En el primer semestre del año las ventas de los supermercados de Mendoza se desplomaron un 10,5% en relación a igual período del año pasado. La baja se explica principalmente por las caídas registradas en los productos de almacén y en los lácteos, dos de las categorías más importantes en la facturación mensual de las grandes cadenas.
En detalle, la Encuesta de Supermercados del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) muestra que en los primeros seis meses de 2021 los súpers de la provincia lograron ventas por $ 32.579,8 millones. Ese valor supera por $ 7.383 millones al nivel de facturación registrado entre enero y junio del 2020. Sin embargo, sería un error hablar de “crecimiento”, debido a que el Peso perdió mucho valor de un año a otro. Si se tiene en cuenta el efecto de la inflación, se observa que en realidad las ventas bajaron 10,5%, como se mencionó anteriormente.
El balance por rubro
Si se analiza la caída por tipo de producto, se observa con facilidad que hay tres categorías que sobresalen sobre el resto. Una es la de “artículos de almacén”, que sufrió una fuerte retracción del 15,7% en los primeros seis meses del año. Se trata del rubro de mayor participación dentro de las ventas totales los súpers (explican un tercio de la facturación mensual).
El segundo ítem protagonista de la baja es el de lácteos, que representa prácticamente un 9% de las ventas totales y sufrió una retracción del 13,7% en el primer semestre del año.
El tercero rubro destacado es el de artículos de limpieza y perfumería, que tuvo la caída más pronunciada (24,4% en términos reales), y tiene un peso del 12% sobre lo facturado por los supermercados de la provincia.
En resumen, entre las tres categorías de artículos mencionadas explican el 54,7% de la facturación de los súpers en los primeros seis meses del año y en forma conjunta sufrieron una caída de ventas del 18% en el período analizado.
Por otro lado, hubo tres rubros que crecieron, entre los once relevados por el Indec. Se trata de las bebidas, que crecieron 4,4% en ventas respecto al año pasado; las carnes, con un repunte del 5,4%, y los alimentos preparados, que facturaron un 8% más que en el período enero-junio del 2020.
Cómo se explica la baja
El primer semestre del año ha estado “inundado” de valores positivos desvirtuados por la pandemia. Es que los meses de inactividad de la primera mitad de 2020 pusieron la vara muy baja para casi cualquier sector. Sin embargo, en los supermercados se dio la situación opuesta: las ventas cayeron. ¿A qué se debe este resultado? A que el escenario para los súpers fue diferente desde el comienzo.
El economista Pablo Salvador recordó que el año pasado, cuando se anunció el inicio del confinamiento, los mendocinos se volcaron a hacer compras de comida y bebidas de forma masiva a los supermercados. “El año pasado fue muy bueno para esta clase de empresas”, indicó.
Se mostró de acuerdo el economista Carlos Rodríguez, quien coincidió en que la población se stockeó mucho antes del aislamiento. “Además, el año pasado los mendocinos no tuvieron muchas alternativas de consumo, por lo que se enfocaron mucho en los alimentos (uno de los rubros más fuertes en la facturación de los súpers).
Como los indican los especialistas, la primera mitad del año pasado se caracterizó por un aumento inusual del consumo de alimentos y bebidas en los supermercados. Hoy, en cambio, la situación es muy diferente. José Vargas, economista y director de la consultora Evaluecon, señaló que no existe ningún “frenesí de consumo” de productos alimenticios. “Además, la inflación se aceleró y la caída del poder adquisitivo de los salarios se profundizó. Todo eso explica por qué los súpers están vendiendo menos que en 2020”, apuntó.
Salvador y Rodríguez identificaron las mismas causas de la caída de ventas de los supermercados. “La inflación se aceleró y los sueldos no han estado cerca de poder acompañarla. Es posible que se estén dejando de comprar productos básicos (un fenómeno que se da solo en crisis muy profundas), pero es difícil de comprobar, por la situación particular del año pasado”, señaló Salvador.
“La caída de los salarios comenzó antes de la pandemia, pero jamás se detuvo y el problema se profundizó cada vez más, sobre todo para los empleados informales. La inflación no da tregua y se mantiene muy fuerte a pesar de todos los paliativos que hay, como la relativa estabilidad del dólar y la ausencia de subas de las tarifas. Lo cierto es que los precios seguirán acelerando mientras se mantenga el ritmo de emisión monetaria que hay”, sumó Rodríguez.
Los tres economistas coincidieron además en que existe una migración hacia segundas y terceras marcas. Si bien esto no se ve reflejado en las estadísticas publicadas por el Indec, es un fenómeno que se viene dando desde hace varios meses. Es decir que no solo hay menor volumen de compra, sino que además se está gastando menos.
En relación a las categorías de artículos que crecieron, los expertos consultados destacaron el caso particular de los alimentos preparados, que mejoraron un 8% en relación al año pasado. Según José Vargas, esto tiene que ver con la vuelta a la presencialidad de la mayoría de las actividades. “Se volvieron a consumir viandas y comidas ya listas, algo que no pasó en el primer semestre del 2020”, subrayó.