demás regiones, donde se destacaron Carnes y derivados; Leche, productos lácteos y huevos; y Verduras, tubérculos y legumbres.
Las dos divisiones que registraron las menores variaciones en abril fueron Bebidas alcohólicas y tabaco (5,5%) y Bienes y servicios varios (5,7%).
La inflación en Mendoza
La Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) también dio a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de enero en Mendoza que se ubicó por debajo del promedio nacional y fue de 7,4%. De esta manera, el acumulado interanual en la provincia llegó a los 277,6%.
El rubro de Alimentos y bebidas tuvo un incremento de 4,2%. Indumentaria fue la de mayor aumento, con un 23,7%, mientras que la categoría de Vivienda y Servicios Básicos subió un 19,9% y Atención médica y gastos para la salud 8,8%. Las dos divisiones que registraron las menores variaciones en enero fueron Eparcimiento (1,2%) y Equipamiento y mantenimiento del hogar (2,7%).
El peligro de la hiperrecesión
Si bien el dato de la desaceleración en el ritmo de la inflación es positivo (y esperado) para los argentinos, los expertos entienden que la contracara de esta cifra radica en uno de los motivos que la ha llevado a la baja, la recesión.
Para Carlos Rodríguez, economista y docente universitario, esta tendencia hacia la baja puede explicarse por tres motivos. Por un lado, la mencionada recesión, motivada por “la política monetaria, sumamente contractiva, que genera mayor liquidez y la caída del poder adquisitivo”. En segunda instancia, la postergación de aumentos de combustibles y tarifas que todavía no impactan en los bolsillos de los argentinos. Y, en tercer lugar, la estabilidad del dólar: “Inclusive habría que ver si se podrá ver un atraso en el tipo de cambio”, advirtió.
Desde el punto de vista de Rodríguez, el gran peligro en este escenario para el gobierno es la caída en una hiperrecesión. “Así como antes teníamos el peligro de la hiperinflación, que afortunadamente se dejó atrás, me parece que la tensión que origina la recesión no se puede controlar sinérgicamente. Entonces, la clave de la política económica del gobierno sería salir de esta recesión sin volver a incentivar esos índices inflacionarios”, sostuvo.
En coincidencia con su colega, Paula Pía Ariet, directora Gestion Consultores, señaló que, si bien es bueno que los precios estén creciendo a un ritmo más lento, esto se da por la baja en el proceso de emisión y el proceso recesivo. Respecto al primero, consideró que debería continuar, pero lo que debe cambiar es la generación de acciones que muevan la actividad económica, como por ejemplo, la generación de créditos por parte de la banca privada.
“Hay que empezar a pensar cómo hacemos para que, sin generar inflación, podamos generar actividad económica. Igual, la primera semana de marzo también está muy bien, por lo que es esperable que esta tendencia se mantenga durante un tiempo”, aseguró la economista.
Por su parte, José Vargas, economista de Evaluecon, explicó la baja en el número de la inflación en varios motivos: primero, la brusca caída en la actividad económica ha llevado a que los precios intenten buscar un equilibrio más abajo. También mencionó la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones, lo que también reciente el consumo. Por otro lado, el experto hizo referencia a la exacerbación de precios que se vio en diciembre y enero, como consecuencia del proceso electoral, algo que se descomprimió en los últimos meses.
Cómo salir de la recesión
El pronóstico para los próximos meses es de una relativa estabilidad para los números de la inflación. De acuerdo a la visión de Carlos Rodríguez, el número probablemente se ubique en torno al 5% para el mes de mayo. Una cifra cercana a la pronosticado por José Vargas, que espera para los próximos meses un promedio entre el 6 y 8%, en el mejor de los casos.
“Difícilmente baje mucho más por el hecho de que todavía no encontramos el piso de la caída en la actividad económica, los salarios todavía no se pueden recuperar y el sector productivo tampoco. Evidentemente los precios, al buscar un equilibrio más abajo, se van a intentar estabilizar entre el 6 y el 8% en promedio, salvo casos especiales como los meses de julio y diciembre”, dijo Vargas.
Paula Pía Ariet advirtió que para saber qué pasará en los próximos es necesario ver qué sucede con el crédito y si se genera mayor actividad. “Si eso empieza a funcionar, veremos algo positivo. Pero lo positivo no va a ser para mayo, podría verse recién en junio. Nos queda todavía un mes complicado”, lanzó la experta.
Otra pregunta que surge es, ¿cómo se sale de la recesión sin volver a caer en altos niveles de inflación? Para Carlos Rodríguez existen dos caminos para lograrlo: uno muy lento, donde el poder adquisitivo se recupera y los salarios van ganando competitividad. El otro, donde se tomen algunas medidas que hoy están “sobreactuadas”. “En el caso de la obra pública, lo que se podría aplicar es una ejecución selectiva, esto permitiría ir poniendo en marcha algunos sectores. También hay que prestar al sector externo y todo lo que se genere con la cosecha”, afirmó el economista.
En este contexto, Rodriguez argumentó que si el Gobierno nacional pretende emprender ese camino, es necesario realizar grandes cambios estructurales centrados en cuatro aspectos: lo laboral, lo previsional, la eficiencia del Estado y una reforma impositiva. “Son muy pocos los caminos que veo en un corto plazo. Se pueden hacer cosas, pero con la filosofía del gobierno, con su frase ‘no hay plata’, el margen de maniobra queda muy acotado”, completó.