Un recorrido por comercios de tecnología en el centro mendocino revela que muchos pasaron de contar con una cierta variedad de notebooks y tablets unos meses atrás a tener apenas un par de opciones para ofrecer al cliente. Aunque aún no pueden apreciar qué impacto tendrá el nuevo arancel para los equipos importados, sostienen que las trabas a las importaciones no sólo afectan la provisión de estos artículos, sino incluso la de cartuchos de tinta y pendrives.
La semana pasada, se conoció que el Gobierno nacional da marcha atrás con la reducción a cero del arancel de importación para ciertos productos informáticos, como las computadoras portátiles, que desde 2016 estaban exentas del pago por considerarlas una herramienta laboral y educativa. Ahora, se fijó un impuesto que va del 8% al 16% según las características del equipo.
En una tienda de tecnología ubicada sobre avenida San Martín hay sólo cuatro notebooks expuestas sobre un mueble y Matías resalta que tres son idénticas. Aunque la falta de stock era sostenida desde hace un tiempo, reconoce que recientemente se agudizó y que es muy difícil conseguir ciertas marcas, como Dell o HP. En cuanto a la reacción de los clientes, cuenta que “el argentino está acostumbrado” a este tipo de situaciones y buscan lo que pueden pagar, y cuotas con el interés más bajo (sólo son sin interés hasta en 6 pagos).
Noelia, del mismo local, comenta que están recibiendo sin inconvenientes los pedidos que ya habían realizado a los proveedores y al precio que se había acordado, pero manifestó que están a la espera de las nuevas listas. Y suma que los equipos importados ya tenían un precio muy superior a los ensamblados en el país y que, cuando se produce un aumento muy importante, absorben una parte para sostener las ventas.
Marcelo, de una casa de informática en calle 9 de julio, resalta que, con los nuevos aranceles no se está favoreciendo la fabricación local, porque lo único que se hace en el sur del país es ensamblar componentes que llegan de afuera. Asimismo, comentó que el día que se anunció la medida, algunos grandes importadores retiraron la mercadería, lo que reduce aún más la escasa cantidad y variedad de equipos que hay en el mercado.
Y subrayó que esto no sólo se da en notebooks y tablets, sino también en elementos de uso cotidiano, como cartuchos de tinta, mouse y pendrives, que necesitan desde empresas a jóvenes que están estudiando y hoy se consiguen en un número muy acotado y sólo de algunas marcas.
En otro negocio, sobre calle Lavalle, Emiliano tiene dos tablets para mostrar a los clientes. “Traen poco y, en lugar de sacar el 30% de ganancia, te cargan el 70%”, comenta sobre los proveedores y acota que ha empezado a comprar en Mercado Libre, porque los pequeños importadores no necesitan tanto margen como las empresas grandes, que tienen muchos empleados.
Muestra que una de las tablets tiene un precio de $22.500, pero reconoce que, si se cobrara por el tipo de cambio oficial -en lugar del blue, que es el que se utiliza en todas las cotizaciones-, debería poder venderla en $13.000. Además, indica que tiene que estar mirando los precios todas las semanas, para no vender a un valor inferior al de reposición.
Emiliano añade que hay marcas que directamente no llegan. Para ilustrarlo, señala una vitrina y detalla que unos meses atrás tenía 10 opciones de smartwatch (relojes inteligentes) para elegir, pero ahora sólo puede ofrecerles dos a los potenciales clientes. Y acota que el consumidor compra lo que está barato.
Ariel, de un negocio de tecnología en calle 9 de julio, indicó que casi no tienen artículos importados de ciertas marcas, como Xiaomi o Apple, porque pueden conseguir uno o dos por mes y a ese ritmo no tienen forma de “stockearse”. Pero, además, señaló que los aumentos mensuales están muy encima de la inflación y llegan a superar el 30%, con lo que les ha pasado de vender algo y después, al momento de reposición, tener que pagar el mismo importe.
Daniel Suilar, presidente Cámara de Informáticos Unidos de Mendoza (CIUM), que nuclea a empresas de tecnología y comercios locales, planteó que este tipo de medidas se traslada a precios y al cliente, y que, con el inicio de clases, es un momento complicado para implementarlas. De todos modos, indicó que hay opciones de fabricación nacional y sólo impactará en las ventas de marcas internacionales.
En este sentido, señaló que los particulares e incluso las empresas se inclinan cada vez más por los equipos nacionales, por un tema de costos y para contar con un service oficial y garantía. De hecho, mencionó que quienes tienen una notebook importada hoy tienen dificultades para conseguir repuestos.
La CIUM emitió un comunicado sobre la medida, en el que manifiestan que “nuevamente, desde el ecosistema de la Economía del Conocimiento, vemos con preocupación que se interviene en el mecanismo de importación de tecnología, aumentando las alícuotas en la adquisición de equipos de informática esenciales (notebooks-tablets)”.
Esto, porque plantean que la “nueva disposición se realiza sin garantizar el acceso a esos productos a un precio razonable por parte de sectores productivos, de servicios y consumidores finales en general” y advierten que “la medida impacta gravemente en el esquema de costos de empresas con planes de inversión tecnológica, en sectores dedicados a la provisión de servicios informáticos e industrias que están encarando proyectos de tecnificación de actividades primarias y reconversión de sus procesos con asistencia informática”.
Asimismo, desde la CIUM cuestionan el objetivo final del decreto al sostener que “no parece ser una medida lógica y razonable sin antes asegurar la disponibilidad de los mencionados insumos mediante sustitución real de importaciones o controles estrictos que impidan una suba generalizada en todo el sector, aún los productos no afectados por la nueva normativa”.
Promoción de la industria nacional
El martes pasado fue publicado el Boletín Oficial el decreto 136/2023, que plantea “que por su impacto económico y social, el desarrollo y promoción de una industria nacional productora de equipamientos informáticos portátiles resulta una prioridad en las políticas desarrolladas por el Gobierno Nacional”.
El texto señal que “el crecimiento de la industria en cuestión, además de generar un impacto positivo en el empleo especializado con alto valor agregado, reduce la dependencia externa” y que “el aumento de los niveles de producción de tales equipos redundará en un aumento de la oferta disponible de los mismos en el mercado interno a precios más competitivos y accesibles”.
Para generar “los incentivos necesarios para la radicación y aumento de los volúmenes de producción de tales equipos”, se subió los aranceles, de manera que las notebooks de peso inferior a 3,5 kilos, con teclado alfanumérico de por lo menos 70 teclas y con una pantalla de área superior a 140 cm2 e inferior a 560 cm² pasarán a tributar 8%. Mientras que las tablets de peso inferior a 350 gramos con teclado alfanumérico de por lo menos 70 teclas y con una pantalla de área inferior a 140 cm², deberán pagar 16%.
